Cada tres años, la Academia Chilena de Ciencias distingue a jóvenes investigadores de excelencia, con una línea de investigación propia y que hayan realizado contribuciones relevantes a su propio campo de investigación.

El objetivo de este premio es reconocer la excelencia y potencialidad de científicos jóvenes en diferentes áreas de las ciencias, además de promover el contacto de ellos con investigadores que participan en programas similares en otros países (Academia Internacional de Científicos Jóvenes, TWAS, NAS u otras) y vincularlos a las actividades de la Academia Chilena de Ciencias.

En esta convocatoria, la Academia seleccionó a 15 investigadores, dentro de los que se cuentan los académicos de la UdeC, María Inés Barría y Mauricio Urbina, los únicos de una universidad fuera de la capital.

Todos ellos recobieron su reconocimiento, de manera oficial, en una ceremonia realizada en la sede de la Academia en Santiago.

“Este premio no se trata del número de publicaciones que tienes, sino más bien, de cómo tu investigación ha impactado en la comunidad científica, y probablemente, no solo nacional. Es cómo tu investigación causa un impacto a nivel internacional. O sea, científicos que de alguna forma son conocidos fuera de Chile. Entonces podría ser a raíz de un aporte que se gestó en diez años, producto de 15 papers o podría ser producto de un solo web nature que removió lo conocido hasta ese momento. Es como tu investigación empieza a hacerse notar a nivel mundial”, explica el Dr. Mauricio Urbina, académico del Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas.

En la práctica, la Academia designa un día completo de trabajo en que abre sus puertas a estos científicos nuevos, para que ellos puedan organizarse y delinear acciones conjuntas, ideando mejoras para la ciencia en los próximos años.

Los Científicos de Frontera deberán sesionar 3 ó 4 veces al semestre, empezar a identificar problemas y buscar alternativas para mejorar la ciencia, a través de mecanismos que a la vez permitan acercar el conocimiento a la comunidad en general, entre otros. Para esto, este grupo de 15 ya definió un organizador, un secretario y tendrán su primera reunión el 31 de julio.

“Tenemos pensadas dos cosas a corto plazo: por un lado, tenemos ganas de buscar un lenguaje transversal a la ciencia. Nos vamos a juntar a presentar nuestra investigación, porque queremos conocernos y saber lo que cada uno hace. Por otro lado, queremos ver cómo podemos identificar puntos clave, transversales a la ciencia, que no propician que la ciencia chilena sea mejor. Una vez que identifiquemos esos puntos claves, queremos ver cómo podemos empezar a mejorarlos. Tenemos claro que no podemos mejorar la ciencia chilena completa, pero queremos identificar 3 ó 4 aspectos y de aquí a tres años podamos abordar al menos una”, adelanta el Dr. Urbina.