“El mar lo conocí a los 16 años, porque soy de Los Ángeles. Mi hermana venía a estudiar a la Universidad de Concepción y yo venía de ‘colado’ a dejarla. Ese día, para aprovechar el tiempo, me llevaron a la playa. Ahí conocí el mar por primera vez. Fue en Playa Blanca, Coronel”.

Así recuerda Rubén Escribano (61) el momento en que comenzó a sentir interés por el mar. “Me impresionó porque no es lo mismo que verlo en un libro o en la televisión en blanco y negro. No solo es verlo, es sentirlo. Cuando uno está al lado del mar siente las olas, el ruido; siente el aire fresco que llega de la ola, siente los olores. Es una combinación de muchas cosas".

Desde entonces, Escribano ha dedicado su carrera a la Oceanografía, contando hoy con 130 publicaciones y 2.450 citas de sus trabajos. Estudió Biología Marina en la UdeC y es doctor en Oceanografía de la Universidad de Dalhousie, Canadá. En 1992 ingresó a trabajar a la Universidad de Antofagasta y en 2002, volvió a la UdeC, específicamente al laboratorio de Biología Marina en Dichato, donde se formó durante su pregrado.

Hoy, el profesor Escribano es Subdirector del Instituto Milenio de Oceanografía y junto a su equipo se dedica al estudio de la Ecología del Zooplancton o animales microscópicos que viven en las distintas profundidades del océano. “Abrir esta ventana es abrir un zoológico infinito de animales que están en el océano y que muy poca gente conoce. Suele decirse que el Zooplancton es la comida para los peces y en cierto modo es así. Nosotros también decimos que es la fundación de la vida en el océano. Es decir, sin eso no hay vida en el océano”.

Escribano y su equipo se encuentran hoy analizando los datos recolectados por las expediciones en que bajaron hasta la Fosa de Atacama: la primera se realizó en febrero a bordo del buque Cabo de Hornos y alcanzó los 8.081 metros de profundidad. Luego vino la expedición alemana a bordo del buque Sonne, en marzo. Ambas iniciativas marcaron un hito en la exploración del océano profundo y abrieron posibilidades de estudio en las diversas disciplinas relacionadas. “Tenemos un conjunto de muestras de valor único para Chile y el mundo, porque son ambientes que no han sido explorados antes”.

Contacto con estudiantes

El profesor Escribano realiza clases de pregrado en Biología Marina y de postgrado para el magíster y el doctorado en Oceanografía de la UdeC. Además, es asiduo visitante de colegios, cafés científicos e iniciativas de divulgación de la ciencia. Entre otras, destaca su participación en el documental La fuerza del mar y Experimenta

Sobre el premio, asegura que tiene dos componentes. El primero es el reconocimiento a la Universidad de Concepción por su investigación y trabajo de excelencia en el área de la Oceanografía. El segundo, más personal, tiene que ver con sentirse parte de una comunidad en la que eligió vivir. “No solo yo adopté a esta ciudad, sino que la ciudad me adoptó a mí”.