Ricardo Barra
Decano Facultad de Ciencias Ambientales
Investigador Centro Eula-Chile
Universidad de Concepción

La contaminación atmosférica es uno de los problemas ambientales más apremiantes que ha tenido Chile durante las últimas décadas, y se estima que ya ha generado enormes pérdidas a nuestro país, incluso en vidas humanas.

El modelo chileno de combate a la contaminación indica que cuando una norma de calidad ambiental es superada, se debe implementar un plan de descontaminación que pueda reducir las emisiones de los contaminantes que regula dicha norma, controlando las principales fuentes. Este es el caso del material particulado fino (MP 2,5), que es el que puede penetrar nuestros alveolos pulmonares, causando severos problemas de obstrucción y efectos perjudiciales para la salud respiratoria.

Para conocer de dónde viene este material particulado, se realizan inventarios de emisiones para cuantificar las fuentes más relevantes. En el caso del Concepción Metropolitano, este inventario indica que casi un 60% de ese material proviene de la combustión domiciliaria de leña, mientras que otras fuentes son las industriales y el transporte.

En ese contexto, el Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) del Concepción Metropolitano indica una serie de medidas, de corto y mediano plazo, para reducir los niveles de contaminación actuales. Entre ellas, el recambio de calefactores y la mejora térmica de las viviendas, así como el control de las grandes fuentes emisoras industriales.

Sin embargo, y aunque estas medidas sean adecuadas, dada la naturaleza de esta tarea se requieren determinaciones de orden mayor para resolver el tema. En primer lugar, la solución al problema de MP2,5 no va solamente por el lado de reemplazar la leña y su consumo, ya que para ello se requiere potenciar el acceso a combustibles más limpios y a precios accesibles para la mayor parte de la población. En segundo lugar, las mejoras tecnológicas y el espacio para la innovación están abiertos a mejorar los procesos de quema de biomasa a nivel doméstico, pero se les debe hacer más accesibles.

El tema es, entonces, tanto de pobreza energética como también de pobreza económica. En particular la mala calidad de la construcción de muchas viviendas del Concepción Metropolitano, que no alcanzan un mínimo de confort térmico para sus habitantes. Por lo mismo, la tarea hoy es trabajar en conjunto para que la implementación del Plan en nuestra metrópolis sea exitosa, y también para evaluar medidas extra, como lo son la diversificación de nuestra matriz energética, la incorporación de las nuevas técnicas de construcción, y finalmente no flaquear en la lucha contra la pobreza.