El proceso constituyente y su relación con los menores de edad fue el objeto de análisis de un seminario realizado por el Programa Interdisciplinario de Protección de la Infancia y la Adolescencia, Piia-UdeC, en el marco de sus actividades de extensión a la comunidad.

La Directora del Piia, Dra. Ximena Gauché, destacó que el contexto del seminario está dado por el cruce del momento histórico que vive el país a partir de las discusiones en torno a nueva carta fundamental y la necesidad de incluir a la infancia y la adolescencia en ellas.

La académica explicó la importancia del proceso constituyente a la luz de las falencias que presenta la constitución vigente, señalando, entre otras cosas, que es una carta que nació en un gobierno no democrático y sin participación, que define una democracia institucional débil y que tiene instituciones contramayoritarias, agregado “que no es amiga de la diferencia, ni de los niños y adolescentes”. Asimismo, indicó que, además del último aspecto, otra razón por la que es necesario vincular a este sector de la población con el proceso tiene que ver con el reconocimiento de las deudas del país con la infancia y la adolescencia.

“Chile está en incumplimiento de una serie de deberes adoptados al ser parte de la Convención de los Derechos del Niño (…) No tenemos una ley integral de derechos ni de garantías, tenemos una institucionalidad débil, atrasada, que no es acorde con los estándares internacionales y, además, hay un problema que, tal vez, es más cultural que normativo y que tiene que ver son las barreras que nos hemos impuesto como sociedad para tratar a los niños, porque muchas veces no son prioridad estatal (...)”, dijo.

En su exposición vía videoconferencia desde Estados Unidos, el abogado Nicolás Espejo, asesor de la Oficina de la Representante Especial del Secretario General sobre la violencia contra los niños de las Naciones Unidas y profesor visitante de la UdeC, sostuvo que la Constitución es importante desde la perspectiva de la infancia y la adolescencia, porque en este documento existen definiciones y principios generales que sin estar referidas específicamente a este grupo, “tienen un profundo impacto en la protección de sus derechos, en la forma en que van a poder desarrollar sus vidas, en el sentido de poder estar o no debidamente protegidos”.

Por otro lado, expresó que en el texto vigente están ausentes “principios específicos para la infancia que puedan ser reconocidos a nivel constitucional, como por ejemplo el principio de interés superior”, que -como dijo- hoy está sujeto a interpretaciones de las normas en que éste se presenta. Finalmente, relevó esta discusión desde la perspectiva de ciertos temas particulares de los derechos constitucionales de infantes y adolescentes que, por su impacto, deben ser abordados “no con principios generales, sino que con normas y garantías específicas para ellos”.

El especialista en Derecho Constitucional y docente de la Universidad Diego Portales, Domingo Lovera, planteó la interrogante del sentido de un proceso constituyente “desde una comunidad que excluye al 20% de la población (niños y adolescentes)” y expresó que es imperativo tomar medidas que permitan que este segmento se incorpore a la discusión política.

De acuerdo a Lovera, también hay que hacerse cargo de una serie de prejuicios y estereotipos, “que tienden a mirar a la infancia como una parte de nuestras vidas donde somos incapaces y donde somos equiparadas a sujetos salvajes que hay que domesticar, pero la teoría de la gnoseología dela infancia muestra que hay una serie de alternativas a esa visión, como que las niñas, los niños y los adolescentes tienen su propia forma de razonamiento de participar políticamente y es deber del estado, de acuerdo a sus propios compromisos, abrir espacios para que esa participación sea posible”.

El académico contó que ha compartido con algunas asociaciones de niños y jóvenes y que se ha sorprendido de su nivel de articulación. Desde esas experiencias, afirmó que, en su opinión, los menores están preparados para abordar este tipo de discusiones. “Ellos desarrollan sus propias culturas, lenguajes, miradas de mundo y la pregunta es cómo hacemos par recoger y valorar de una manera adecuada esas perspectivas”, dijo.

Como ejemplo de esta capacidad, el académico advirtió que “la razón por la que hoy estamos discutiendo de educación, es justamente por una iniciativa de adolescentes que surgió hace 10 años”.