El secretario General de la Universidad de Concepción, Rodolfo Walter, junto al abogado Javier Troncoso, presentaron este mediodía ante el Juzgado de Garantía de Concepción una querella criminal, en contra de todos quienes resulten responsables de los hechos acaecidos la madrugada del 12 de septiembre en el edificio del Departamento de ingeniería Metalúrgica, donde una turba atacó las instalaciones, poniendo en peligro la vida de los guardias y los estudiantes que acudieron a defender el lugar, y causando daños avaluados hasta el momento en 64 millones de pesos.
Según explicó Walter, “la querella persigue tres delitos, que son los de incendio, que es el más grave; el de robo en lugar no destinado a la habitación y el de daños”. De acuerdo a lo que indicó, hasta este momento no existen personas identificadas en estos hechos y por ello se solicitaron varias diligencias tendientes a ello.
Entre estas, puntualizó Troncoso, se solicita a la Fiscalía que envíe una orden de investigar a la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE) de la Policía de Investigaciones de Concepción, con el objetivo que sea dicha unidad la que sustancie las indagatorias que deben ser realizadas.
De acuerdo a los hechos indicados en la querella, el atentado se inició a eso de las 00.50 horas del 12 de septiembre, cuando una treintena de desconocidos montó una barricada al frente del Departamento de Ingeniería Metalúrgica, en calle Edmundo Larenas a la altura del 285. Estos lanzaron una primera bomba molotov al interior del edificio, la cual fue apagada por los guardias.
Posteriormente, se sumaron a los desórdenes otros dos grupos de antisociales que, sumados a los primeros, hacían aproximadamente 150 encapuchados, todos los cuales atacaron el edificio –en cuyo interior había unos 10 guardias- con piedras, palos y bombas incendiarias. Los antisociales ingresaron a un laboratorio del primer piso y desde  allí robaron sillas, una mesa de ping-pong, muebles y al menos un computador.
No pudieron seguir saqueando debido a que los guardias bloquearon los pasillos con casilleros, lanzándoles además agua con la manguera de emergencia, tanto para repelerlos como para apagar el fuego.
Luego de ello, los delincuentes lanzaron cadenazos al transformador ubicado el lugar, lo que dejó sin electricidad a todo el barrio universitario, precisa el documento.
Finalmente, los sujetos lanzaron una bomba molotov a una oficina del segundo piso del edificio, la cual resultó completamente destruida. Afortunadamente no hubo lesionados pues, como lo detalla la querella, “en el minuto que se lanza el artefacto explosivo al interior del edificio, tal como se ha señalado, había casi una decena de guardias en su interior, quienes se encontraban apostados de manera visible”.