Por tercer año consecutivo la Universidad de Concepción obtuvo el primer lugar nacional como la entidad que más solicitudes de patentes de invención presentó durante 2012. Por tal motivo mañana, durante la celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual, recibirá un reconocimiento en una ceremonia que se realizará en las oficinas del Instituto Nacional de Propiedad Industrial -Inapi- en Santiago, la que estará encabezada por el subsecretario de Economía, Tomás Flores.
Este buen resultado, con 17 patentes solicitadas a nivel nacional y 12 a nivel internacional, se debe a una política de la Universidad de Concepción y al soporte que tiene la ejecución de proyectos e inversiones en centros y facultades.
Así lo sostuvo el vicerrector de Investigación y Desarrollo, Bernabé Rivas, quien señaló que “claramente hay una línea en la que la UdeC, sostenidamente, ocupa el primer lugar a nivel nacional y que está relacionada con la aplicación del conocimiento, con la vinculación con el sector productivo. No se trata sólo del patentamiento, también se ve en los proyectos Fondef, IdeA, Valorización de la Investigación en la Universidad –VIU-, en los cuales la Universidad de Concepción ha sido la que más proyectos se ha adjudicado. Eso dice relación con lo que tiene la institución: una Oficina de Transferencia y Licenciamiento, una Incubadora de Empresas, un programa de Emprendimiento, además de la Unidad de Propiedad Intelectual (UPI)”.
En el ámbito de patentamiento, explicó la jefa de la UPI, Ximena Sepúlveda, la política de la Universidad está centrada en el incentivo a la actividad inventiva y creativa que realizan los académicos. “Hay un apoyo permanente a que se siga desarrollando esa actividad de parte de nuestros talentosos investigadores y, además, una política transversal a las distintas áreas de desarrollo de la UdeC”, dijo.
La profesional indico que la política universitaria en esta materia tiende a que “efectivamente nuestros productos, nuestros procedimientos, nuestros nuevos usos, lleguen al mercado. Y ello no con una finalidad simplemente comercial, sino que en cumplimiento del rol que la UdeC ha asumido y que está vinculado a llevar a la gente, en sus hogares, en su vida común, nuevas tecnologías que puedan mejorar su calidad de vida. Eso se hace a través de la protección legal de estos nuevos productos o procedimientos, la que está inserta dentro de esta política transversal fijada por la Rectoría UdeC”.
Prevención de Listeriosis
Una de las invenciones que durante 2012 solicitó patente y que tiene impacto sobre la calidad de vida de la comunidad, es una formulación desinfectante para uso en superficies de la industria alimentaria y clínica.
Esta iniciativa fue presentada por la investigadora del Centro de Biotecnología y de la facultad de Ciencias Forestales, Katherine Sossa, quien explicó que se trata de una formulación en base a cloruro de magnesio, que además de bajo costo de producción, es muy efectiva, especialmente para las áreas alimentarias e intrahospitalarias donde fue probada.
“Este producto es inocuo y tampoco es corrosivo, lo que permite aplicarlo a cualquier ambiente. Con esto se previenen las infecciones con bacterias patógenas. En la industria alimentaria esto es sumamente importante, ya que las bacterias se mantienen adheridas a las superficies y al entrar en contacto con los alimentos los contaminan y producen brotes infecciosos”, explicó.
Una de las infecciones que se pueden evitar, y que actualmente ha estado en todos los medios de comunicación, es la Listeriosis, causada por la bacteria Listeria monocytogenes. “En esta patente trabajamos mucho con esta bacteria probando esta solución y vimos que es capaz de inhibir completamente su crecimiento”, señaló.
Nuevas sonrisas
Jorge Jofré, director de Centro de Rehabilitación Oral Avanzada e Implantología, CRAI, es el inventor principal tras otra de las patentes solicitadas en 2012, las que se relaciona con el diseño de un dispositivo mínimamente invasivo para pacientes desdentados totales, adultos mayores.
Esta iniciativa se está desarrollando hace años y se ha ido modificando, así como solicitando nuevas patentes en torno a ella. “Una cosa es patentar, pero luego hay toda una fase de desarrollo hasta llegar con el producto al mercado, y esa es, tal vez, la etapa más larga. Nos ha tocado trabajar con varias empresas, hacer modificaciones y finalmente hoy llegamos a un producto final después de 4 ó 5 años luego de la primera patente”, explicó, relatando que durante este tiempo las personas que lo han probado han podido mejorar ostensiblemente su calidad de vida, en elementos tan básicos como la alimentación o el poder reír.
Jofré señaló que, a diferencia de las prótesis tradicionales, este dispositivo tiene un sistema de guías tridimensionales diseñado para que permita instalarlo sin riesgo de que el implante quede en una posición inadecuada. “Se trata de una guía estándar, sin necesidad de escáner, diseñada específicamente para esos pacientes. Además el implante tiene un diámetro mucho menor que el tradicional y cuenta con un diseño geométrico que permite tener estabilidad. Por lo tanto, no necesita hueso, ni injerto, ni mover la encía. Es un tratamiento muy poco invasivo”. Además de ello, se trata de un producto cuyo costo es mucho menor al de los tradicionales, pues podría llegar a costar el 20% de ellos, lo que lo hace en una alternativa plausible, por ejemplo, para los sistemas públicos de salud.
El director del CRAI explicó que en este caso se patentó tanto el diseño como el sistema en general. Este largo paso vivido durante el desarrollo del concepto, dijo Jofré, demuestra que salir de la idea y llegar al mercado es un proceso lento, en el cual se necesita perseverancia, aunque es muy enriquecedor.
“Es una satisfacción tremenda para alguien que trabaja en el área de investigación tener una idea que, de un concepto inicial, pasa a un producto que sirve a la sociedad, a las personas que de otra manera no podrían tener acceso a este tratamiento”, señaló, afirmando que uno de los objetivos planteados con este sistema es que sea de bajo costo y factible de ser aplicado por un dentista general y no necesariamente un especialista.