A finales del pasado mes de enero, la Directora de Relaciones Internacionales UdeC, Dra. María Inés Picazo Verdejo, fue invitada por el embajador chileno en la Habana a participar, junto con representantes del Servicio Nacional de Adulto Mayor (Senama) y del Ministerio de Salud (Minsal) del Taller “Chile-Cuba: Atención y cuidado a las personas mayores en América Latina y el Caribe. Desafíos y oportunidades”.

La misión, financiada por la Cancillería Chilena y co-organizada junto al Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (Cited) de La Habana, tiene como objetivo compartir experiencias institucionales, políticas y programas sobre adultos mayores en Cuba, dada la similitud de desafíos de ambos países y la larga experiencia cubana en esta materia. En la actualidad, Chile cuenta apenas con 120 geriatras mientras que Cuba cuenta con 379 especialistas en gerontología y geriatría además de 181 residentes en formación procedentes de varios países.

El programa contempló charlas de geriatras, y de otros especialistas como arquitectos, trabajadores sociales y psicólogos que han integrado el envejecimiento positivo en sus investigaciones y propuestas de mejoras de la calidad de vida de los mayores desde sus disciplinas respectivas.

Durante la estadía, se realizaron visitas a instalaciones como el Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud, la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor del Municipio Marianao, y la Casa del Abuelo "Vilma Espín Guillois" del Municipio Playa.

Según la proyección del Senama, para 2025 se producirá un cruce demográfico en Chile que llevará a tener tantas personas mayores de 60 años como menores de 15 años. Existe una revolución de la longevidad a nivel global, cada vez vivimos más años por lo tanto es necesario volcar la atención en desarrollar un envejecimiento saludable, activo y positivo, es decir, que los adultos mayores sean autovalentes e integrados a distintos ámbitos de la sociedad para su bienestar.

"Cuba tiene un sistema de protección, de atención y de inclusión del adulto mayor extraordinario y muy inspirador para Chile y para nuestra Universidad. Tenemos casi tres millones de mayores de 60 años en nuestro país. Nosotros como Universidad estamos concernidos por este desafío del país, y la UdeC tiene todas las capacidades para aportar a la construcción de políticas nacionales hacia el adulto mayor, para generar una oferta de formación en cuidadores, o en especialidades médicas, para pensar en el diseño de ciudades amigables para ellos, o generar propuestas académicas de inclusión, de derechos y de fortalecimiento de las capacidades de participación”, señaló la Directora María Inés Picazo.

Por otro lado, según datos del Senama, un 4,5% de las personas mayores de Chile se encuentra en situación de pobreza por ingreso y un 22,1% en situación de pobreza multidimensional. Los mayores se encuentran socialmente excluidos, y un 73% socialmente marginado. Esta tendencia tiene directa relación con la percepción social ya que el 68% de los chilenos cree que las personas mayores no pueden valerse por sí mismas, sin embargo, la realidad es que sólo un 14,4% son dependientes funcionalmente y un 3,7% tiene dependencia severa.

En este necesario cambio de paradigma social es importante la responsabilidad que tienen las instituciones de educación superior sobre todo en combatir el edadismo, “particularmente, la educación, sabemos bien que empodera, hace autónomas a las personas, les permite gestionar sus propios espacios y asuntos. Pero además, también tenemos que preparar a quienes no son adultos mayores hoy, a los jóvenes, a los niños, a los docentes, pues el envejecimiento de la sociedad es un hecho, ¡y qué bueno que así sea! Nosotros, todos, debemos comenzar a generar una cultura de derechos de nuestros mayores, de instituciones y de políticas que favorezcan un envejecimiento positivo y mayor inclusión de nuestros mayores”, destacó la Directora Picazo.

Por último, enfatiza reflexionando sobre este encuentro, en relación a que "el aumento de la esperanza de vida que experimentan prácticamente todos los países constituye, sin duda, un gran avance de la humanidad, pero al mismo tiempo es un desafío para las instituciones públicas y para otros sectores sociales, económicos y para la academia”. Para ello señala que es útil conocer buenas prácticas de otros países y articularse con instituciones públicas y con las mismas organizaciones de mayores en nuestra región para enfrentar conjuntamente este ineludible desafío social, “estamos preparando una propuesta que dé continuidad al objetivo de la misión, de modo que la transferencia de las prácticas institucionales y educacionales cubanas lleguen a más autoridades, investigadores y docentes de nuestra Universidad”, señaló.