Un importante reconocimiento a su trayectoria como investigadores recibieron los docentes Adelio Matamala (decano de Ciencias Químicas), Aníbal Pauchard (facultad de Ciencias Forestales) y Cristian Hernández (facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas), quienes recientemente fueron incorporados (junto a otros 22 científicos del país, la mayoría de Santiago) al Programa Ciencia de Frontera de la Academia Chilena de Ciencias, que tiene por finalidad destacar la excelencia y potencialidad de científicos jóvenes –hasta 42 años- en diferentes áreas, integrándolos a un programa que apunta a fortalecer la comunidad científica nacional, promover la discusión interdisciplinaria, difundir la ciencia de excelencia y establecer contactos con agrupaciones de investigadores jóvenes de otras partes del mundo.
El decano Adelio Matamala, que desarrolla su investigación en química cuántica,  señala que esta invitación además de ser un reconocimiento personal, es una oportunidad para contribuir a la valorización de la ciencia en la sociedad y analizar las proyecciones del quehacer científico en Chile.
A su juicio, uno de los grandes desafíos de este programa es la integración de la comunidad científica. “A pesar de ser bastante pequeña nos sucede que muchas veces no sabemos lo que está haciendo el de al lado y sabemos más de lo que se está haciendo en Estados Unidos o Europa. Por eso, uno de los ejes del programa es poder intercambiar experiencias”.
En su caso particular, la participación en este grupo abre perspectivas de vinculaciones con investigadores de la física y matemática, que son las áreas en juego en su línea de trabajo.
Al hablar de las percepciones de la gente sobre la ciencia, el doctor Matamala  advierte que en Chile se vive una paradoja, en la que “por un lado todo el mundo opina que la ciencia y la tecnología son importantes  porque ayudan al desarrollo; pero si uno va a los términos prácticos, todavía queda una opinión de que la ciencia no ha entregado todo lo que tiene que entregar en beneficio de la comunidad”.
Y en eso, dice, hay tareas pendientes: a su juicio se necesita lograr un mayor entendimiento entre los científicos y de éstos con los profesionales de las comunicaciones.
Una posición similar tiene el doctor Aníbal  Pauchard, quien ve en esta distinción un reconocimiento a su labor y al trabajo de colegas y estudiantes que desarrollan ciencia a amparo del Laboratorio de Invasiones Biológicas, LIB, que él dirige.
El académico cree que los científicos deben hacer más por comunicar los resultados de sus investigaciones, buscando formas de despertar la “curiosidad científica” en la sociedad.  “Esto a veces resulta muy difícil cuando la sociedad se basa en un materialismo e inmediatismo tan fuerte como el que vivimos en Chile. Por ello, debemos aumentar el diálogo entre científicos para así también mejorar el diálogo  con la sociedad”.
De ahí la relevancia que asigna al Programa Ciencia de Frontera:  a su juicio es una “excelente instancia” para crear sinergias, generar discusión interdisciplinaria (“algo que, piensa, debiese darse regularmente”, señala) y también para entusiasmar a jóvenes de pre y posgrado a motivarse por la carrera académica.  “Creo que los seleccionados en estos concursos podemos dar un buen ejemplo a gente más joven que va a enfrentar la, a veces, difícil carrera de hacer ciencia”.
Para Cristian Hernández, la invitación al Programa es un reconocimiento a su línea de investigación  -modelos de evolución ecológicos y morfológicos en contextos filogenéticos y biogeográficos-  que “en cierta forma te dice que eso que haces con tanta pasión y que te encanta hacer, lo estás haciendo bien y que es reconocido por los pares”. Desde esa perspectiva,  señala que la distinción  constituye un nuevo estímulo para él y su grupo de trabajo del Laboratorio de Ecología Molecular y Filoinformática. Pero también, dice, es una suerte de  llamado “a hacer un aporte mayor” desde su labor como científico.  Por eso, ve que el nombramiento  implica un compromiso que ha sido asumido seriamente por todos los seleccionados en  esta oportunidad.
El doctor Hernández cuenta que en la primera reunión, los nuevos Investigadores de Frontera se propusieron  “marcar la diferencia” respecto de los grupos anteriores (éste es el tercero), en el sentido de darle una mayor proyección al núcleo de trabajo “porque básicamente hasta ahora ha quedado sólo en un reconocimiento para las personas que lo conforman; el grupo funciona dos años y, luego, desaparece”.
La idea es “generar un movimiento dentro de la ciencia  en Chile, incorporando a las personas que están graduándose o a punto de hacerlo, en el país y el extranjero…queremos generar una instancia de discusión con todos los que están haciendo ciencia de frontera”, dijo.
Es, en su opinión, un gran desafío, sobre todo por la escasa disponibilidad de recursos para montar un proyecto de más largo plazo, pero –agrega- que tiene la ventaja de contar con un espacio respaldado por la Academia de Ciencias.  “Esta es una posibilidad de estar integrados, a una temprana edad, a la Academia”, afirma.
Con miras a preparar este proyecto, el grupo de investigadores eligió a tres representantes que coordinarán el trabajo, entre los cuales se cuenta el doctor Hernández.
Mañana el Grupo asistirá a su segunda reunión en Santiago, mientras que en un fecha próxima, aún sin confirmar, se reunirán en la UdeC, en una fecha por confirmar, con  “la idea es presentar al Grupo y dar una señal, diciendo que la ciencia de frontera no sólo está en Santiago”.