Un taller para aprender a preparar comida típica chilena, pero especial para quienes padecen la enfermedad celíaca, se realizará mañana miércoles 12 de septiembre, a las 18 horas, en el cuarto piso de la facultad de Farmacia. Se trata de una actividad organizada por el grupo de apoyo Gracya -Grupo de apoyo a celíacos y amigos-, que al alero de la Facultad de Farmacia y por iniciativa de tres nutricionistas de la UdeC, se constituyeron hace dos años como una instancia de apoyo y educación para los enfermos celiacos, sus familiares y amigos.
El taller dieciochero está abierto tanto a la comunidad universitaria como a la de Concepción, y tiene como propósito enseñar a preparar algunos platos típicos de esta época –como las empanadas- pero que debido al gluten presente en las harinas resultan uno de los alimentos más nocivos para los celíacos, quienes ven su condición empeorada por este componente.
La enfermedad celíaca es un mal autoinmune de base genética, que se caracteriza por presentar diversos grados de daño en la mucosa intestinal. Es una condición que aparece en individuos genéticamente susceptibles, que han sido expuestos al gluten, una proteína contenida en trigo, cebada y centeno. Hace una década atrás era considerada una condición de prevalencia más bien baja, que afectaba el tracto digestivo, principalmente en niños, pero hoy se sabe que es una condición de alta frecuencia y que puede afectar tanto a niños como adultos. Si bien en Chile no existen estudios que muestren cuántas personas la padecen, en base a estudios efectuados en numerosos países, se estima que la prevalencia en Chile es de 1 por cada 250 habitantes.
Sigrid Mennickent, una de las académicas coordinadora de este grupo, supo hace diez años que era celíaca y desde entonces –reconoce- hubo un largo proceso para aceptar su condición y aprender a convivir con ella, sobre todo en un mercado en que el gluten está presente en un importante porcentaje de los alimentos y donde los productos especiales tienes precios prohibitivos para muchas familias.
A juicio de la Académica, Gracya se ha convertido en una importante instancia para que niños y adultos celíacos tengan un apoyo en el proceso que ella misma vivió: “Es una muy buena idea, pues cuando hacemos las reuniones todos saben que pueden compartir –por ejemplo- de una once sin preocuparse de si lo que están comiendo tiene o no gluten”, señaló. Explicó que en las reuniones participan distintos expertos que educan en diferentes áreas (nutricionistas, kinesiólogos y médicos). “Actualmente somos alrededor de cincuenta personas, incluso viene una familia de Arauco, y así hay muchas historias entre los que componen el grupo”, explicó.