Ha pasado casi un mes del accidente que le costó la vida -cuando viajaba  como voluntario de Un Techo para Chile hacia Los Álamos- y el recuerdo del estudiante de Ingeniería Industrial, Jorge Vera Sierra, sigue patente, y se hará extensivo en el tiempo en la sala de estudios de la carrera que, en un homenaje del Departamento de Ingeniería Industrial (DII), desde ayer lleva el nombre del joven.
Su padre, Jorge; su madre, Oriana; su hermano, Sady; amigos, sus compañeros de Universidad, del colegio y el liceo, autoridades de la facultad de Ingeniería y académicos del DII  asistieron al acto en que se descubrió la  placa recordatoria en el acceso a la sala, situada en el edificio de Sistemas.
“Queremos recordarlo en función de la calidad que tuvo como estudiante. Fue un alumno integral, no sólo destacó en materias propias de la academia sino que también en actividades extraprogramáticas, por su compromiso social y su pasión por el deporte”, dijo en la oportunidad el director (I) del DII, Pablo Catalán, quien agregó que "Coco no sólo fue un destacado alumno nuestro sino también un compañero muy querido… Y hay que hacer una mención de lo orgulloso y felices que nos sentimos cada vez que un joven como coco toma la decisión de estudiar con nosotros, un joven inteligente, un joven con pasión, un joven carismático y un joven muy querido, no sólo bueno para las matemáticas sino que muy completo en su forma de ser”, señaló.
A través de esta sala, agregó,  “el nombre  (de Jorge) que quedará para la posteridad, para que todas las generaciones de estudiantes de Ingeniería Industrial tengan el recuerdo y la memoria de Coco, en el sentido de tomarla como un ejemplo de lo que nosotros como Universidad de Concepción queremos que sean nuestros alumnos”.
Para sus compañeros “fue un hombre maravilloso, que dejó una profunda huella de bondad en cada una de las personas con las que él fue relacionándose”, como expresó  el presidente del Centro de Alumnos de Ingeniería Civil Industrial,  José Pablo Encina.
“Imposible  no recordar a Coco con una gran sonrisa en su rostro transmitiendo felicidad y alegría. Esto nos da una tremenda satisfacción, pues fue una persona sumamente feliz y en nuestros corazones seguirá siéndolo por siempre”, afirmó.
El dirigente  resaltó el significado que para los  alumnos  tiene la sala de estudios. “Es  una especie de hogar,  es nuestro refugio. Dentro de estas cuatro paredes transcurre la vida universitaria de toda persona que haya estudiado Ingeniería Civil Industrial. Por eso es un orgullo inmenso que este lugar tan importante lleve el nombre de una persona que representa fielmente los ideales que cada uno de nosotros los estudiantes buscamos poseer en el futuro”.
El padre de Jorge agradeció el homenaje, señalando que su hijo “era feliz haciendo lo que hacía, ayudando al prójimo, estudiando o jugando (fútbol), defendiendo los colores de su carrera. Lo único que puedo decir es que cuando se acuerden del Coco lo hagan en buena lid”.
En tanto, su madre dijo sentirse “muy emocionada por el cariño que han expresado por mi hijo. Estoy  muy orgullosa de él como hijo, como persona y agradecida de todos ustedes”, dijo.