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Roberto Méndez explicó clima social chileno en aniversario de Diario Concepción

Como un divorcio entre el valor que los chilenos dan a su vida privada y la desconfianza con que observan a las instituciones graficó el gerente de la empresa Adimark, Dr. Roberto Méndez, el actual y contradictorio clima social que se vive en el país, durante una charla que ofreció ante un numeroso público, en medio de las celebraciones por los cinco años de existencia del Diario Concepción, periódico nacido en mayo de 2008, gracias a una iniciativa de la Universidad de Concepción y el Consorcio Periodístico de Chile (Copesa).
Durante el saludo a las autoridades, encabezadas por el Rector Sergio Lavanchy y el Intendente Víctor Lobos, el presidente del directorio de Diario Concepción, Mariano Campos, indicó que el balance es satisfactorio, puesto que –señaló- este medio se ha convertido en un referente de opinión, que se caracteriza además por su pluralismo.
El nuevo aniversario del diario también fue saludado por el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPCC) de Concepción, Alberto Miranda, quien introdujo a Méndez refiriéndose al especial ambiente que se vive en Chile, producto de los movimientos sociales y el año eleccionario, por lo cual resaltó la necesidad de contar con una mirada analítica al respecto.
Bío Bío
Méndez, ingeniero comercial de la PUC y Doctor de la Universidad de Stanford, indicó que es muy difícil entender lo que ocurre actualmente en Chile si se tienen en cuenta determinadas cifras. A nivel regional mostró que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bío Bío es del orden de los 8.700 dólares, muy inferior al de Antofagasta, de más de 37 mil, y menor también al promedio nacional (de 18 mil), pero superior al de la Araucanía. Para explicitar lo anterior, explicó que si cada región fuera equivalente a un país, Bío Bío tendría los ingresos de Rumania, mientras que en Antofagasta serían semejantes a los del Reino Unido y, en la Araucanía, a los de Ecuador. En términos de desempleo, con un 8% estable durante los últimos dos años, pasa algo semejante; es decir, Bío Bío se mantiene en un sitial inferior al promedio nacional, pero superior de la Araucanía, aunque sin visos de mejoramiento o empeoramiento.
Algo parecido sucede con los niveles de pobreza, pero como contrapartida, hay muy buenos niveles en los resultados de la prueba Simce de cuarto básico, donde los niños de Bío Bío han obtenido puntajes más altos que la media nacional. Otro índice positivo –dijo Méndez- es que el ranking de calidad de vida urbana 2012 demostró que el Gran Concepción sigue siendo un mejor lugar para vivir, incluso por sobre Santiago y el Gran Valparaíso (aunque detrás de las urbes del norte).
?Sumando y restando, Concepción es un muy buen lugar para vivir? argumentó el especialista.
El país
A nivel nacional las grandes cifras son, a juicio de Méndez, inmejorables: “hoy estamos al final de una de las bonanzas más larga de la historia de Chile”, precisó, argumentando que si en 1987 había un 45% de pobres en el país y un ingreso per cápita de  3.600 dólares, hoy existe un nivel de pobreza del orden del 14% (más o menos, dada la imprecisión de la encuesta Casen) y un nivel de salarios que se acerca a los 19 mil dólares, los que se estima que, para 2016, podrían llegar a los 22 mil.
?La economía vuela? afirmó Méndez, quien argumentó que existe pleno empleo y falta mano de obra, sobre todo en el norte grande. Asimismo, relató que en el índice de ánimo de los consumidores se está llegando a los 60 puntos, lo que calificó de “extraordinario”.
Pese a todo lo anterior, para nadie es un misterio que el desánimo cunde y que los diversos movimientos que han estallado evidencian que no todo es miel sobre hojuelas.
Las explicaciones
De acuerdo a Méndez, el punto de inflexión fue el estallido del movimiento estudiantil, a principios de 2011, y planteó como hipótesis que “el movimiento estudiantil cambió el clima social de manera profunda y permanente, afectado los procesos sociales y políticos”.
De acuerdo a lo que puntualizó, antes de que estallara el “no al lucro” en las universidades, el gobierno había tenido un peak de popularidad del 63%, y que a inicios de 2011 estaba en un 40%, tras lo cual ha llegado incluso al 27%, entre otras cosas porque “hubo una extraña sincronía” dado que, casi en forma simultánea, eclosionarios el escándalo por los créditos repactados en La Polar y las acusaciones en contra del sacerdote Fernando Karadima. Estos hechos –precisó- afectaron a una empresa que antes de ello era vista como una suerte de compañía modelo y a la Iglesia Católica.
Todo esto, opinó Méndez, “afecta la fe pública en las instituciones” y producto de ello es que, por ejemplo, casi el 60% de las grandes empresas ha efectuado cambios en sus gobiernos corporativos. ¿Por qué?, se preguntó el especialista en opinión pública. “Desconfianza, desconfianza y desconfianza”, se respondió a sí mismo, agregando que a todo ello se ha sumado el daño que se ha originado en torno a encuestas como la Casen o la censal.
Pero no es todo. Hay un evento que “nadie comenta porque no le conviene a nadie”, especificó, refiriéndose a la abstención de las municipales 2012, donde votaron 5.5 millones de personas, en circunstancias que desde el retorno de la democracia la cantidad de votantes fluctuó en todas las elecciones entre 6.9 y 7.5 millones. Agregó, sobre el voto voluntario y la inscripción automática, que “si esto hubiera ocurrido en una empresa, el que llegó con esta idea se habría ido de inmediato para la casa”, especialmente porque lo ocurrido agregó más deslegitimidad a un sistema que hoy, por ejemplo, tiene a cuatro rectores universitarios formalizados, algo inédito en la historia chilena.
En ese plano, argumentó que la crisis universitaria se saldará a favor de las grandes instituciones, “como la Universidad de Concepción, por ejemplo, que saldrán fortalecidas”, algo singular en un panorama en medio del cual crece el descrédito de instituciones como el senado, las empresas privadas o la iglesia, y donde aumenta día a día la percepción de conflicto. Un ejemplo de ello es que hace pocos años un 44% de la población percibía que el Estado mantenía un conflicto grave con el pueblo mapuche. Hoy, dicha sensación la comparte un 83% de la población.
La paradoja
Al mismo tiempo, el 81% de los chilenos se declaran “felices” a plenitud o “bastante felices”. Es decir, “estamos satisfechos con nuestra vida, pero descontentos con las instituciones”, explicó Méndez, citando las conclusiones a las cuales ha llegado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que se expresan en la existencia de consumidores desconfiados, intolerantes al error e hiper comunicados, por lo cual las instituciones y compañías deben ser muy sensibles al clima social, dado que lo anterior “ha provocado un vuelco a lo individual, a la familia, al bienestar, en desmedro de las instituciones”, finalizó.