Con una firma de contrato en presencia de los músicos de la Orquesta Sinfónica y la interpretación del himno de la Universidad de Concepción a la salida del Teatro, el Rector Carlos Saavedra y el Gerente de Corcudec, Mario Cabrera dieron la bienvenida al director sueco Mika Eichenholz, quien se reincorporará a partir de la temporada 2019.

En un emotivo encuentro, los músicos dieron la bienvenida al director, quien señaló que tiene un lazo especial con esta orquesta. “Tener esta posición es importante para cualquiera. Eres responsable por una familia, además nos conocemos hace 20 o 25 años atrás. Esta es una nueva era, muy linda para la Orquesta”.

El Rector Carlos Saavedra destacó el hecho que el director se incorpore para el centenario de la UdeC, señalando que su contrato tendrá inicialmente una duración de tres años. Agregó que su llegada es un ingrediente positivo a la hora de enfrentar los nuevos desafíos de la Orquesta. “Hemos planteado y queremos que nuestra Orquesta no se limite solo a la Región del Bío Bío ni a desarrollar su actividad solo en Chile. Esperamos que junto al nuevo director podamos, por ejemplo, desarrollar giras internacionales, algo que ya está trabajando el Gerente de la Corporación, Mario Cabrera”.

Respecto al recibimiento que tuvo el director, señaló que “son pocas las palabras que quedan para explicar la relevancia que tiene la incorporación del director, es la misma orquesta la que con cariño, afecto, aprecio y reconocimiento a las capacidades musicales, expresa su alegría ante esta incorporación”.

El Gerente de la Corporación Cultural Universidad de Concepción (Corcudec), Mario Cabrera, destacó la trayectoria de Eichenholz, señalando que se ha presentado en los escenarios más importantes de Europa y Latinoamérica. “Tenía ofertas muy importantes en este momento”, comentó. “Con él, vamos a poder proyectar una temporada muy interesante en 2019 -en el contexto del centenario- pero también queremos internacionalizar la orquesta”.

La ceremonia finalizó con el himno de la Universidad, interpretada en plena vereda de calle O’Higgins, ante la mirada sorprendida de los peatones.