La alfabetización digital nuevamente otorga grandes réditos a proyectos nacidos bajo el alero de la Universidad de Concepción, en este caso, un proyecto psicoeducativo transmedial de adherencia a los tratamientos de personas con hipertensión arterial en la comuna de Hualpén, el que tiene como objetivo, entre otras materias, mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y lograr una mayor adherencia a la hora de tomarse los medicamentos.

Se buscó una idea innovadora, con el uso de la tecnología y que tuviera un impacto social potente, y se trabajó con dos datos preocupantes: el acelerado envejecimiento de la población chilena, que según Naciones Unidas, en veinte años más Chile tendrá 33 adultos mayores por cada 100 habitantes. El segundo, que el 75% de los adultos mayores en Chile sufre de hipertensión arterial.

Con esta información se creó un equipo multidisciplinario, entre profesionales del área de la salud, sociales y la ingeniería, que se propuso el desafío de aportar para bajar este alarmante porcentaje de una enfermedad silenciosa y que, lamentablemente, las personas que la padecen no “acostumbran” seguir al pie de la letra las indicaciones médicas.

En 2017 comenzó el levantamiento de problemas para disminuir esa preocupante cifra y así mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. Luego de analizar las distintas realidades, se llegó a la conclusión de que los pacientes con hipertensión arterial no cumplían con la diagnosticación médica, porque se les olvidaba tomar los remedios.

Con datos e información en la mano, se creó en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción una aplicación para aumentar la adherencia a los tratamientos. Se trabajó con un grupo de 300 pacientes del Cesfam Hualpencillo de Hualpen. Un tercio de ellos recibió un smartphone con la aplicación cargada, otros solo vieron videos informativos sobre la importancia de cuidarse de la hipertensión, y un tercer grupo siguió con el tratamiento que ya traían, sin ninguna adición especial. La meta era observar cuánto incidía la app en las conductas de los pacientes, a largo plazo.

Esta app alertaba a los pacientes cuándo debían tomarse los medicamentos; los resultados fueron sorprendentes, porque se aumentó la adherencia a los tratamientos en las personas que utilizaron la aplicación. “Durante la caracterización de las personas mayores de los centros de salud de Hualpén, nos encontramos con que solo el 54 por ciento de las personas tenía adherencia a los tratamientos de la hipertensión arterial. Luego de la aplicación del programa psicoeducativo transmedial, logramos aumentar el nivel de adherencia en un 33 por ciento”, puntualizó la directora del proyecto, Dra. Jacqueline Sepúlveda.

La solución propuesta a la falta de adherencia al tratamiento de la hipertensión arterial en adultos mayores es la incorporación de un programa psicoeducativo transmedial, como apoyo al tratamiento tradicional que reciben estos pacientes en los centros de atención. Pero a la vez se detectó un problema al que nadie había hecho un alcance, porque, según la directora del proyecto, “si bien los resultados son muy optimistas, necesitamos avanzar en que las personas mayores tengan un mayor nivel de alfabetización digital, para que las herramientas que nosotros podamos entregar, en base a esta plataforma que es una aplicación en un celular, pueda ser masificada no solo en la comuna de Hualpén, sino que en otras comunas de la región del Biobío y del país”, enfatizó Sepúlveda.

Rafael Novoa, paciente con hipertensión y beneficiario del proyecto, comentó que “suena la alarma e inmediatamente me tomo los remedios, lo que me sirvió para mantenerme en forma y hacer ejercicio, junto con tener una alimentación de acuerdo a la edad”. Julieta Fernández, otra paciente que participó del proyecto, aseguró que “con esto me tomo los remedios a mis horas. Pero me costó un poco, porque la tecnología nos quedó un poco grande”.

Este programa es innovador, porque se basa en el empoderamiento del paciente con un enfoque desde la salutogénesis, es decir, centrado en los factores humanos que apoyan la salud y el bienestar y no en el paradigma hegemónico de la patogénesis, es decir, centrado en la búsqueda de la enfermedad y sus causas. Un proyecto que nace en la Universidad de Concepción y que da cuenta que cuando se une la academia con el sector público y privado se pueden crear proyectos con resultados positivos y un tremendo impacto social.