“El uso de las imágenes puede ayudar a mejorar la comprensión de pacientes que reciben indicaciones de tratamiento después de una visita al médico”, explica la jefa de carrera de Ingeniería Civil Biomédica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, Dra. Rosa Figueroa Iturrieta. El proyecto titulado "Sistema de Asociación Automática de Indicaciones Médicas a Pictogramas para Facilitar su Comprensión y Retención", Simap, se adjudicó recursos del Concurso de Investigación Tecnológica 2019 del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondef IT —de Conicyt— por un periodo de dos años.

“Para comprobar la hipótesis del proyecto, primero vamos a crear un sistema que permita incorporar de forma automática imágenes simples al texto que escriba el médico al entregar indicaciones de tratamiento a un paciente, con la idea de reforzar la comprensión de indicaciones del uso de medicamentos, del manejo del asma en sus casas. No cambiaremos las indicaciones que entregue el médico, solo se añadirán imágenes para reforzar la comprensión de estas por parte del paciente. La idea de Simap es que en un futuro se incorpore como una funcionalidad dentro de los sistemas existentes. Para esto estamos probando nuestra hipótesis”, explicó Figueroa.

Este proyecto es encabezado por Figueroa como investigadora principal y su directora alterna es la académica de la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Valparaíso, Dra. Carla Taramasco. Además de ellas participan en la investigación un gran equipo multidisciplinario, tanto en Concepción como en Valparaíso. “Tenemos un grupo de investigadores muy completo y multidisciplinario cubriendo las áreas de la salud, psicología e ingeniería y un equipo técnico igualmente”, explicó la académica UdeC. Dentro de la Universidad de Concepción nuestro equipo está formado por María Elena Lagos, de la Facultad de Enfermería; junto a Julio Godoy y Esteban Pino, de la Facultad de Ingeniería. En la Universidad de Valparaíso participan en el equipo Carla Rimassa, de la Escuela de Fonoaudiología; y Rodrigo Cabrera, de la Escuela de Trabajo Social.

“Es un proyecto que mezcla muchas disciplinas, ya que estamos viendo desde la forma en que se comprenden las indicaciones, trabajando con pacientes reales de centros de salud primaria. Esta Universidad, además, gracias a su infraestructura y al hecho de tener casi todas sus facultades prácticamente concentradas en un solo lugar, permite este trabajo interdisciplinar; para nosotros como Ingeniería Civil Biomédica esta forma de trabajar es una necesidad. Desarrollar tecnología para la vida, que es lo que hacemos, requiere buscar apoyos y alianzas con personas que tengan los conocimientos en las diversas áreas en que se pueda aplicar, tales como salud, biología, sociología”, detalló. “Esto no es raro en el extranjero, pero en Chile nos hemos demorado en implementarlo, y en este mismo sentido también es importante la colaboración entre universidades, dado que cada una también tiene sus propias competencias particulares”.

El proyecto Simap surge como una posibilidad de fortalecer la historia de colaboración científico-académica permanente con el Servicio de Salud Talcahuano, y especialmente con algunos consultorios de su red, pertenecientes a los Departamentos de Administración de Salud Municipal, DAS, de las comunas de Hualpén y Talcahuano. “Además, nos están apoyando centros de salud municipales de Valparaíso y San Antonio, por lo que vamos a trabajar con pacientes de diversas realidades” relató Figueroa. “En primera instancia, serán personas con diagnóstico de asma bronquial, para después proyectar la cobertura a otras patologías. Vamos a partir con un diagnóstico que permita una muestra acotada de pacientes, que nos permita validar la primera etapa del proyecto para probar la asociación de un texto y el significado de las imágenes. Los pacientes con diagnóstico de asma nos ayudarían en esta primera etapa, porque ya tienen experiencia en su tratamiento por tratarse de una condición crónica. Más adelante probaremos el sistema en un escenario real para validar la hipótesis de que mejoraremos la comprensión de las indicaciones médicas asociadas al manejo y tratamiento del asma”.

Acerca de la valoración social del estudio, la académica destacó que “la propuesta ha tenido una muy buena recepción de parte de los profesionales de la salud, porque la experiencia muestra que incluso los pacientes crónicos que llevan tiempo atendiéndose en el sistema presentan dificultad en entender las indicaciones médicas que se le entregan. Entonces, el proyecto cobra gran valor, porque estaremos entregando herramientas al equipo de salud para apoyar la atención al paciente. Para nosotros es primordial trabajar con la salud primaria, porque es en los consultorios donde los pacientes tratan muchas de sus dolencias y conocen a sus equipos de salud. Es uno de los sectores que atiende mayor proporción de pacientes y presentan muchas necesidades”.

La investigadora, además, destaca el positivo impacto que el desarrollo de la investigación aplicada tiene en la formación que reciben los estudiantes, tanto de planes de pregrado como de postgrado. “Para los alumnos, participar en este tipo de proyectos les da una inyección de entusiasmo adicional, al ver que los resultados de su trabajo se van aplicando en escenarios reales y los va motivando a atreverse en el futuro a innovar para mejorar la forma de trabajo que tenemos actualmente. En términos generales, es muy importante que como Universidad potenciemos el desarrollo de la investigación aplicada, sobre todo porque el trasfondo tecnológico de lo que desarrollamos en los proyectos proviene de investigaciones más bien teóricas, pero que se pueden aplicar a la realidad. Eso sí, tenemos que acelerar el ritmo de transferencia de la investigación desde los laboratorios hacia la comunidad, porque también el desarrollo tecnológico en general está avanzando cada vez más rápido”, sentenció Figueroa.