Con más de 10 mil estudiantes, tres mil de ellos titulados (en su gran mayoría trabajando), en sus 20 años, el CFT Lota Arauco ha logrado mejorar los niveles socioeconómicos que exhibía la zona del Golfo de Arauco tras el cierre de la actividad minera.

Toda la experiencia desarrollada por la institución -proyecto conjunto de la UdeC y Corfo- ha sido resumida en el libro "Educación y Movilidad Social en Chile. CFT Lota Arauco”, del Vicerrector de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio (Vrim), Jorge Rojas; el Rector del Centro, Luis Quiñones; y el sociólogo Marcelo Norambuena

El texto, editado por la Vrim, fue presentado en la Casa del Arte por sus autores, en un acto que contó con la participación del Vicerrector de Asuntos Económicos y Administrativos, y presidente del Directorio de la Sociedad Educacional UdeC, Alejandro Santa María, y del Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitrán.

“Este libro muestra lo que la Universidad, la comunidad y Corfo han hecho en 20 años, al lograr instalar algo que es una palanca de progreso y oportunidades en una zona con todas las dificultades que tiene”, comentó el Vicerrector Santa María, a la vez que destacó el trabajo de los autores, por cuanto “han logrado transmitir con claridad cuál era el sentido que tuvo la iniciativa de instalar un centro de formación en la zona”.

En tanto, Bitrán reconoció que ese libro “tiene una importante significación personal”, porque -recordó- fue parte del difícil proceso que vivió la zona del carbón con el cierre definitivo de la actividad minera y, también, de la génesis del CFT. En su opinión, en estos 20 años, el Centro “le ha dado movilidad social a la gente, oportunidades de desarrollo personal y familiar; ha contribuido al desarrollo económico de la zona, la comuna de Lota y su entorno”.

“Es bueno mirar al pasado y felicitarnos por haber estado ahí y haber creado esta institucionalidad en el Golfo de Arauco”, agregó el Vicepresidente Ejecutivo de Corfo.

El Vicerrector Rojas, quien es parte del Directorio del Centro, señaló que la institución fue instalada con el propósito de generar capacidades a hijos de los mineros, para que pudieran salir de la vulnerabilidad. De acuerdo a Rojas, los estudios muestran que al ingresar al Centro los jóvenes registran un ingreso per cápita de 60 mil pesos, “prácticamente una situación de pobreza extrema”, que aumenta a 600 mil al ingresar al mercado laboral.

El Rector Quiñones expresó que el trabajo del Centro descansa en la hipótesis de que a mayor educación, se generan más oportunidades de trabajo y, con ello, ocurre la movilidad social. “Al generarse movilidad social ascendente se produce un círculo virtuoso que tiene que ver con algo muy profundo en las personas, que es su dignidad”, aseveró.

Por su parte, Norambuena, sociólogo e investigador institucional, explicó aspectos metodológicos usados en los estudios de que se nutre el texto. “Evaluamos la evolución de los estudiantes y llegamos a resultados muy positivos, utilizando varias escalas para medir la movilidad social. Una de ellas fue la comparación de ingresos y bienes discriminantes, pero una de las más significativas fue la escala de medición del tipo de ocupación, donde encontramos una mejora significativa en la vida de los estudiantes”, comentó.

En la oportunidad, Eduardo Bitrán anunció que -ante una nueva revisión del contrato de financiamiento del Centro, en diciembre- se decidió llevar al Consejo de Corfo la propuesta de continuar entregando aportes bajo la actual modalidad de becas, dando paso a un período de transición para que la institución pueda incorporar gradualmente a sus alumnos a la gratuidad. Este período, como explicó, está pensado para que el CFT pueda realizar los cambios en su régimen jurídico y lograr la acreditación por cuatro años, requisitos para ingresar al nuevo sistema.

“Estamos confiados en que el Centro lo logrará, pero mientras vamos a tener garantizado que seguiremos atendiendo a los alumnos que viven en la ex zona del carbón, como le hemos hecho hasta ahora”, afirmó.