Mensaje de error

Deprecated function: The each() function is deprecated. This message will be suppressed on further calls en _menu_load_objects() (línea 579 de /var/www/html/panoramaweb2016/includes/menu.inc).

Mario Sánchez en la Pinacoteca UdeC: Una técnica clásica al servicio de una propuesta contemporánea

Ver dibujo en gran formato no es habitual en salas de arte locales. Ver dibujo con una propuesta contemporánea es menos común todavía, y eso es lo que ofrece la muestra Estudios de la Paradoja, que desde el martes pasado exhibe el artista Mario Sánchez en la Casa del Arte de la Universidad de Concepción.
En un ambiente prácticamente eclesial, donde se produce una continuidad visual entre dibujos gracias a los marcos blancos que se mimetizan con el muro, los tradicionales motivos de este artista -ex integrante del grupo Grisalla, hoy radicado en Los Angeles, provincia de Bío Bío- adquieren un nuevo valor en el diálogo visual, ausentes de todo otro elemento como el color, que distraigan  la atención en su discurso donde, pese a lo apacible de sus figuras, se puede leer soterrada una tormenta, un drama.
Esas tres variables: recuperar el dibujo, que siempre está confinado a las libretas y se entiende como un proyecto para otra cosa; el tamaño, que es interesante porque el dibujo uno siempre lo ve circunscrito a lo más pequeño, y utilizar un solo elemento (negro sobre plano blanco) son las que se aprecian en esta muestra.  “Cuánto se puede lograr sólo con un lápiz. Piensa tú que la cantidad de elementos con los que la gente trabaja hoy es impresionante, sobre todo considerando todos los efectos que se pueden lograr en el ámbito digital”, sostiene el artista.
“Esto tiene que ver también con una reformulación de mi pintura. Como iba, sólo me quedaba abstraerme demasiado y no me siento identificado con la abstracción. De manera adrede comencé a recuperar un poco el tema antropomorfo y la búsqueda de un contenido más literal. Como son elementos reconocibles, es más fácil que la gente arme una historia. Es interesante lo que se puede lograr”, explica.
No obstante, asegura que en esta revalorización del dibujo se enfrentó con la barrera de los recursos, sobre todo, con el tiempo dedicado. “Creo que por eso la gran mayoría de las disciplinas no se desarrolla más, porque la cantidad de recursos destinados no tiene retorno. La gran mayoría de las disciplinas que se trabajan son las que están más emparentadas con el lucro. La pintura es la más prostituta de todas. Es muy difícil que en el mercado del arte entre el dibujo, más aún por el hecho de que está hecho con un solo elemento. Y eso lo volvió más atrayente, más interesante para mí”, sostiene.
Ejercicios de completación
Mario Sánchez recuerda que, en Santiago, se le acusó de anacrónico por el derrotero que estaba tomando su obra. No obstante, asegura que el apelativo no lo ve como algo negativo. “La definición de anacrónico habla de vivir en función de valores que no son considerados contemporáneos, actuales. Es interesante porque te da un margen de originalidad”.
-Al ver esta exposición es inevitable hacer la asociación con sus pinturas, se reconocen los personajes, las atmósferas y el drama que el blanco y negro evidencia un poco más. Ello habla de consecuencia plástica…
-En el fondo, la pintura es una cantidad de trucos. El “estilo” es una cantidad de efectos que el pintor tiene bajo la manga y los usa. Yo sentía que mi pintura necesitaba un rato de oxígeno y es súper importante no dejar de dibujar porque el dibujo te permite reflexionar sobre el tema de la forma pero de una manera más rápida, más simple inclusive. Ahí está la vieja máxima de “menos es más”. Con menos elementos a veces se logran más cosas. Por ejemplo, prescindir del color es increíble, cómo lograr que aparezca la atmósfera sólo con el manejo de la luz y la sombra. Había harto sobre lo cual reflexionar. De hecho es un trabajo que se puede seguir desarrollando, incluso moverse desde aquí hacia el color. Eso sería muy interesante. Un dibujo como éste es prácticamente un grabado. Otra cosa es el tamaño. Al atreverse a aumentarlo, el plantear el cambio de formato, es como escuchar la misma canción pero con más volumen. El arte pequeño está subordinado a la pintura de salón. Al cuadrito para el living... el artista cada cierto tiempo debiera doblarse la mano solo. Recuperar en algunos momentos ciertos valores románticos.
-¿Por eso hizo esta exposición?
-Creo que esta exposición nace también de la necesidad de “hacer lo que no hice”. Siento que esto debiera haberlo hecho hace 20 años. Y ahí tú sientes la presión del mercado, porque llegamos muy rápido a subirnos a la pelota y eso marcó, inevitablemente, una tendencia que seguimos. Gran parte de los estilos que persisten en el mercado de las artes están emparentados con las lucas. Y hay que completar esos vacíos. En mi caso, siento que debo hacerlo y eso está muy relacionado con la técnica. Sería interesante ver estos mismos personajes en cerámica, por ejemplo. Yo llamaría a esto “ejercicios de completación” de lo que debería ser la obra de un artista.
-¿Qué papel juegan aquí estas esculturas que presiden la ceremonia expositiva?
-Es una manera de recuperar las técnicas. Son palo sobre palo, algo no tan refinado. La idea es que los personajes salieran del cuadro y pudiera estar en tercera dimensión y utilicé madera porque es un material más simple, más primitiva. Todos los otros procesos de escultura son más refinados. En la madera hay más inmediatez, es más rápido el proceso.
Adiós a lucro
Pese a sus formas suaves, a su cercanía con la poesía, a la aparente apacibilidad de sus obras, Mario Sánchez es un hombre crítico. Su obra ha sido calificada de “surrealismo campestre” y, quizá, esa misma residencia en una ciudad pequeña, ajena al tráfago capitalino, le provee de una lucidez que no siempre es capaz de sopesar. “La inmediatez que plantea el escenario del mercado chileno para el arte banaliza de manera espantosa la creación. Eso es complicado”, sostiene.
-Esta exposición donde se revaloriza el dibujo y cuando habla de la adhesión a “ciertos valores románticos”, me recuerda una época, la época de Grisalla, cuando se destacaba de la plástica penquista principalmente su factura. ¿Cómo fue, en ese entonces, trabajar en un colectivo?
-Creo que ellos son buenos en ciertas etapas. Las situaciones colectivas son buenas porque te subordinan a una situación más amplia. Hay hartas cosas que tienes que manejar para sacar ideas más colectivas. Te potencias los vacíos que tienes con las cosas de otras personas y eso genera de manera más fácil el tema del éxito. Ahora, sobre el tema de la factura, creo que es el retorno a la academia. Recuperar todos los beneficios de la academia, pero en función de una propuesta avanzada, recuperar una técnica tan clásica para que esté al servicio de una propuesta muy contemporánea y en función de valores, ya sea filosóficos o poéticos, de cada una de las personas que lo hace. Eso es interesante porque confronta a los supuestos artistas con la veracidad de su propuesta. Si hay acaso un sindicato más grande en este país es el de los artistas. Alguien que aparece cantando cumbia se le llama artista, otro que hace retratos en la playa también es artista. El otro día me asustaron con una propuesta. Hace un tiempo, trasladaron los restos de Pedro Luna al cementerio de Los Ángeles y ese espacio quedó para todas las personalidades de la zona vinculadas al arte. Y un alcalde me dijo “vaya reservando su lugar”… Aunque suene bien tétrico, hay que ver con cuánta sustancia vas a llenar la tumba una vez que estés muerto. Esa trascendencia la tenemos que conseguir ahora, con el trabajo que podemos hacer ahora. Estamos todos rascando los 50 y ya pronto estaremos en la vejez. Un pintor, creo que Lautrec, decía “no me vengan con el tema, si cualquiera es un genio a los 21 años, lo importante es seguir siéndolo a los 70”. Ese es el cuento.
-¿Y cómo está ese escenario hoy?
- Es hora de que los muchachos demuestren sus capacidades, sobre todo con la liberación del lucro. No puede ser el lucro el que genere las grandes apuestas, los grandes desarrollos de los supuestos grades discursos. Tú a un curador le pagas 300 lucas y el tipo escribe sobre tu obra.
-Pero Grisalla era eso. Se organizaron como colectivo para un tema comercial. Pero lograron trascender eso y jugar al “estamos organizados y somos Grisalla y vendemos” pero, al mismo tiempo, con un contenido, y cuando ya no fue así, comenzó a desgranarse…
-Claro. Insisto que tiene que ver con que los artistas, con las capacidades que tienen, se atrevan a hacer más cosas. ¿Por qué un artista no puede hoy juntar obra? Porque la van vendiendo. Ahí hay un tema súper serio de lo fácil que es vender un cuadro y lo difícil que es conservarlo. Va a ser muy difícil hacer grandes exposiciones de los pintores porque van vendiendo sus obras. Para el artista hay un solo cierto absoluto: el suyo. Y tiene que ser así. Por otro lado, nosotros pertenecemos a una generación bien huérfana, porque los maestros ya estaban posicionados y aparecimos en escena cuando ya venía todo lo del arte contemporáneo de la performance, y todos estos temas sobre los que no tenemos nada que decir. En los libros de arte siempre no estamos, porque llegó el informalismo que destruyó el tema de la pintura y quedamos fuera. Siento que al artista debe tener más indefinido que definido. Mientras más indefinición tenga, más posibilidades de creación tiene. Es cierto que debe tener un solo cierto absoluto, el suyo, pero dentro de ello tiene que haber un tremendo halo de misterio. En el fondo uno hace una imagen visual porque es el primero en disfrutarlo. Y ese disfrute el público que te rodea se beneficia igual.