A Andrea Chignoli los medios de comunicación nacional la han calificado como “la joven manos de tijeras”, “la mujer tras el corte final” y las “manos finas” del cine chileno, todos sobrenombres que ejemplifican lo que esta egresada de Periodismo UdeC hace para vivir: Montaje cinematográfico. Y no sólo eso, Chignoli es una de las mejores. No, la película, es el más reciente ejemplo, entregándole al país la primera nominación a un Premio Oscar.
De la Universidad de Concepción, como experiencia de vida, Andrea recoge su estructura y las posibilidades que entrega a todos los estudiantes, independientes de la disciplina que estudien, ya que “permite conocer alumnos de distintas carreras, lo que promueve una formación amplia y diversa”.
La película No -dirigida por Pablo Larraín-, que narra el plebiscito del 88 en nuestro país, recibió esta semana el aviso que fue nominada, entre otras cuatros producciones, a Mejor Película Extranjera de los Oscar. Tras el éxito y las expectativas de esta nominación está el trabajo de esta exalumna de la Universidad de Concepción, que si bien no ejerció el periodismo -egresó en 1996-, sabía que era lo más se acercaba a su vocación cinematográfica. “Cuando yo salí del colegio no había escuelas de cine, por lo que la carrera de periodismo era lo que más se acercaba a una formación audiovisual”, comenta. La UdeC fue su opción: “me interesaba estudiar en una universidad tradicional, no en una privada”, señaló.
El trabajo de Andrea Chignoli ha sido reconocido en los principales festivales de cine; Sundance le entregó el Audience Award por Circumstance, una película holandesa, hablada en persa que aborda las dificultades de una acomodada familia iraní para enfrentar los problemas de sus hijos adolescentes. Además, con el filme chileno Joven y alocada ganó el premio Pedro Sienna 2012, al mejor montaje. También fue reconocida como Mejor Montajista por Post Mortem, en 2011, y en 2009 obtuvo el mismo reconocimiento por La Buena Vida.
Ahora es la Academia Estadounidense la que reconoce su trabajo. “Lo mejor de la nominación al Oscar es que se le abre a la película una puerta al mundo. Significa que va a poder ser distribuida en el mundo y más gente la va a ver”, señala.
No obstante es cauta, reconoce el valor de las otras producciones con las que compite la cinta chilena: la austriaca Amour, de Michael Haneke; la noruega, Kon Tiki, dirigida por Joachim Rønning y Espen Sandberg; la canadiense War Witch, de Kim Nguyen; y la danesa A royal affair, de Nikolaj Arcel. “Obviamente, mi deseo es que gane (No). Pero compite con filmes como la película Amour de Haneke,  que tiene 5 nominaciones más y es una favorita” señala.

[caption id="attachment_17619" align="alignright" width="300"] Andrea Chignoli.[/caption]
Sin embargo, el hecho de que cada vez las realizaciones nacionales estén presentes en un espacio interesante dentro de los festivales internacionales ya es una triunfo y para Chignoli lo que ocurre es que “el cine chileno ha mejorado mucho, técnicamente y a nivel de guión. Se ha vuelto más universal en sus tramas. Además ha aprendido a posicionarse en el extranjero con mejores mecanismo de difusión y distribución”.
-¿Qué proyectos has disfrutado más y por qué?
-Disfruté mucho el trabajo de Violeta se fue a los cielos porque tenía un montaje no lineal, que fluía con gran libertad por los distintos tiempos de la historia. Además tenía muchos segmentos de montaje musical, con las maravillosas composiciones de Violeta Parra. Pero también disfruté mucho el montaje de Joven y alocada por su lenguaje pop. La misma No fue un gran desafío, ya que además del material grabado actual, tuve que incluir una parte de las casi 500 horas de material de archivo con que contábamos.