Destacando su compañerismo, esfuerzo y excelencia, el Decano de la Facultad de Medicina, Raúl González, despidió ayer a los 32 kinesiólogos que recibieron sus títulos profesionales esta mañana en el Teatro de la Universidad de Concepción.
Con un llamado a privilegiar el bienestar del paciente sobre el propio y subrayando  la vocación de servicio de esta nueva cohorte de kinesiólogos, el decano señaló que  “representan para la ciudad y el país una nueva generación de masa crítica para esta profesión”.
Asimismo, comentó que “en la actualidad,  la presencia profesional de la kinesiología no abarca sólo a las áreas tradicionales de rehabilitación del paciente, a ellas se agregan la promoción, prevención, la docencia e investigación, lo que ha permitido integrar su labor en empresas, colegios especiales, clínicas privadas, institutos de rehabilitación, áreas deportivas,  desarrollando  en todas ellas su quehacer con gran profesionalismo”.
En relación a este punto, el decano aseveró que “esto nos exige entregarles una preparación metodológica y práctica de la más alta calidad y excelencia, acorde con las  exigencias que plantea la realidad sanitaria del país”.
Por su parte, el jefe de la carrera de Kinesiología, Mario Muñoz, destacó el arduo trabajo de los docentes por posicionar a la carrera de kinesiología como una de las más importantes  del sur de Chile  y del país, asegurando que “hoy podemos decir que en estos diez años desde nuestra creación, hemos recorrido un largo camino no exento de dificultades y amenazas propias de todo proceso, pero que nos permite hoy mirar al futuro con madurez y empoderados  de nuestros objetivos”.
Es por ello que anunció una serie de cambios que se iniciarán este año, tales como la creación del Departamento de Kinesiología, la iniciación del proceso de acreditación y el   rediseño de la malla curricular.
Tras la firma del libro histórico  y la entrega de certificados, se entregaron los estímulos correspondientes al mejor compañero, que recayó en la egresada Natacha Aedo y la distinción al mejor alumno, a Daniela Valenzuela.
Por último, Cristopher Tomas se despidió en nombre de su generación, agradeciendo el esfuerzo de sus padres y destacando el compañerismo entre los egresados.