La infección por pediculosos (o piojos) es, quizás, la enfermedad transmisible más común entre la población infantil. Existe evidencia de plagas producidas por estos parásitos que tienen una data de más de tres mil años, y a nivel mundial cada año entre seisy 12 mil personas son infectadas en todo el mundo
En Chile la pediculosis capitis (piojo que coloniza el cabello de la cabeza) alcanza a más del 15% de la población general y más del 30% de la población infantil, afectando principalmente ambientes escolares, constituyéndose en un gran problema de salud pública.
Atendiendo esta problemática, la académica del departamento de Farmacia UdeC, Marcia Avello, lidera un grupo de investigadores que busca –a través de un proyecto con financiamiento Innova- crear un pedicuricida basado en productos vegetales. “Con experimentos preclínicos pudimos observar que existen algunos extractos naturales de tienen la capacidad de atravesar la coraza de gran peso molecular que tienen estos insectos”, explicó Avello.
Los extractos, que aún no pueden ser revelados debido a las restricciones que poseen los procesos de patentamiento, tienen la capacidad de atravesar esta súper protección y atacar el sistema nervioso central primitivo de estos parásitos, provocándoles la muerte en minutos. “Nos dimos cuenta de que el problema de los piojos es muy grande, pero como tiene un estigma social, la gente no habla de eso, aún cuando la prevalencia en la población infantil es de casi un 30%”, señaló.
Para la académica, lo que ocurre es que hablar de una infección por piojos no es como hablar de una por meningitis o gripe, pues tiene una fuerte componente social que algunas veces dice relación con higiene, pero otras veces no: “Son insectos que caminan y una vez que alcanzaron tu cuero cabelludo –por cualquier motivo y en cualquier lugar: en la micro, probándote un sombrero, etc-, quedaste automáticamente infectado”, explica.
Otro gran problema asociado a esta infección es que los piojos se han hecho resistentes a los productos que hoy están en el comercio, pues “como otros parásitos, ya no hay nada químico en el mercado que sea efectivo para eliminarlos”, señaló. Tal vez, indicó la académica, los peines de acero sean por el momento la forma más efectiva de tratamiento, pero el problema es que su uso requiere de mucha dedicación, por lo que muchas veces no logran eliminar completamente el problema y, finalmente, infectan a todo un núcleo familiar o a una población escolar.
De hecho, explicó, los productos químicos que se utilizan actualmente lo que consiguen  es aturdir a los parásitos durante un período de 10 minutos, dentro de los cuales igualmente deben ser removidos mediante un peine. “El problema es que mucha gente no sabe esto y se queda con la idea que con esa aplicación del producto están eliminando a los piojos, pero no es así”, explicó.
El proyecto de investigación está en una fase de término y ya han identificado con éxito los extractos vegetales con poder pedicuricida, por lo que –a juicio de Avello- el equipo de investigación se encuentra en buen pie para lograr un segundo financiamiento, que le permita desarrollar un producto en forma –posiblemente- de loción o shampo. Uno de los elementos interesantes es que en esta iniciativa trabajó una cadena que pasa por todas las áreas de las ciencias farmacéuticas: “desde el control de calidad y la obtención del material vegetal, a su análisis para poder estandarizarlo, las pruebas toxicológicas y ensayos in vitro”, explicó la académica.
En la investigación participan los académicos del departamento de Farmacia Edgar Pastene, Sigrid Mennickent, Marta de Diego, Berta Shulz, Javiana Luengo y Pola Fernández .