Con una bienvenida a sus nuevos alumnos, una conferencia sobre los orígenes de la ingeniería hidráulica y un homenaje al fallecido profesor Mario Giuliano, el Departamento de Ingeniería Civil (DIC) inauguró el año académico 2016.

En la apertura del acto, el Director del DIC, Dr. Patricio Cendoya, recordó que la carrera de Ingeniería Civil cumple 44 años de vida “contribuyendo al desarrollo de la región y del país”, contando a la fecha con más de mil 400 egresados.

Junto con felicitar a los 70 nuevos estudiantes “por elegir tan noble profesión”, el académico se refirió a los principales desafíos del departamento para este año, mencionando el trabajo en torno a un nuevo diseño curricular para la especialidad, los procesos de acreditación en el pre y postgrado, así como el reforzamiento de la planta académica.

También, resaltó que en los últimos años, el DIC “ha logrado situarse favorablemente dentro de la Facultad de Ingeniería”, a partir de la productividad de sus profesores, el compromiso de su personal técnico y administrativo y la calidad de sus alumnos, además afirmó que el desafío es continuar mejorando.

La conferencia inaugural fue impartida por el profesor Oscar Link, quien hizo un recorrido por la historia de la ingeniería hidráulica, señalando los hitos más importantes de su desarrollo desde Arquímides, en la antigua Grecia, hasta su consolidación como disciplina hacia mediados del siglo pasado. Al término de su conferencia, el Dr. Link, recibió un reconocimiento del Departamento por haber alcanzado la categoría de Profesor Titular, el más alta jerarquía académica de la Universidad.

Homenaje al primer titulado

Emotivo fue el espacio dedicado a recordar al primer ingeniero civil titulado en la UdeC, el profesor Mario Giuliano Morbelli, quien falleció en diciembre del año pasado a los 62 años. Fue su ex alumno, compañero de proyectos de investigación, socio y amigo, el profesor Peter Dechent, el responsable del homenaje, en representación de los integrantes del departamento.

En sus palabras, Dechent entregó antecedentes de la trayectoria académica de su amigo, a partir de sus funciones como alumno ayudante, destacando sus aportes al desarrollo del área de la madera, a la investigación en el DIC y la formación de generaciones de profesionales; así como aspectos más personales, donde destacó la afición a la cocina heredada de sus padres piamonteses y su inmenso cariño por la familia que conformó con quien fue su esposa por 35 años, Ana María Bilbao.

“Todos los que lo conocimos y fuimos sus amigos estamos convencidos de que el Departamento de Ingeniería Civil ha perdido a uno de sus grandes profesores, y muchos de nosotros a un gran amigo y compañero (…) Uno de los grandes legados que nos ha dejado es el interés por investigar en al ámbito de las estructuras de madera, interés que se fue contagiando en muchos de nosotros y en nuestros alumnos. Siempre les decía a los alumnos que en la vida nada es de regalo, todo se debe lograr con mucho esfuerzo y que no vale la pena amargarse por cosas materiales. Extrañaremos su optimismo, alegría y pasión por enseñar”, dijo el académico.