La industria de la salmonicultura en Chile está basada en operaciones cerca de las costas, en aguas quietas, lo que conlleva una serie de problemas, entre ellos una pugna por las áreas de pesca con los pescadores artesanales, la navegación deportiva y comercial. Además, se está operando en zonas que no son las mejores en cuanto a corrientes, oxigenación y condiciones sanitarias para los peces.
Considerando este escenario, en 2007 nació el Consorcio Tecnológico de Acuicultura en Zonas Expuestas, con el objetivo de investigar y desarrollar un sistema de balsa-jaulas y todo lo relacionado con ellas, para hacer posible la acuicultura de recursos marinos, en este caso salmónidos, en zonas expuestas de alta energía ("off shore").
El gerente general del Consorcio Tecnológico, Rodrigo Sánchez, señaló que en  este contexto se buscó ayudar a descomprimir este segmento de la industria y extender esta tecnología a otras especies, de modo de hacer posible la acuicultura alejada de las costas. Entre los aspectos negativos que detectaron estaba misma red que se utiliza para la pesca, en la acuicultura. “La red de pesca está hecha para capturar y llevar los peces a las plantas procesadoras, pero no para la mantención de los peces por largo tiempo en condiciones óptimas”, explicó.
Frente a esta oportunidad de innovación, seis socios postularon a este programa de Conicyt. En el área tecnológica están las universidades de Concepción y Católica de Valparaíso, así como la Fundación Chile, y participan además Codelco, a través de su incubadora de negocios, la Asociación Mundial de Productores de Cobre, ICA, y la empresa de ingeniería naval Sitecna.
“Con la adjudicación del Consorcio partimos con el desarrollo de ingeniería, oceanografía y todas las variables para desarrollar balsa-jaulas confiables y seguras. La gran innovación era la utilización de una malla con aislación de cobre, la que fue adaptada para producir salmones y otras especies. Este fue un gran paradigma que generamos en la industria. Se comenzó con el desarrollo y la prueba de esta tecnología en zonas de baja energía (in-shore) antes de llevarlas a las zonas de alta energía (de fuertes olas, vientos y corrientes)”, señaló Sánchez.
A mediados 2008 se puso la primera  jaula en el agua, la que fue recolocada a  fines de 2009, en prueba industrial con la empresa Camanchaca y, después de un año de producción -dijo el gerente del Consorcio- a fines de 2010 se logró cosechar los peces con buenos resultados.
“Gracias a esto notamos un interés de la industria por esta tecnología, por lo que abrimos un área comercial y comenzamos a comercializar las jaulas "in shore". Además, se continuaron desarrollando las jaulas "off shore" o sumergibles, que era el compromiso final con el proyecto. En 2011 instalamos la jaula circular más grande del mundo, con malla de aislación de cobre”, dijo.
A comienzos de abril del 2011 se logró exitosamente la primera sumersión de los sistemas "off shore" en Auchemó, X región, y a fines de ese mes se sumergió la segunda jaula con peces en la Isla Matilde Norte, XI región. “Ambas fueron un tremendo éxito en cuanto a diseño, comportamiento y operación de la jaula, tanto en profundidad como en superficie, con lo que completamos el proyecto Conicyt y partimos la etapa de comercialización e internacionalización. Ahora estamos en la etapa de empaquetamiento y licenciamiento de la tecnología y esperamos franquiciarla. Estamos más allá de donde pensábamos estar”, concluyó Sánchez.
Nueva línea
La presentación de este exitoso consorcio tecnológico se realizó en el contexto de la ceremonia de presentación de la nueva línea Consorcios Tecnológicos para la Innovación, nuevo instrumento de Corfo que busca potenciar este modelo asociativo que reúne a empresas y universidades, para la producción de investigación científica y tecnológica que pueda ser aplicada en el mercado, generando impactos positivos para la competitividad de las industrias nacionales.
La presentación la realizó el subdirector de Innovación Empresarial de Innova Chile, Sergio Aravena, quien destacó que este programa está orientado tanto a consorcios ya constituidos, vía instrumentos Corfo, FIA y Conicyt, como para nuevos consorcios. “En este último caso, dijo, la iniciativa debe incluir al menos tres personas jurídicas que en su mayoría tengan fines de lucro y antigüedad mínima de tres años. Además, como mínimo, una de las tres personas jurídicas asociadas debe estar constituida en Chile”.