Este jueves 29 y viernes 30 de Noviembre se realizará el  Taller Internacional Floraciones de Didymosphenia geminata (Dídymo): causas, consecuencias y remedios potenciales, que tendrá lugar en el  Salón Galletu,é del Centro de Ciencias Ambientales EULA- Chile, de la Universidad de Concepción.
El objetivo de este taller será analizar, comparar y discutir las experiencias de Canadá y Chile en relación a las floraciones de dídymo, además de conocer  la actual situación  de esta microalga  en la  Región del Biobío.
Para Silvia Basualto, bióloga del EULA, adquiere mayor relevancia la realización de este taller, considerando la preocupación que existe actualmente por la presencia de esta microalga  en las cercanías de la  zona alta del Río Biobío: “si consideramos que el 72% de la superficie de la cuenca del río está ubicada dentro de la Región del Bío Bío, y ya hemos detectado la presencia de esta especie invasora en el límite con la Región de la Araucanía, es fundamental reflexionar sobre este tema y revisar las medidas de prevención”.
La experta en microalgas de la UdeC explicó que el dídymo se adhiere a los sustratos rocosos y tiene la capacidad de proliferar rápidamente e invadir los cuerpos acuáticos, principalmente los ríos: “en cuestión de meses es capaz de invadir varios kilómetros  y su  impacto mayor es que daña el ecosistema  acuático, ya que al aumentar esta microalga, se produce un efecto negativo desde el  punto de vista ecológico, turístico e incluso económico,  ya que puede tapar ductos de agua”.
La bióloga señaló que, considerando la preocupación actual por la presencia cercana de esta microalga en el Río Biobío, el EULA -en conjunto con el Servicio Nacional de Pesca- procedió a realizar una evaluación preliminar la semana pasada, con el objetivo de dimensionar el área de influencia de la microalga: “los resultados detectaron la presencia positiva del dídymo en aproximadamente 63 kilómetros, desde el sector Tallon, hasta aguas abajo del Puente Llanquén, específicamente en los sectores de Puente Tucapel, Tallón, Balsa Caracoles, Troyo y  Puente Llanquén. En el caso del sector aguas abajo de la Central Ralco, correspondiente a la Región del Bío Bío,  no se detectó la presencia de esta especie invasora”.
No obstante, la investigadora señaló que existe preocupación sobre la posible presencia del dídymo en la Región, por lo tanto el rol del EULA se enfocará en  la prevención, específicamente en potenciar la educación ambiental y realizar un monitoreo constante. En este contexto, Basualto indicó que este viernes, en conjunto con los expertos canadienses que participarán en el taller, se realizarán nuevos muestreos en los lugares donde se detectó la presencia de la microalga en la zona alta de la Cuenca del río Biobío.
Además, agregó que el EULA está realizando programas de monitoreo permanente en el Bío Bío, específicamente relacionados con la calidad del agua, pero considerando el escenario actual se incorporará este nuevo parámetro para detectar oportunamente la presencia del dídymo en la Región: “se aprovechará este muestreo regular que se realiza tres veces al año (marzo-agosto-diciembre) para vigilar la presencia de la microalga”. 
El Dídymo
Esta microalga es una diatomea bentónica unicelular, que posee un alto poder de invasión, dada su capacidad de proliferar rápidamente en ambientes de aguas dulces. Habita adosada a sustrato  principalmente rocosos, por medio de un pedúnculo muscilaginoso, que le permite resistir la velocidad de la corriente. Forma abundantes masas muscilaginosas que cubren grandes extensiones en cortos periodos de tiempo, convirtiéndose rápidamente en plaga que es muy difícil erradicar.
EL 2010, Sernapesca informó la presencia de Dídymo en la cuenca del río Futaleufú (Región de Los Lagos) y en el río Espolón, cubriendo una extensión de más de 5 km de río. Posteriormente, en agosto y octubre de 2010, fue detectada en cuatro ríos de la cuenca del río Aysén y en uno de  la cuenca del río Baker (Río Cochrane).
El dídymo puede desarrollarse en una amplia variedad de condiciones fisicoquímicas en ríos y lagos, y puede ser transportada accidentalmente por el hombre, mediante equipos de pesca y embarcaciones deportivas, afectando las actividades de turismo, acuicultura, captaciones de agua y pesca recreativa.