Unas fiestas de fin de año completamente distinta vivió la alumna de Biología UdeC Alessandra Perfetti, quien se encuentra en la Base Frei en Islas San Jorge, en la Antártica, desde fines de noviembre, desarrollando tareas en terreno para su tesis de grado.
Ella, junto a Sebastián Morales, de Ingeniería en Biotecnología Vegetal,  y Ana María Rabanal, de Ingeniería en Biotecnología Marina y Acuicultura (IBMA) son los 3 alumnos de pregrado de la UdeC que ganaron proyectos en el último concurso del Programa de Apoyo a Tesis en Temas Antárticos del Instituto Antártico Chileno (INACH), cuyo objetivo es estimular el interés científico de investigadores en formación  sobre el continente blanco.
Durante su estadía -que concluye esta semana-  Alessandra se ha dedicado a recoger y preparar las muestras de sedimentos que servirán de base para su  tesis Metales pesados en suelos de colonias del Pingüino de Adelia, Pingüino Antártico y Pingüino Papúa en la Peninsula Fildes, que lleva a cabo bajo la guía de la investigadora del Laboratorio de Ecología de Parásitos de la facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, Lucila Moreno.
En estas semanas,  Alessandra ha colectado unas 180 muestras en colonias de pingüinos, zonas de tránsito del animal y sitios donde éste no habita, con las que desarrollará diversos análisis con el objeto de comparar concentraciones de metales pesados entre los distintos sectores.  La idea final de su investigación  “es relacionar las repercusiones de estos contaminantes en la cadena trófica de esta zona tan aislada que posee vida en condiciones extremas”, cuenta la joven desde la Antártica.
Para la futura bióloga, estar en la Antártica ha sido una experiencia excepcional. “Además de poseer un paisaje único, de gran belleza, tengo el privilegio de realizar mi terreno en la isla Ardley, zona antártica protegida, en la cual los pingüinos nidifican,  de modo que he podido ver la transición desde la llegada de las especies hasta el nacimiento de las crías”.
Hongos parásitos
Mientras Alessandra termina su estadía, Sebastián Morales se prepara para su  viaje,  previsto para el 8 de enero. La motivación es grande porque -dice- siempre le ha llamado la atención la Antártica, por las condiciones extremas en que se desarrolla la vida.  “Llegar a este continente misterioso a hacer lo que más me gusta, ciencia, es un privilegio”, afirma.
Sebastián está trabajando el tema Caracterización morfológica y molecular de hongos foliares parásitos en plantas de Deschampsia anctartica expuesta a calentamiento climático in situ en Península Fildes,  con la investigadora del Centro de Biotecnología  Angélica Casanova, como tutora, y con el apoyo de los docentes Götz Palfner (facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas) y Eugenio San Fuentes (facultad de Ciencias Forestales).
El estudiante explica que en los últimos 25 años se ha producido un aumento de las poblaciones de Deschampsia antártica, junto con el incremento de la temperatura en la zona, que se ha elevado unos 2 grados en ese período.
“Con el aumento de la temperatura no sólo se ve beneficiada la planta, sino que hongos que parasitan en ella, con las nuevas condiciones ambientales favorables. Esto es de vital importancia, debido a que en otras partes del mundo esto está ocurriendo en plantas de interés comercial, por lo que este trabajo permite tener un modelo de ensayo de lo que puede ocurrir dentro de unos años con el cambio climático”, señala el joven.
Zona ideal para la investigación
La última en viajar será Ana María Rabanal, quien afirma que la selección de su tesis en el concurso de INACH es una gran oportunidad para aumentar sus conocimientos sobre la Antártica que, para ella, representa el ideal de investigación.
“Es un mundo poco explorado, sin intervención humana, en el cual se pueden encontrar muchas soluciones o mejoras a diversos temas actuales”, asevera.
Justamente, su tesis Evaluación del efecto del sobrenadante de bacterias antárticas en la sobrevivencia del pez cebra (Danio rerio) desafiadas por Flavobacterium sp., apunta a buscar en el continente blanco una respuesta a los problemas que genera este patógeno en salmonideos, en la fase de cultivo en agua dulce.
Flavobacterium sp., como explica la estudiante, produce mortalidades altas en estados larvales y deficiencias externas, como necrosis, en adultos.
“Frente a esto se ha descrito la actividad inhibitoria que algunas cepas bacterianas podrían causar  sobre patógenos específicos. Este efecto se da por medio de actividad antagónica bacteria-bacteria, que involucra la inhibición del crecimiento, entre otras funciones; disminuye o elimina la producción de enfermedades”, señala.
En base a esto, la idea de Ana María es realizar una selección de bacterias antárticas,  aisladas desde suelo y lodo, que tengan esa capacidad antagónica frente a Flavobacterium sp. 
“Este proyecto –acota la estudiante-  presenta un primer acercamiento a las pruebas de selección de bacterias antárticas con dicho potencial y que no presentan toxicidad a los organismos hidrobiológicos cultivados”.
En su trabajo, Ana María –que partirá el 1 de febrero- cuenta con el respaldo del docente Gerardo González (facultad de Ciencias Biológicas) y la jefa de la carrera de IBMA, Alejandra Llanos.
Funcionarios de correo

Además de las actividades vinculadas a sus tesis, durante su permanencia en la Antártica, los alumnos deben cumplir labores en el servicio de correos de Villa Las Estrellas, con una jornada de una hora de lunes a sábado.
Esto es parte del convenio que INACH mantiene con CorreosChile y a través del cual, con apoyo de la Fuerza Aréa de Chile, la empresa postal financia el traslado y la estadía de los jóvenes en el continente blanco, entregándoles, asimismo, un incentivo económico por sus labores.
INACH, por su parte, pone a disposición de los beneficiarios los laboratorios de la base científica Profesor Julio Escudero, además de guía científica y vestuario.