Un grupo de estudiantes de Biología Marina realizará prácticas profesionales, en enero, en un área de manejo en la Caleta de Pisagua, en la Primera Región, donde se está llevando a cabo un proyecto en torno al desarrollo de arrecifes artificiales como alternativa productiva.
A la cabeza de este proyecto están los investigadores de la Universidad Arturo Prat, Carlos Merino y Pedro Pizarro, quienes estuvieron en la UdeC para compartir las bases y principales avances de la iniciativa en un taller, invitados por la asignatura de Bentos que imparte el doctor Víctor Ariel Gallardo.
“Lo que hacemos es transformar zonas costeras que no son productiva, en zonas altamente productivas y con alto grado de seguridad, usando grandes unidades de hormigón armado, estructurados para dar protección a los recursos bentónicos, asegurar su viabilidad y aumentar la producción”, señaló Carlos Merino, director del proyecto.
Para explicarlo de modo más simple, el investigador señaló que estos arrecifes constituyen una suerte de programa habitacional para recursos marinos “Nosotros colocamos la habitabilidad, una casa, un ambiente que hacemos lo más grato posible de manera que (los recursos) se reproduzcan y puedan vivir”, dijo.
Las estructuras de hormigón –en distintos tamaños y diseños- son depositados en el fondo del mar, en áreas cercanas a la costa, y quedan allí a la espera de ser colonizados por las distintas especies que existen en la zona.
A un año de la puesta en marcha del proyecto, ya se observa la presencia de locos, erizos y ostiones e incluso de pequeños pulpos, de acuerdo a las exposiciones ofrecidas por los investigadores, en las que compartieron con los futuros profesionales todo el itinerario de estudios previos a la instalación de los arrecifes: luz, corrientes, características del terreno, características del zooplancton, presencia de especies y potencial de fijación, ensayos de diseño y materialidad de las estructuras de hormigón, entre otras.
El académico explicó que el proyecto no se agota en el aspecto meramente productivo, sino que intenta, además, vincular la presencia de estos arrecifes al desarrollo de turismo de intereses especiales, como –por ejemplo- el buceo.
Este taller tuvo por objetivo ofrecer una primera aproximación sobre el trabajo en este sistema productivo a cinco de los nueve alumnos de la asignatura de Bentos que en enero realizarán sus prácticas en el área de manejo de Pisagua, bajo la guía de los investigadores.
El docente Víctor Ariel Gallardo recalcó la importancia de la preparación de los estudiantes en este tema que, si bien es de larga data, ha comenzado a tener una mayor valoración como sistema productivo a partir del proyecto que se lleva a cabo en Pisagua y que, señaló, es una oportunidad para que biólogos marinos se involucren en el ámbito productivo.
“Hasta ahora los biólogos marinos hemos estado ligados más a las áreas de fiscalización o control, pero poco en el tema productivo”, dijo, a la vez que destacó las proyecciones que tienen estos arrecifes como alternativa a la oferta de recursos marinos que son  escasos.
“Aquí se trata de producir más biomasa en una acuicultura diferente a la tradicional, que se hace en haytchery (criaderos especiales); en este caso el hatchery es el mismo océano, donde las especies sólo necesitan un sustrato o la casa habitación para quedarse”, afirmó el académico.