Según un catastro realizado en 2011, en la región del Bío Bío  existen 78 humedales urbanos, distribuidos en 13 cuencas hidrográficas.
Se trata de sistemas dinámicos, muy cambiantes –incluso a escala diaria- y de gran fragilidad, que cumplen una serie de funciones y servicios ecosistémicos que permiten, entre otros temas, regular la calidad del agua y proteger una serie de especies amenazadas.
Lo eficaz de su funcionamiento los hace atractivos para tomarlos como referentes que permitan resolver ciertos problemas de la sociedad, mediante la utilización de la ingeniería, sobre todo en lo que se refiere al manejo sustentable del medio ambiente, aprovechando el conocimiento científico que proveen, trasladando esas estrategias naturales a soluciones globales.
Con ese objetivo, el Centro Eula organizó el seminario internacional Humedales naturales y construidos: Innovación para la conservación y gestión sustentable de la biodiversidad, que contó con el patrocinio de la Seremi del Medio Ambiente y la empresa sanitaria Essbio.
La organizadora de la actividad, la investigadora y subdirectora de Docencia e Investigación del Centro Eula, Gladys Vidal, explicó que este seminario se enmarca dentro del proceso de cierre de un proyecto realizado con la fundación Mapfre, el que buscaba evaluar el potencial de los humedales construidos en la depuración de aguas servidas, entre otras utilidades.
“Estamos trabajando con la empresa Essbio en la operación de un sistema piloto en Hualqui en esta materia. Ya se han desarrollado varias tesis de doctorado en este tema, estableciendo paralelos entre plantas de aguas servidas urbanas y el comportamiento de estos sistemas naturales, asociados a la zona rural. Creemos que poner estos sistemas de tratamiento de aguas servidas rurales fomenta la biodiversidad, pues aumentan las áreas verdes y son más amigables para desarrollar actividades paralelas como el ecoturismo”, señaló.
La idea del seminario, agregó la Dra. Vidal, radica en introducir la tecnología de humedales construidos desde una perspectiva global, como un aporte a la innovación para la conservación y gestión sustentable de la biodiversidad.
En ese contexto, los humedales construidos constituyen una alternativa para la conservación y restauración de humedales naturales. “Si se introducen estos sistemas como tecnologías, ayudarán a que aumente la biodiversidad en el ecosistema”, sostuvo.
Respecto de la gestión de los humedales en Chile, la representante de la Seremi del Medio Ambiente, Patricia Carrasco, se refirió a la Estrategia Nacional para la Conservación y uso racional de Humedales (2005) y a trabajos específicos que se han ido realizando en diversos sistemas de este tipo ubicados en Talcahuano, Arauco, San Pedro y Coronel.
Insularidad
La Convención sobre los Humedales Ramsar (1971), reconoce tres grandes familias en estos ecosistemas: los humedales marinos y costeros, los humedales continentales, y los humedales artificiales.
Sobre los dos primeros se refirió el investigador en Biodiversidad y Conservación de Recursos Acuáticos del Centro Eula, Claudio Valdovinos, quien destacó que una concepción importante al pensar en un humedal es el de la insularidad, ya que, al igual que una isla, estos ecosistemas presentan una escasa dispersión de su biodiversidad, sobre todo en lo que se refiere a sus peces y crustáceos que los habitan.
No obstante, aseveró, existen redes de corredores aéreos de avifauna que son sistemas interconectados importantes de conservar.
A juicio del investigador, entre las complejidades de manejo de los humedales se encuentra el hecho de que son ahogados por las zonas urbanas, ganaderas y agrícolas. Por ello -dijo- para su manejo se necesita un enfoque de cuencas y un enfoque ecosistémico que considere sus singularidades y su composición y dinámica interna propia.
Entre las funciones que cumplen los humedales, el Dr. en Ciencias Biológicas destacó el ser hábitat de la vida silvestre y de especies amenazadas como aves, anfibios, crustáceos microendémicos y peces.
Además, dijo, sirven como servicios reguladores de la calidad del agua y la conformación de los ecosistemas, cumplen funciones de aprovisionamiento de productos como el camarón de vega, el berro y las algas rojas (pelillo), así como proveen de espacios para la educación medioambiental, la investigación en aspectos como los cambios ambientales, y la calidad estética del medio.
Con todos esos beneficios, es comprensible el interés por aprovechar la experiencia de estos ecosistemas en la implementación de humedales construidos y su aporte a la biodiversidad.
En este ámbito, los investigadores colombianos Leonardo Vera y Gustavo Peñuelas, se refirieron a cómo los humedales construidos aportan a la sustentabilidad y a la restauración de los ecosistemas naturales.