La semana que recién pasó se conmemoró la lucha permanente de las mujeres por obtener condiciones laborales y de vida más humanas e igualitarias. Reconocemos la labor realizada por académicas y funcionarias, en aras de alcanzar los estándares de calidad que prestigian la UdeC, y hacemos notar este aporte relevando la multiplicidad de tareas que las mujeres asumen en nuestra institución. En este contexto, la trascendencia de tal conmemoración nos invita a pensar cómo queremos proyectar, como comunidad universitaria, aspectos relacionados con equidad de género y vida familiar en los próximos 100 años.

Nuestra Universidad cuenta con un alto porcentaje de trabajadoras y estudiantes, quienes forman parte de una comunidad que avanza en procesos de equidad de género. Aun así, constatar los avances, permite visibilizar temas pendientes que requieren aunar criterios, de manera transparente y participativa, para establecer protocolos que eviten problemas de acoso sexual y laboral, definiendo mecanismos de alerta temprana y procedimientos para indagar y sancionar conductas impropias, con lo cual se evitaría la percepción de impunidad y arbitrariedad que se construye habitualmente alrededor de estos hechos. Así también, se necesita actualizar los procedimientos de evaluación institucional que consideren en forma adecuada los roles y la diversidad de tareas que asumen las mujeres al compatibilizar trabajo y familia.

A pesar de que nuestra Universidad ha sido reconocida por avanzar en mejorar la conciliación de vida laboral y familiar, todavía se requiere estandarizar y conseguir transversalidad de los logros alcanzados en los distintos estamentos universitarios –incluyendo alumnas y funcionarias–, de modo que existan los mecanismos de flexibilidad que garanticen a mujeres y varones el desempeño armónico de sus diversos roles. Ejemplos de ello serían medidas como permisos en caso de enfermedad infantil, aumento de las horas de colación y disminución de la sobrecarga laboral que perjudica tanto la calidad de vida en el trabajo como las posibilidades efectivas de conciliación con la vida familiar.

En relación con el estamento estudiantil, resulta fundamental generar condiciones para resguardar el rol parental, facilitando la inserción de estudiantes en esta situación y mejorando las condiciones que requieren para desempeñarse adecuadamente en el ámbito académico.

Dado que la búsqueda de equidad de género ha estado en los fundamentos de nuestra propuesta desde su génesis, y constituye además uno de los desafíos sustanciales que queremos abordar, como Rectoría nos comprometemos a avanzar en esta temática, considerando que este propósito beneficiará a todas y a todos los integrantes de nuestra Universidad.

Carlos Saavedra Rubilar
Equipo Rectoría UdeC 2018
http://rectoriaudec2018.cl/