Exponer de manera permanente una pintura mural que represente los aspectos iconográficos y valores estéticos que identifican el quehacer educativo, científico, tecnológico, investigativo y de extensión del Campus Los Ángeles hacia la comunidad angelina, fueron algunos de los objetivos que se propuso el profesor Esteban Cárdenas, Dr. en Artes Visuales de la Escuela de Educación, para llevar adelante un proyecto muralista en esta sede universitaria.
La obra, que se titula Sin verdad ni esfuerzo, no hay progreso, fue inaugurada en el marco de los 51 años de este campus, con la presencia del rector Sergio Lavanchy Merino y autoridades universitarias, y se ubica en el auditorio Manuel Rioseco Vásquez.
Su título hace referencia a uno de los lemas establecidos por el primer Rector de la Universidad de Concepción, Enrique Molina Garmendia -explica el autor- “y  a nuestro parecer, retrata los valores y sentido de identidad de la comunidad del Campus Los Ángeles, que desde el año 1962 ha venido experimentando grandes cambios en su estructura organizacional, para permitir una adecuada docencia de pregrado, enriquecer la formación de profesionales y acrecentar el desarrollo cultural en las distintas áreas del conocimiento de esta provincia”.
En este sentido, hace ver que su propuesta cultural se encuentra en directa sintonía con la misión de la Universidad de Concepción en cuanto a “difundir la cultura hacia la comunidad, de modo de contribuir a enriquecer la visión de los habitantes de la región sobre los desafíos de la cultura contemporánea y de las soluciones que el conocimiento de las áreas, las humanidades y las ciencias les brindan para construir un mundo más solidario y una vida personal más plena”.
Desde lo visual, el mural -de 12 metros de ancho- es un conjunto de imágenes de grandes dimensiones, que utiliza como soporte una pared, posee un carácter decorativo, didáctico, simbólico y representativo que narra visualmente microhistorias sobre el valor cultural de este campus universitario.
Nueve meses llevó la ejecución de este ambicioso proyecto pictórico, donde además de su autor, colaboraron los docentes Claudio Baro y Alex Pino, junto a la estudiante de cuarto año de Educación Diferencial, Bárbara Henríquez.

Dania Pincheira