Resaltando la importancia, tradición, calidad e historia de la Universidad de Concepción, la directora del Centro de Investigación Periodística (Ciper) Chile, la reconocida periodista Mónica González, abrió anoche la jornada  "La UdeC camino al centenario”, organizada por la Asociación de Académicos y Académicas Enrique Molina, y en la cual intervinieron además el vicerrector de Asuntos Económicos y Administrativos, profesor Alberto Larrain; el presidente de la asociación, profesor Benito Rodríguez; la vicepresidenta, profesora Alejandra Brito, y el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), Javier Miranda.
En la exposición central, relativa al financiamiento de las universidades y los hechos descubiertos por Ciperchile en ese orden, la creadora del centro periodístico criticó el que nadie –incluyendo a la prensa- se hubiera dado cuenta de lo que se estaba gestando en el ámbito de la educación superior privada en orden a los manejos económicos, preguntándose “¿cómo fuimos tan ciegos, como no entendimos que la ley que dice que las universidades no lucran, era letra muerta? De acuerdo, se impuso en dictadura, pero ¿a partir del 90, qué pasó con todos nosotros?”
Muy gráfica, comparó la proliferación de universidades privadas con “hongos”, especialmente por la multiplicación inorgánica de sedes, y porque a su juicio la mayor responsabilidad es del Estado, dada la falta de fiscalización: “era cosa de instalar una casa, ponerle el rótulo, contratar a tres profesores y punto” aseveró, argumentando que en muchas instituciones hubo “estafas” y “engaños”, que se cometieron por medio de un sistema que fue utilizado varias veces, el cual –aseveró- implicaba buscar la autonomía contratando a buenos profesores y mostrando buena infraestructura, lo que cambiaba una vez obtenida la autonomía.
Luego de ello –aseveró la investigadora- se postulaba a la acreditación y una vez obtenida esta, eso “significaba plata para los estudiantes y por ende las universidades recibían miles de millones de pesos”. Agregó que, sin embargo, “toda la plata era de las familias de los estudiantes, pero iba dónde... a engrosar arcas de universidades privadas, con lo que se creó una nueva forma de competir, ilegítimamente, con ustedes”, señaló al auditorio, precisando que ese descontrol terminó generando profesionales mal preparados, lo que ella argumentó se sabe, “porque son los propios estudiantes los que alertan que no están capacitados, en carreras técnicas y específicas muy vitales, para la salud de la población, por ejemplo. Llegan a un hospital y se dan cuenta que no tienen las competencias”.
Respecto de los traspasos de fondos entre las inmobiliarias conformadas para extraer dineros desde las universidades, lo que ejemplificó con una institución regional, especificó que la mayoría de los inmuebles se edificaban con dineros pedidos a bancos, que luego de construidos se arrendaban a las mismas universidades “a precio vil”.
Asimismo, criticó las estrategias de márketing de algunas instituciones, señalando que estas seducen a los alumnos con infraestructura “bonita” en la cual, sin embargo, “no se siente mucho la cultura”.
La UdeC
En medio de ese panorama, la laureada periodista llamó a quienes fueron a escucharla a cuidar la UdeC, indicando que “esta universidad es una universidad antigua, con mucho prestigio, con historia, que no pueden botar a la basura”.
En el mismo orden, especificó que “ustedes tienen que subirla, mantenerla, elevarla… y elevarla es cumplir con su misión: (ser) fuente de pensamiento crítico, pero de pensamiento, no de consignas. De aquí tienen que surgir propuestas, propuestas para la región, propuestas para el sistema educativo, propuestas para hacer entender cómo nos financiamos, y propuestas para la transparencia”.
Finalmente González, periodista de la Universidad de Chile, señaló que “la Universidad de Concepción también nos pertenece a todos y somos muchos los que miramos a esta universidad como un foco de libertad, pero sobre todo, sobre todo, de enorme calidad, calidad para entregar a este país profesionales competentes, de excelencia, que saben que no hay cosa que rinda más frutos que el servicio público”.