Una delegación de la Universidad Católica del Norte (UCN),  compuesta por directivos de la vicerrectoría académica y docentes de ciencias básicas de las sedes Antofagasta y Coquimbo, visitó esta mañana la Facultad de Ingeniería, con el fin de conocer el plan de asignaturas trimestrales para primer año,  implementado en 2010.
El plan es resultado de un proyecto Mecesup (UCO 607)  destinado a mejorar el desempeño de los estudiantes en el área de ciencias básicas y significó reorganizar las asignaturas de matemática, física y química, desde un sistema anual a un régimen trimestral.
El docente de Ingeniería Industrial, Eduardo Salazar –quien tuvo a su cargo la conducción del proyecto – dio a conocer a los visitantes el proceso de implementación y las ventajas de este plan, que en su primer año de funcionamiento arrojó un aumento del 65 al 73% en la tasa de retención de estudiantes, con un aumento de 10 puntos en el  promedio de aprobación de asignaturas (de 50 al 60%).
“La fortaleza de este sistema es que entrega estudiantes bien preparados para el segundo año, que garantiza que las materias de primer año han sido verdaderamente asimiladas a un nivel suficiente como para tener éxito a partir del segundo año”, explicó Salazar, señalando que “las percepciones de los profesores de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas –contrapartes en el proyecto- indican que quienes han pasado por el plan son mejores estudiantes en el asignaturas que vienen después, como las ecuaciones diferenciales, cálculo 3 y cálculo numérico”.
El interés de la UCN por conocer el modelo de la UdeC se produce en momentos en que dicha casa de estudios se encuentra trabajando en un Convenio de Desempeño que apunta al mejoramiento de planes de estudio y de índices de retención en el campo de la ingeniería.
La directora de Análisis y Gestión de la Vicerrectoría Académica de la UCN, Katy Dorador, explicó que en ese contexto han estado conociendo experiencias exitosas en nivelación de competencias y buscando modelos para hacer frente a las deficiencias de entrada de los estudiantes de ingeniería, en ciencias básicas.
La UCN recibe cada año unos 800 alumnos en sus carreras de ingeniería –un número similar al de la UdeC-  que por distintas situaciones presentan debilidades académicas.
“Muchos estudiantes son de primera generación en la Universidad, que no tienen experiencias en sus familias de lo que es estudiar en la universidad; tampoco han desarrollado el concepto de la responsabilidad de estudiar. Tenemos estudiantes de los primeros quintiles que en sus casas tampoco tienen las condiciones y con los problemas que hay en la enseñanza secundaria, por mucho que tengan un promedio 6, en la base no vienen preparados para la formación universitaria”, señaló.
Esto, agregó, implica hacerse cargo de esta realidad y ofrecer apoyo y oportunidades para que quienes tienen el talento académico –independiente de su origen- puedan desarrollarlo y llegar finalmente a ser profesionales. Es, afirmó, un tema de responsabilidad social.
Del modelo de la UdeC, Katy Dorador rescata la reducción de la presión que significa pasar de un régimen anual a uno trimestral.  “Lo que me parece interesante es que el alumno no se lleva una mochila muy pesada en términos de aprendizaje, ya que el contenido está mucho más focalizado, porque las asignaturas son más cortas”, dijo.  Así, agregó, el estudiante tiene una retroalimentación más constante y continua sobre su desempeño en el ramo.
También valoró el hecho de que, al reprobar la asignatura, se tenga la oportunidad de cursarla en el trimestre siguiente, “y no deba esperar un año más”, algo que, en su opinión, también influye en el estudiante desde el punto de vista motivacional.