Las polémicas y acaloradas discusiones en torno a la reforma educacional son, para el decano de Educación Oscar Nail, un hecho natural cuando las sociedades viven procesos que implican transformaciones importantes.
“No hay ningún país en el mundo en el que los cambios estructurales generen un consenso absoluto”, afirmó el académico quien fue invitado por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados a exponer, este lunes, sus planteamientos sobre la reforma impulsada por el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
El doctor Nail adelantó que será una intervención de 20 minutos, en la que podrá expresar
y argumentar su opinión -como decano e integrante de una comunidad académica- sobre los diversos puntos que aborda la reforma, además de responder preguntas de los miembros de la Comisión.
Para el académico, los puntos estructurales del proyecto –el fin al lucro, la selección y el copago- “son positivos”, porque apuntan a dar mayor equidad al sistema educativo. Hoy, dijo, existe mucha discriminación, tanto entre la educación pública y la particular subvencionada, como dentro de ellas. “Se van conformando tipos de escuelas para tipos de niños”, señaló agregando que esto también se da a nivel de profesores, que son discriminados de acuerdo su lugar de origen o la institución en que han sido formados.
“Debiéramos preguntarnos por qué está ocurriendo esto, y hacer todos los esfuerzos para que esta estratificación vaya desapareciendo; ojalá no tan paulatinamente”, manifestó.
Uno de los aspectos más relevantes de esta reforma es, a juicio del doctor Nail, la eliminación de la selectividad que –dijo- no sólo tiene que ver con lo económico. De acuerdo al investigador, hay otros factores en que el sistema escolar hace selección, como las condiciones de entrada y de permanencia de los alumnos en los establecimientos.
El fin de la selección, según Nail, también contribuiría a recuperar “la mixtura social que en algún momento tuvo el sistema escolar, en el sentido de que éste debe ser el reflejo de lo que es la sociedad”.
En relación al fin del copago y la idea que algunos sectores han instalado en el sentido de que esta medida tendrá un efecto negativo en la calidad, el académico afirmó que este es una suerte de mito, ya que –advirtió- el sistema particular subvencionado no es homogéneo, por tanto, los estándares de calidad son muy disímiles.
En opinión de Nail es positivo que la educación se acerque cada vez más a la gratuidad y que se produzca un cambio en la sociedad respecto a sus concepciones sobre el valor de lo público. A su juicio, mucho de lo que ocurre hoy en educación se explica por una “lógica de mercado”, como el hecho de que algunos apoderados piensen que, a pesar de lo que propone la reforma, es preferible seguir pagando por la educación porque de este modo recibirán “un mejor servicio” o porque consideran que “si algo es caro, es de mayor calidad”.
Por otro lado, agregó que muchas de las opiniones que se han vertido sobre este tema en particular y la reforma, en general, no tienen fundamento y, por lo mismo, generan confusión en las personas. “Hay gente que no quiere que la reforma avance y en la medida que encuentren algo malo lo van a hacer notar, porque hay intereses detrás (...) y justamente hacen que la gente se confunda para detener el proceso de cambios estructurales”, indicó.