Una nueva alternativa para conseguir fondos, que cada día toma más fuerza, tienen los emprendedores en el crowdfunding, un sistema de financiamiento colectivo –en masa o por suscripción-  que pone en contacto a inversionistas privados y  proyectos que buscan respaldo económico.
“Es un mecanismo relativamente nuevo y muy sencillo: se trata de una plataforma digital en que la gente se registra para ser inversionista y las personas que quieren acceder a capital se inscriben con sus propuestas”, señaló el académico de Babson College, John Edmund, uno de los expositores del seminario sobre crowdfunding realizado ayer en la UdeC,  en que estudiantes –en su mayoría- y público en general se impusieron de los aspectos básicos de este sistema.
El académico explicó que, a través de estas plataformas, los inversionistas registrados pueden conocer día a día los proyectos nuevos ingresados en la página y financiar en parte los que son de su interés, aportando pequeños montos de dinero, que –dijo- se entregan al emprendedor en la medida que cumpla ciertos objetivos de negocios planteados en su presentación. “Un proyecto se presenta por ejemplo a 60 días, pero si no llega su meta entonces no le das nada”, afirma.
De acuerdo al académico, este sistema ha mostrado buenos rendimientos, “pero son muy variados, según el tipo de proyecto”. La ventaja –agregó- es “que cualquiera puede inscribirse en un sitio y plantear un proyecto; si el proyecto atrae, consigue dinero y puede  echarlo a andar sin haber pasado por un comité,  sin haber sido graduado de honor (en la universidad)”.
Lo importante, indicó, es que los inversionistas sepan bien de qué se trata el negocio al que están aportando y tengan conciencia de que se trata de inversiones de alto riego “porque hay  algunos proyectos no rinden”, lo que en algunos casos se hace vía un formulario. “La idea es proteger al público”, dijo.
Edmund  afirmó que este sistema es una buena alternativa para los negocios que están en sus etapas más tempranas y que requieren, por ejemplo, contar con capital para dar un nuevo paso, una etapa que crítica que –indicó-  se conoce como “valle de la muerte”. “Hay empresas que  arrancan, pero hay un momento en que se necesita más capital para seguir”, pero no encuentran fuentes de financiamiento adecuadas.
El académico señaló que, por un lado, el sistema financiero, con las instituciones que tiene no sirve a estos propósitos y, por otro, existe una amplia gama de instrumentos de apoyo, menos el que requiere la fase que sigue a la implementación del negocio.
En la oportunidad también expuso la directora ejecutiva de Innova Bio Bio, quien hizo una presentación sobre los distintos mecanismos de apoyo al emprendimiento de que dispone la agencia.
Mostrando algunos indicadores relativos a estos instrumentos, indicó que, en el caso de las convocatorias de innovación emprendedora un promedio de 8% puede acceder al financiamiento de sus proyectos; por lo que queda un 92% de ideas que requieren de capital. Esta cifra, como dijo, implica un importante desafío para los emprendedores: salir a buscar capital privado.
Pero –advirtió- “todavía falta educar para la inversión privada; hay que educar  a los emprendedores y a los inversionistas.  Esto no es fácil, porque somos poco dados a los riesgos, pero para eso también se necesita más información, porque  hay gente que no lo hace porque no sabe, no conoce los códigos de la inversión privada, no sabe como se evalúa un proyecto”.
El seminario fue organizado por la UdeC, a través de la Incubadora de Negocios, Idea Incuba, y el Departamento de Ingeniería Industrial; Innova Bio Bio, Génesis y Broota.