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Anfibio hallado por zoólogos UdeC entre las 100 especies en mayor peligro del mundo

El desarrollo de proyectos eléctricos y la destrucción de su hábitat por la tala de árboles, son  las principales amenazas para la supervivencia del sapo de Bullock (Telmatobufo bullocki), un anfibio endémico de Nahuelbuta, calificado en estado crítico de conservación y que hasta hace poco se creía extinto en el planeta, condición que varió luego que zoólogos de la UdeC lo encontraran en medio de un proyecto de investigación realizado en áreas de conservación de la Forestal Arauco.
Este sapo, junto al cactus conocido como chilenito, son las dos especies nacionales incluidas en la lista de animales, plantas y hongos en mayor peligro del planeta, difundida esta semana en el marco del Congreso Mundial de Conservación, en Corea del Norte, durante la cuarta reunión de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, su sigla en inglés), y que fue difundido por diversos medios de comunicación.
El sapo de Bullock fue descrito por primera vez en 1952 por el naturalista y director del museo de Angol, Dillman Bullock –a quien recuerda el nombre del anfibio- y desde entonces sus avistamientos han sido escasos: el reporte de la IUCN señala que este sapo –considerado uno de los anfibios más evolucionados del mundo- ha sido registrado apenas 3 veces desde 1992.
Según el investigador del Departamento de Zoología, Juan Carlos Ortiz, en los últimos años sólo se han visto unos 10 ejemplares. Pero la situación cambió a partir del estudio encargado por Arauco y conducido por el doctor Ortiz, destinado a realizar un catastro de los anfibios que viven en zonas de conservación de predios forestales de la empresa situados en la Cordillera de la Costa, entre Cauquenes y Valdivia.
Después de casi dos décadas  sin que fuese registrado y en el lapso de un año, el doctor Ortiz junto a la estudiante del magíster en Zoología, Camila Castro, contabilizaron unos 15  ejemplares, entre adultos y larvas. En la zona de estudio, en la que se observó, además, la presencia de otras 20 especies de anfibios.

[caption id="attachment_14297" align="alignleft" width="261"] La estudiante de posgrado Camila Castro y el profesor Juan Carlos Ortiz en terreno.[/caption]
Los resultados del catastro –presentado oficialmente a fines de agosto- dan una luz de esperanza para estas especies, que en su mayoría se encuentran en estado precario de conservación –algunas de ellas, incluso, sin categorización-, puesto que el estudio mostró que en varios casos existe una distribución de poblaciones más amplia que la esperada. En el caso de bullocki, se encontraron poblaciones más al norte de su rango de distribución normal.
Para Camila Castro, la inclusión del sapo en la lista de la IUCN es un hecho importante, porque contribuye a sensibilizar sobre la situación actual del anfibio, que es bien conocida en los círculos científicos a nivel regional y del país, pero no a un nivel masivo.  Esto -dice- sirve además para hacer del sapo de Bullock lo que en conservación biológica se conoce como  “especie paraguas”. Así, bullocki se transforma en un emblema o símbolo de conservación; es decir –explica- que cualquier iniciativa de gobierno o instituciones independientes destinadas a protegerlo se extenderá, asimismo, a otras especies de Nahuelbuta, donde –agrega- existen  al menos otros dos anfibios igualmente amenazados: la rana de ramadilla (Alsodes vanzolinii) y  la rana de hojarasca de Contulmo (Eupsophus contulmoensis).
A su juicio, la exposición del estatus del sapo de Bullock se produce en un momento bastante sensible, con una serie de proyectos de centrales de paso en el área de Nahuelbuta. Es importante, dijo, que las autoridades que toman las decisiones sobre este tipo de proyectos conozcan la información, porque las larvas de esta especie crecen en los ríos, adosadas a las piedras, y cualquier cambio en los flujos de las aguas puede afectar su desarrollo.
La estudiante de post grado adelantó que como parte del proyecto se han generado una serie de publicaciones que aparecerán próximamente y que aportan nuevos antecedentes sobre las poblaciones del sapo de Bullock.
 Invaluables o  sin valor
La lista de las cien especies fue elaborada con el concurso de unos 8 mil científicos del mundo que forma parte de la Red de la IUCN  y es la primera en su tipo.
Bajo el título Priceless or worthless (invaluable o sin valor), el reporte de la UICN  no sólo enumera animales, plantas u hongos amenazados, sino que también esboza algunas acciones que debieran tomarse en cuenta para reducir los riegos a que están sometidos, a la vez que plantea un debate ético en torno a las razones de fondo por las cuales se decide o no proteger una determinada especie.
El informe expone también la preocupación de los científicos en torno a las acciones de conservación, preguntándose si éstas serán adoptadas sólo cuando las especies en cuestión son aquellas que implican un beneficio para el hombre y -en consecuencia- abandonando a las que no representan un valor tangible.
Esta realidad, dice el presidente de la Comisión de Supervivencia de IUCN, doctor Simon Stuart, en la presentación del reporte, “nos desafía a enfrentar nuestras creencias morales y éticas sobre el valor de la naturaleza. El futuro de muchas especies va a depender de la conciliación de las necesidades de las personas y la naturaleza, asegurando que el desarrollo económico y la conservación no vayan en detrimento uno de la otra”.
De acuerdo a lo señalado por el director de Programas de Conservación de la Sociedad Zoológica de Londres, Jonathan Baillie, apenas unas pocas especies incluidas en la lista proveen un beneficio económico para las personas.
“Si las cien especies de esta lista desaparecieran mañana, habría un impacto mínimo la economía global, el trabajo o la seguridad. Este es, de hecho, el caso de millones de especies en el planeta, cuyo valor para la humanidad es desconocido o tangencial en el mejor de los casos”, señala el investigador.
Por eso, el informe pone de relieve que la valoración o no de la naturaleza y la diversidad, más allá de sus usos y beneficios, es una decisión que compete a toda la sociedad.