La cultura Latinoamericana es una cultura centralizadora por excelencia y hasta cierto punto autoritaria, lo que definitivamente obstaculiza la descentralización, "que es al fin y al cabo una expresión democrática", señaló Gregorio Montero, secretario general del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, durante el VIII congreso nacional La Gestión Pública, una visión regionalista y descentralizadora, que organizó el departamento de Administración Pública y Ciencias Política de la facultad de Ciencias jurídicas y Sociales de la UdeC, junto a la Red de Escuelas Universitarias de Administración Pública.
Para Montero, democratizar la administración pública y democratizar el Estado es una forma de descentralización efectiva. “En la medida en que nos vayamos liberando de algunas ideas autoritarias los países de nuestra región verán con mayor éxito el proceso descentralizador”. En este contexto, dijo que la participación ciudadana, los presupuestos participativos y otras expresiones democratizadoras son acciones fundamentales para llegar a una descentralización efectiva. “Hay una relación directamente proporcional entre consolidación de la democracia y el Estado de Derecho y la participación de la gente a través de los distintos mecanismos con que cuenta”, indicó el secretario general.
El problema ocurre cuando existe una apatía de la población por participar de las decisiones político gubernamentales, situación que se evidenció con la reducción de la participación ciudadana en los últimos comicios comunales. Según Montero, nuevamente la responsabilidad recae en las autoridades,  ya que deben promover la participación de la gente, aunque hay una responsabilidad compartida. “Pienso que estos son tiempos en los que los ciudadanos tienen que mirar la actuación de gobierno -y la política en sentido general de otra manera-, no puede haber mejor Estado si no hay mejores ciudadanos, no hay mejores ciudadanos si no hay una participación activa de ellos”.
Señaló que este es un proceso que se está viviendo en varios países de la región y añadió que si bien es cierto que hay cierta indiferencia de la gente en orden a participar en las cuestiones públicas, es comportamiento que se debe a la “falta de confianza en las autoridades gubernamentales, es por eso que debemos promover la participación de la gente en los asuntos públicos”.
Álvaro Ortiz, alcalde electo de Concepción y ex alumno de la UdeC, señaló en su conferencia que la participación ciudadana será fundamental en la toma de las decisiones que deberá realizar durante su mandato. Señaló que la primera acción que realizará cuando asuma la alcaldía será una auditoria y adelantó que durante su gestión los cargos de confianza tendrán prohibido realizar horas extras.
 
El decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, José Luis Diez, indicó por su parte que las regiones entregan un aporte fundamental en el proceso de descentralización, y es por eso que “Como Universidad estamos muy complacidos de realizar este congreso”. Indicó además que desde 1994 la facultad y la UdeC imparte la carrera de Administración Pública, una de las más demandada por lo jóvenes que ingresan a la educación superior , y que en el último proceso de admisión fue una de las que más postulaciones recibió en la Universidad. “Esto es un reflejo del deseo de la juventud por servir a la administración del Estado y de formarse profesionalmente para ello”, indicó.
Durante los últimos 30 años la regionalización ha ido sentando bases para avanzar en la descentralización ya sea a nivel comunal como regional, sin embargo, aún es una tarea pendiente, por ello el VIII congreso tuvo como objetivo orientar el tema a la exposición y debate de la influencia de la descentralización, sobre la base de la investigación académica y las experiencias de la Administración Pública.
El congreso consideró temas como la gestión para el desarrollo territorial, el marco regulatorio para la gestión pública, la participación ciudadana en la gestión pública, el desarrollo del capital humano, la descentralización para el desarrollo de la democracia, un análisis sectorial de la gestión pública: experiencias en salud, educación, obras públicas, transportes y telecomunicaciones, superación de la pobreza, etc. y por último la gestión pública y catástrofes naturales.