La aparición de una  forma de terrorismo,  que tiene efectos en las estrategias de lucha y las políticas  que ha utilizado Estados Unidos frente al fenómeno,  es a juicio del director  ejecutivo del Centro de Educación Internacional de Nazareth College (Rochester, Nueva York), George Eisen, una de las principales consecuencias que ha dejado el atentado del 15 de abril en Boston.
“Lo más importante es que cambia el foco de la lucha contra el terrorismo desde una perspectiva global a una nacional,  a una escala local”, dijo el cientista político esta mañana en una conferencia  que ofreció en el auditorio UdeC, en el marco de su visita a la Universidad.
El doctor Eisen señaló que con el atentado de los hermanos Tsarnaev, Estados Unidos  ha entendido que ahora el terrorismo no sólo viene de fuera, sino que también puede estar en su frente interno; un fenómeno que –agregó- no es exclusivo de la nación del norte, sino que cruza varios países, como se ha visto en los últimos dos años y más recientemente con los ataques sufridos por soldados en Inglaterra y Francia, y en los que sus autores han esgrimido razones religiosas como móviles.  “Es la misma tendencia”, afirmó.
Ahondando en el tema, desde otra perspectiva indicó que también hay un desplazamiento del centro de atención desde el trabajo orientado a organizaciones–como Al Qaeda o frentes en Afganistán o Irak- hacia una atención a las acciones individuales, lo que en cierto modo implica mayores dificultades a la hora de pesquisar la actividad terrorista.
Al hablar de la capacidad de respuestas que los ciudadanos tuvieron  frente al atentado de Boston, el doctor Eisen destacó el papel desempeñado por las redes sociales en la captura de los autores.
“Esta es  la primera vez en que las redes sociales juegan un rol central, las redes sociales se dedicaron a buscar a quienes detonaron las bombas”, dijo, señalando que las personas no entendían que, contando con cámaras en casi todas las esquinas de las calles, las autoridades no lograran identificar a los terroristas.
Las redes sociales, agregó, sirvieron para influir en la investigación. Antes que el FBI entregara información sobre los autores, la gente –dijo- ya había compartido imágenes y datos de los hermanos Tsarnaev a través de las redes.
“Al FBI no le quedó otra que dar a conocer las imágenes”, dijo, advirtiendo que si bien la comunicación en las redes fue importante en la investigación, también pudo “haber complicado los hechos”, poniendo sobre alerta a los autores para que escaparan.