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Investigador expuso sobre cambios en la relación entre El Niño y las precipitaciones en Chile Central

Una exposición en la que entregó antecedentes sobre el posible impacto que los cambios en la composición de la atmósfera tendría en la variabilidad interanual de la precipitación en Chile central, ofreció el especialista en variabilidad y cambio climático, Dr. Aldo Montecinos, en la última sesión de los seminarios del Departamento de Geofísica (Dgeo).

El investigador del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y Minería (Crhiam) y del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) presentó resultados preliminares, basados en observaciones y simulaciones climáticas, sobre los cambios en la relación entre El Niño-Oscilación Sur (Enos) y las lluvias en el centro del país.

Haciendo un poco de historia, el Dr. Montecinos recordó que la vinculación Enos-lluvia en Chile está presente desde la definición original de la Oscilación del Sur en 1932, componente atmosférica del Enos. Esta relación de inviernos lluviosos cuando hay El Niño e inviernos secos cuando hay La Niña, ha sido ampliamente estudiada y reconocida por muchos investigadores, incluyendo al propio Dr. Montecinos.

De acuerdo al académico del Dgeo, esta relación se mantuvo relativamente estable en el período 1960 y 1998, observándose “cambios drásticos en las últimas décadas” que se explican por la presencia de un nuevo forzante en el sistema. Todo apunta a que este nuevo forzante, localizado en el océano Austral, se debe “a la contaminación que hemos provocado y que seguimos haciendo en la atmósfera, al aumentar las concentraciones de gases invernadero y disminuyendo el ozono estratosférico”.

Montecinos compartió resultados de simulaciones basadas en un modelo global de la atmósfera (Community Atmospheric Model, CAM), que fue forzado primero con los cambios observados de los gases de efecto invernadero y ozono, y luego con concentraciones fijas observadas antes de la contribución antropogénica.

Estas simulaciones confirman que la relación con la lluvia se deteriora cuando se consideran los últimos 15 años y muestran que las teleconexiones globales del Enos no han cambiado.

Aún así, dijo, “hay cambios en el océano Austral que están transformando la circulación atmosférica, lo que podría explicar el hecho de que en el invierno de 2015, a pesar de la presencia de un evento, El Niño intenso, en la zona central de Chile hubo déficit pluviométrico”.