POPPER, Carlos R.: El objeto de la Ciencia, en Conocimiento objetivo, Madrid, Tecnos, 1992, fragmentos.

Generalidades

El objetivo de la ciencia para Popper es el acercamiento a la verdad, por medio de:
- proveer explicaciones.
- conocer el mundo y controlarlo.
De la explicación:
- Es un argumento que tiene la forma:
1º- explicandum (el hecho a explicar)
2º- explicans (lo que explica el explicandum, y son otros hechos)
- Sus condiciones:
1º- la deducibilidad (de los enunciados explicans se deberá deducir el explicandum, al igual que en la lógica)
2º- los enunciados del explicans no deben ser refutados luego de haber tratado de hacerlo. Es decir, que sean corroborados.
3º- disponer de elementos de juicio independientes en favor del explicans, y que no sean viciosos, circulares, tautológicos, etc.
Es factible hacerlo de:
- hechos aislados
- regularidades (leyes y generalizaciones empíricas)
- con estas características Popper las llamó nomológicas-deductivas, donde lo primero viene del hecho de que provienen de la naturaleza, y lo segundo porque el explicandum se deduce del explicans.
Sus tipos:
- genuina (si sus explicans son completos y correctos)
- adecuada (si puede hacer predicciones)
Los explicans:
- contienen dos tipos de enunciados:
- condiciones iniciales (que describen hechos)
- leyes
y la explicación necesitará de ambos para que sea genuina, es decir, que necesitan de enunciados y leyes que lo abarquen y correspondan.
- deben tener leyes universales y no términos ad hoc.
No hay explicaciones últimas, sino que siempre habrá nuevos explicans. La ciencia siempre busca nuevas explicaciones. No se acepta entonces de esto el esencialismo, y propone Popper un esencialismo modificado. Se rechaza entonces:
- a las explicaciones que pretenden ser últimas.
- a la pregunta "¿qué es?" que se hace el esencialismo.
- a la explicación de algo en términos de sus propiedades inherentes.
Popper no acepta las explicaciones inductivas, pero Hempel sí.

Cap. 1 El conocimiento como conjetura: mi solución al problema de la inducción

"LOS DOS PROBLEMAS DE LA INDUCCIÓN DE HUME. Hume estaba interesado por la condición del conocimiento humano o, como él diría, por el problema de si nuestras creencias (o, al menos, algunas de ellas) se pueden justificar con razones suficientes. Planteó dos preguntas, una lógica (HL) y otra psicológica (HPS), con la característica importante de que sus respuestas chocan entre sí de algún modo. La pregunta lógica es la siguiente: HL ¿Cómo se justifica que, partiendo de casos (reiterados) de los que tenemos experiencia, lleguemos mediante el razonamiento a otros casos (conclusiones) de los que no tenemos experiencia? [...] La pregunta psicológica es la siguiente: HPS ¿Por qué, a pesar de todo, las personas razonables esperan y creen que los casos de los que no tienen experiencia van a ser semejantes a aquellos de los que tienen experiencia? Es decir, ¿por qué confiamos tanto en las experiencias que tenemos? (§ 2, pp. 17-18)


POPPER, Carlos R.: La ciencia: conjeturas y refutaciones (1965), Bs. As., Paidós, 1967, cap. 1, § I-X, fragmentos.

Cap. 1 La ciencia: conjeturas y refutaciones

"[Se quiere] distinguir entre la ciencia y la pseudo-ciencia, [...]." (§ I, p. 57)
"[...] el problema que traté de resolver al proponer el criterio de refutabilidad no fue un problema de sentido o significación, ni un problema de verdad o aceptabilidad, sino el de trazar una línea divisoria (en la medida en que esto pueda hacerse) entre los enunciados, o sistemas de enunciados, de las ciencias empíricas y todos los otros enunciados, sean de carácter religioso o metafísico, o simplemente pseudo-científico. Años más tarde, probablemente en 1928 o 1929, llamé a este primer problema el "problema de la demarcación". [...]" (§ II, pp. 63-64)
"[...] Wittgenstein trató de demostrar en el Tractatus (ver, por ejemplo, sus proposiciones 6.53, 6,54 y 5) que todas las llamadas proposiciones filosóficas o metafísicas, en realidad no son proposiciones o son pseudo-proposiciones: carecen de sentido o significado. [...]" (§ III, p. 64)
"[...] Hume. Pensé que éste tenía perfecta razón al señalar que no es posible justificar lógicamente la inducción. [...]" (§ IV, p. 67)
"Supongamos que nos hemos propuesto deliberadamente vivir en este desconocido mundo nuestro, adaptarnos a él todo lo que podamos, aprovechar las oportunidades que podamos encontrar en él y explicarlo, [...]. Si nos hemos propuesto esto, entonces no hay procedimiento más racional que el método del ensayo y del error, de la conjetura y la refutación [...]." (§ VII, p. 78)
"[...] el método de la ciencia es crítico, o sea, trata de efectuar refutaciones. [...]" (§ VIII, p. 79)
"Puedo resumir algunas de mis conclusiones de la manera siguiente: (1) La inducción, es decir, la inferencia basada en muchas observaciones, es un mito. No es un hecho psicológico, ni un hecho de la vida cotidiana, ni un procedimiento científico. (2) El procedimiento real de la ciencia consiste en trabajar con conjeturas: en saltar a conclusiones, a menudo después de una sola observación (como lo destacan, por ejemplo, Hume y Born). (3) Las observaciones y los experimentos repetidos funcionan en la ciencia como test de nuestras conjeturas o hipótesis, es decir, como intentos de refutación. (4) La errónea creencia en la inducción se fortifica por la necesidad de un criterio de demarcación que, según se cree tradicional pero erróneamente, sólo lo puede suministrar el método inductivo. (5) La concepción de este método inductivo, como el criterio de verificabilidad, supone una demarcación defectuosa. (6) Nada de lo anterior cambia lo más mínimo con afirmar que la inducción no hace seguras a las teorías, sino sólo probables [...]." (§ VIII, pp. 80-81)
"[el problema lógico de la inducción surge: (a) del descubrimiento de Hume (tan bien expresado por Born) de que es imposible justificar una ley por la observación o el experimento, ya que "trasciende la experiencia"; (b) del hecho de que la ciencia propone y usa leyes "en todas partes y en todo momento". [...] (c) el principio del empirismo, según el cual en la ciencia sólo la observación y el experimento pueden determinar la aceptación o el rechazo de enunciados científicos, inclusive leyes y teorías. Estos tres principios mencionados, (a), (b) y (c), a primera vista parecen incompatibles; y esta aparente incompatibilidad constituye el problema lógico de la inducción." (§ IX, p. 81)
"[...] los principios (a) a (c) no son incompatibles [porque] todas las leyes y teorías son conjeturas, o hipótesis de ensayo [...]." (§ IX, p. 81)
"Hume mostró que no es posible inferir una teoría a partir de enunciados observacionales, pero esto no afecta a la posibilidad de refutar una teoría por enunciados observacionales. [...]" (§ IX, p. 82)
"Otra manera de plantear el problema de la inducción consiste en apelar a conceptos probabilísticos. Sea t la teoría y e los elementos de juicio: podemos tratar de conocer P (t, e), es decir, la probabilidad de t dado e. [...]" (§ X, p. 85)


POPPER, Carlos R.: La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1971, Primera Parte, cap. 1, fragmentos.

Cap. 1 Panorama de algunos problemas fundamentales

"La teoría que desarrollaremos en las páginas que siguen se opone directamente a todos los intentos de apoyarse en las ideas de una lógica inductiva. Podría describírsela como la teoría del método deductivo de contrastar. [...]" (§ 1, p. 30)
"[...] no existe, en absoluto, un método lógico de tener nuevas ideas, ni una reconstrucción lógica de este proceso. Puede expresarse mi parecer diciendo que todo descubrimiento contiene "un elemento irracional" o "una intuición creadora" en el sentido de Bergson. Einstein habla de un modo parecido de la "búsqueda de aquellas leyes sumamente universales... a partir de las cuales puede obtenerse una imagen del mundo por pura deducción. No existe una senda lógica -dice- que encamine a estas... leyes. Sólo pueden alcanzarse por la intuición, apoyada en algo así como una introyección de los objetos de la experiencia"." (§ 2, pp. 31-32)
"Lo que se pretende con el último tipo de contraste mencionado es descubrir hasta qué punto satisfarán las nuevas consecuencias de la teoría -sea cual fuere la novedad de sus asertos- a los requerimientos de la práctica, ya provengan éstos de experimentos puramente científicos o de aplicaciones tecnológicas prácticas. También en este caso el procedimiento de contrastar resulta ser deductivo; veámoslo. Con ayuda de otros enunciados anteriormente aceptados se deducen de la teoría a contrastar ciertos enunciados singulares -que podremos denominar "predicciones"-; en especial, predicciones que sean fácilmente contrastables o aplicables. Se eligen entre estos enunciados los que no sean deductibles de la teoría vigente, y, más en particular, los que se encuentren en contradicción con ella. A continuación tratamos de decidir en lo que se refiere a estos enunciados deducidos (y a otros), comparándolos con los resultados de las aplicaciones prácticas y de experimentos. Si la decisión es positiva, esto es, si las conclusiones singulares resultan ser aceptables, o verificadas, la teoría a que nos referimos ha pasado con éxito las contrastaciones (por esta vez): no hemos encontrado razones para deshacerla. Pero si la decisión es negativa, o sea, si las conclusiones han sido falsadas, esta falsación revela que la teoría de la que se han deducido lógicamente es también falsa. Conviene observar que una decisión positiva puede apoyar a la teoría examinada sólo temporalmente, pues otras decisiones negativas subsiguientes pueden siempre derrocarla. [..." (§ 3, pp. 32-33)
"Llamo problema de la demarcación al encontrar un criterio que nos permita distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y los sistemas "metafísicos", por otro." (§ 4, p. 34)
"[...] Los positivistas modernos son capaces de ver con mayor claridad que la ciencia no es un sistema de conceptos, sino más bien un sistema de enunciados. En consecuencia, están dispuestos a admitir únicamente como científicos o legítimos los enunciados que son reducibles a enunciados elementales (o "atómicos") de la experiencia [...]." (§ 4, p. 34)
"[...] la primera tarea de la lógica del conocimiento es proponer un concepto de ciencia empírica con objeto de llegar a un uso lingüístico -actualmente algo incierto- lo más definido posible, y a fin de trazar una línea de demarcación clara entre la ciencia y las ideas metafísicas [...]." (§ 4, p. 38)
"La tarea de formular una definición aceptable de la idea de ciencia empírica no está exenta de dificultades. [...] Con objeto de precisar un poco más esta afirmación, podemos distinguir tres requisitos que nuestro sistema teórico empírico tendrá que satisfacer. Primero, ha de ser sintético, de suerte que pueda representar un mundo no contradictorio, posible; en segundo lugar, debe satisfacer el criterio de demarcación [...], es decir, no será metafísico, sino representará un mundo de experiencia posible; en tercer término, es menester que sea un sistema que se distinga -de alguna manera- de otros sistemas semejantes por ser el representante nuestro mundo de la experiencia. Mas, ¿cómo ha de distinguirse el sistema que represente nuestro mundo de experiencia? He aquí la respuesta: por el hecho de que se le ha sometido a contraste y ha resistido las contrastaciones. [...]" (§ 5, pp. 38-39)
"El criterio de demarcación inherente a la lógica inductiva -esto es, el dogma positivista del significado o sentido- equivalente a exigir que todos los enunciados de la ciencia empírica (o, todos los enunciados "con sentido") sean susceptibles de una decisión definitiva con respecto a su verdad y a su falsedad; podemos decir que tienen que ser "decidibles de modo excluyente". Esto quiere decir que han de tener una forma tal que sea lógicamente posible tanto verificarlos como falsarlos. Así, dice Schlick: "... un auténtico enunciado tiene que ser susceptible de verificación concluyente", y Waismann escribe, aún con mayor claridad: "Si no es posible determinar si un enunciado es verdadero, entonces carece enteramente de sentido: pues el sentido de un enunciado es el método de su verificación". Ahora bien; en mi opinión, no exista nada que pueda llamarse inducción. Por tanto, será lógicamente inadmisible la inferencia de teorías a partir de enunciados singulares que estén "verificados por la experiencia" (cualquiera que sea lo que esto quiera decir). [...]" (§ 6, p. 39)
"Pero, ciertamente, sólo admitiré un sistema entre los científicos o empíricos si es susceptible de ser contrastado por la experiencia. Estas consideraciones nos sugieren que el criterio de demarcación que hemos de adoptar no es el de la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas. Dicho de otro modo: no exigiré que un sistema científico pueda ser seleccionado, de una vez para siempre, en un sentido positivo; pero sí que sea susceptible de selección en un sentido negativo por medio de contrastes o pruebas empíricas: ha de ser posible refutar por la experiencia un sistema científico empírico. (Así, el enunciado "lloverá o no lloverá aquí mañana" no se considerará empírico, por el simple hecho de que no puede ser refutado; mientras que a este otro, "lloverá aquí mañana", debe considerársele empírico.)" (§ 6, p. 40)
"[...] el volumen de información positiva que un enunciado científico comporta es tanto mayor cuanto más fácil es que choque -debido a su carácter lógico- con enunciados singulares posibles. (No en vano llamamos "leyes" a las leyes de la Naturaleza: cuanto más prohiben más dicen.)" (§ 6, p. 40)
"[...] por medio de inferencias puramente deductivas (valiéndose del modus tollens de la lógica clásica) es posible argüir de la verdad de enunciados singulares la falsedad de enunciados universales. [...]" (§ 6, p. 41)
"[...] sigue siendo imposible -por varias razones- falsar de un modo concluyente u sistema teórico; pues siempre es posible encontrar una vía de escape de la falsación, por ejemplo, mediante la introducción ad hoc de una hipótesis auxiliar o por el cambio ad hoc de una definición; [...]. Se reconoce que los científicos no suelen proceder de este modo, pero el procedimiento aludido siempre es lógicamente posible; [...]." (§ 6, p. 41)
"[...] la inadmisibilidad de los razonamientos inductivos, de la que se dio cuenta Hume. [...]" (§ 6, p. 41)
"Para que la falsabilidad pueda aplicarse de algún modo como criterio de demarcación deben tenerse a mano enunciados singulares que puedan servir como premisas en las inferencias falsadoras. [...]" (§ 7, p. 42)
"[...] yo mantengo que las teorías científicas no son nunca enteramente justificables o verificables, pero que son, no obstante, contrastables. Diré, por tanto, que la objetividad de los enunciados científicos descansa en el hecho de que pueden contrastarse intersubjetivamente. [... Empero,] una experiencia subjetiva, o un sentimiento de convicción, nunca pueden justificar un enunciado científico; y [...] semejantes experiencias y convicciones no pueden desempeñar en la ciencia otro papel que el de objeto de una investigación empírica (psicológica). Por intenso que sea un sentimiento de convicción nunca podrá justificar un enunciado. [...]" (§ 8, pp. 43 y 45)
"[...] Los sistemas teóricos se contrastan deduciendo de ellos enunciados de un nivel de universalidad más bajo; éstos, puesto que han de ser contrastables intersubjetivamente, tienen que poderse contrastar de manera análoga -y así ad infinitum. [Pero,] de hecho, las contrastaciones no pueden prolongarse ad infinitum: más tarde o más temprano hemos de detenernos. [...]" (§ 8, p. 46)
"[...] me niego a admitir la tesis de que en la ciencia existan enunciados cuya verdad hayamos de aceptar resignadamente, por la simple razón de no parecer posible -por razones lógicas- someterlos a contraste." (§ 8, p. 47)

 

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