pen-.jpg (8729 bytes)Con Tinta en las Venas

            TINTA INVISIBLE

 La libreta de apuntes ya está sobre el escritorio y las cortinas grises fueron corridas, permitiendo el paso de los rayos de sol al pequeño cuarto de Vicente. Sobre la mesa, muchas hojas blancas, un tazón de café y un cigarrillo consumiéndose en el cenicero de madera. Todo dispuesto para comenzar, ahora sólo falta escribir.

Vicente, con la delicadeza propia de su alcurnia, coge la pluma. El cigarrillo termina de consumirse y los duendes históricos inician su trabajo. La habitación rápidamente es invadida por recuerdos, sensaciones, sentimientos. Hay que empezar a escribir, tiene que ser ahora.

La pluma no se mueve y Vicente está atrapado en un torbellino de emociones, la oscuridad se apodera de él, combatiendo a muerte con la blancura del papel. Si todo debía quedar plasmado, por qué ahora su mano se inmoviliza...

Y ese constante anhelo de ser nuevamente libre, de poder transcribir al papel cada dolor del encierro, de gritar a los cuatro vientos el sufrimiento de la tortura, ¿dónde queda?. Y dónde queda la promesa de un escrito, ese pacto de honor con los que aún están adentro, esas almas esperanzadas en la voz de Vicente. Él sería el vocero, él no olvidaría ni un solo detalle, él se encargaría de que el mundo conociera la sucia realidad de aquel período imborrable.

No hay tiempo que perder, la serenidad debe vencer al desconcierto. Ahora estás libre Vicente, ahora no hay rejas ni candados, ahora no hay guardias vigilándote, ahora hay hojas y pluma, ahora puedes escribir.

Vicente mira a través de la ventana, mientras nervioso enciende otro cigarrillo. El miedo no se ha ido y el dolor se mantiene ardiente; miedo y dolor inmovilizando la pluma, bloqueando las palabras, impidiendo la escritura. Su cuerpo está temblando y el sudor frío parece penetrarle el alma. Cierra las cortinas, el sol no debe enterarse de su cobardía, no quedarán rastros de sufrimiento ni nadie se enterará de las injusticias cometidas. Todo ha sido escrito con tinta invisible

                                                                      Carolina Parada Gavilán.
IV Periodismo.        

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