Primero como estudiante de Pedagogía en Español, carrera a la que ingresó en 1939 y en la que fue reconocido con el Premio Universidad de Concepción como el mejor alumno de su generación, y posteriormente como profesor, Director de Escuela, Decano, Vicerrector y Profesor Emérito, la vida de René Cánovas Robles está marcada por esta casa de estudios. El académico, quien cumplió cien años de vida el 12 de septiembre pasado, recibió un homenaje especial por su trayectoria y su aporte a la institución en una ceremonia que contó la presencia de familiares, amigos, antiguos alumnos y las máximas autoridades universitarias, encabezadas por el Rector Carlos Saavedra.

El Rector destacó la importancia fundamental del homenajeado en la historia de la Universidad, afirmando que el profesor Cánovas es un formador de más de cincuenta generaciones en esta casa de estudios “y nos parece un reconocimiento absolutamente necesario para quien estuvo presente en nuestra universidad desde 1939 y ha visto crecer la universidad durante su desarrollo, en una primera etapa como estudiante, pero después como profesor en todos los niveles, desarrollando prácticamente todas las responsabilidades en nuestra universidad, desde el punto de vista de gestión, de administración, pero también en el rol relevante del desarrollo de su disciplina y de disciplinas afines”.

El Dr. Saavedra resaltó el aporte del profesor Cánovas al desarrollo de otras disciplinas en la UdeC, afines a la suya, impulsando la creación de los departamentos de Historia y de Filosofía. Asimismo, indicó que, además de la “contribución notable durante todo el desarrollo de su vida académica”, en la actualidad “sigue interesado por nuestra Universidad, sigue interesado por el desarrollo actual y cuando nos reunimos el día de su cumpleaños sabia y tenia noticias de hechos recientes”.

Pensando en el Centenario de la institución, el Rector agregó que esta casa de estudios, “como proyecto, se construye sobre la base del aporte de cada una de las personas que han contribuido durante su historia y por supuesto él (Cánovas) es uno de los rostros de la historia de la Universidad”.

Agradecimientos
El profesor Cánovas, quien recibió como obsequio una figura del Quijote de la Mancha, señaló que la Universidad de Concepción “es parte de mi vida, trabajé casi cincuenta años en la universidad, además fui alumno de ella, de modo que para mi es como mi hogar”.

Consultado sobre sus recuerdos a lo largo de su paso por la institución, el académico explicó que “son variados en realidad, porque uno piensa en una cosa pero ocurre que después aparece un ‘no, acuérdate de esto’. Desde luego, cuando obtuve el Premio Universidad como el mejor alumno de toda la escuela, entonces yo no tenía idea y de repente me llegó la noticia, además tenía que hablar en nombre de los premiados, entonces fue para mi una gran alegría (…) La Universidad me dio el grado de Profesor Emérito (…) He recibido mucha generosidad de parte de la gente, la ciudad me rindió el homenaje a través de su alcalde, fue el señor Rector y otras autoridades y eso, a estas alturas, es una gran cosa, acaban de publicar una biografía mía, entonces no tengo más que agradecimiento, en la vida no he tenido nunca problemas graves, he estado bien, puedo decir que he sido feliz, mi permanencia en Concepción ha sido imborrable”.

El homenajeado sostuvo además que la Universidad de Concepción “se distingue porque es pluralista, amante de la libertad y tiene dos principios básicos, el principio de la libertad que está expresado en su himno, y otro que es ‘sin verdad y esfuerzo no hay progreso’, entonces son distinciones únicas, es una universidad laica, que no tiene ninguna confesión religiosa, que se acepta con tolerancia todas las ideas, es una universidad realmente especial”.