Es mucho más que un conjunto de habilidades y destrezas motrices. El parkour, para quienes lo practican, es un estilo de vida, una forma  de expresión. Sin embargo,  otras personas ven en este deporte urbano una poderosa herramienta de integración y educación en valores.
Eso es lo que vinieron a mostrar el viernes, desde Valparaíso, los profesores de educación física, Carlos Hidalgo y Alexandra Ramírez, en una jornada taller organizada por el Grupo de Estudios Olímpicos y Sociales del Deporte de la Universidad (Geosde), a la que asistieron unos 50 jóvenes de distintas localidades de la intercomuna.
El parkour, contó Carlos Hidalgo, tiene su origen en un sistema de entrenamiento llamado método natural, que consiste en una serie de ejercicios de desplazamiento libre distribuidos en 9 grupos. Conocido como el arte del desplazamiento, el parkour nació a fines de los 70 en Francia, con el bombero Raymond Belle y su propuesta de entrenamiento para  sus pares, de modo que estuvieran en mejores condiciones físicas al momento de enfrentar emergencias.
Pero fue su hijo David quien -con su grupo de amigos de Yamakasi- sentó las bases de la forma actual de este deporte que se caracteriza por un desplazamiento fluido por espacios abiertos, con saltos, acrobacias, escalamiento y evasión de obstáculos.
Hidalgo supo de la disciplina mientras estudiaba su carrera, en 2002 y nunca más dejó de practicarlo. Cuando comenzó a  conocer sus beneficios más allá de lo físico -que, dijo,  tienen que ver con el desarrollo de un conjunto de valores- se propuso investigar sobre el tema, con la idea de establecer un método que permitiera llevar el deporte a las escuelas.
Pero –como contó-  prácticamente no existía información teórica al respecto. “Lo único que se sabía era que se trataba de gente que saltaba de un edificio a otro y eso no era muy bueno para llevarlo a un colegio”.
Un primer avance en la construcción de conocimiento en torno a estos deportes urbanos lo logró con su tesis, en la que hizo un diagnóstico socioedemográfico y motivacional sobre la práctica del parkour y otras disciplinas, a lo que se sumó más tarde un estudio sobre sus beneficios en el desarrollo de las capacidades básicas como la coordinación y la potencia de piernas.
En estudios comparativos con grupos que practican y no practican parkour, los primeros mostraron hasta tres veces más capacidad en las pruebas de de potencia de piernas que los segundos; niveles que se mantenían  frente a estudiantes que practicaban deportes, “a los que incluso les costaba coordinarse para hacer el test”, señaló Alexandra.
Continuaron trabajando por 6 años, hasta que lograron establecer un método para la educación valórica y el buen uso del tiempo libre, que  se conoce como Evalutile, y que se aplica no sólo al parkour sino que a otro tipo de disciplinas de la cultura urbana, como  malabarismo, slack line, skate, entre otros.
Ya validado, el método comenzó a aplicarse en distintos colegios a partir de 2008, llegando también a espacios de educación no formal; para seguir en 2009 con distintas actividades de promoción del parkour en ferias, shows de cultura urbana, muestras y talleres.
Para estos profesores, el parkour y disciplinas afines son una oportunidad para educar a los jóvenes  en  la capacidad de autonomía, el compañerismo, el sentido de comunidad, la amistad, la colaboración, autosuperación, la perseverancia y el logro de objetivos,  todo lo que han probado a través de experiencias con poblaciones vulnerables en la V Región.
Actualmente, el método se aplica en 27 colegios a través de las clases de educación física, talleres o actividades como el  recreo entretenido, pero la ambición de Carlos Hidalgo es incorporarlo a los planes y programas educativos.
El trabajo de estos jóvenes  profesionales –que se ha extendido a distintas puntos del país con 10 sedes de la escuela  Muévete Parkour School- recibió, en 2012, el reconocimiento de la Organización Iberoamericana para la Educación de las Artes y la Cultura.
Un campo de investigación
Para el docente de Educación Física e integrante de Geosde, Miguel Cornejo,  este tipo de disciplinas abre un amplio campo a la investigación, por cuanto están cambiando los modelos clásicos del deporte.
No sólo se trata, dijo, del dominio de una técnica,  sino que a ellas están asociados una serie de elementos que son importantes del punto de vista del desarrollo humano.
El académico ha investigado sobre el tema, en relación a los skaters, donde pudo ver que al igual que el parkour, junto con las actividades motrices, los jóvenes cultivan un modo de vida, una forma de expresión y una forma de relación con sus pares.

Ahora, con el contacto con los profesores Hidalgo y Ramírez, a través de Geosde esperan llevar a cabo un estudio con el método  Evalutile, aplicándolo en escuelas vulnerables en Hualpén.