Uniendo sus talentos y compartiendo visiones en torno el acto de pensar, el arquitecto Juan Pablo Bascur Riquelme y la artista penquista radicada en Buenos Aires, Bernardita Artigas Hoyuela, se abocaron a la tarea de ejecutar un mural para conmemorar el centenario de la Universidad de Concepción.

El ala noreste del muro que rodea el Campanil es el soporte de “El pensamiento”, obra que comenzaron a ejecutar los últimos días de diciembre, cerrando un trabajo de colaboración que partió a distancia hace cuatro meses.

“Empezamos a compartir dibujos por WhatsApp sobre los conceptos que estábamos vertiendo, como por ejemplo el pensamiento (…) nos fuimos enviando todo el material, trabajando maquetas, bocetos y cuando llegué (a Concepción) nos juntamos tres días para trabajar en lo que nos habíamos puesto de acuerdo. Una vez listo el boceto final lo pusimos en escala. Hemos hecho una buena dupla y hemos cumplido el guion casi en su totalidad. Respetar el guion es un aprendizaje importante, porque cuando uno se encuentra frente al muro dan ganas de re guionar todo”, comenta Benardita Artigas.

Ambos comparten un cariño por la Universidad, alimentado desde la infancia a partir del trabajo de sus padres, por eso para ellos hacer un mural para el centenario es una suerte de premio.

“Conozco la UdeC de toda la vida, mi papá fue secretario de la Universidad, me acuerdo de las fiestas de la primavera cuando mis hermanos estudiaban Ingeniería; después fui profesor y director de la escuela de Arquitectura y director de Extensión de la Escuela de Arquitectura”, señaló el arquitecto.

Bernardita es hija del Profesor Emérito Jorge Artigas Coch, quien actualmente se desempeña como curador del Museo de Zoología. “La UdeC tiene toda una simbología para mí, ha tenido que ver con mi crecimiento personal, con toda mi familia y que mi papá esté aquí cuando se cumplen los cien años de la Universidad es algo muy potente”, indicó.

La idea del mural —que cuenta con el apoyo de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía— es representar de manera gráfica la Universidad en sus cien años, explicó Bascur.

“Lo que se hizo fue buscar la manera de que un dibujo mostrara esa cualidad que tiene la Universidad de que uno siempre va como traspasando umbrales físicos. Por ejemplo, cuando uno viene de los cerros pasa por la Biblioteca, pasa por pilares y siempre ve a la Universidad como desde unas ventanas”, cuenta.

Luego, agregó, surgió la idea de incorporar un personaje –el pensador (que está en el extremo izquierdo del mural)- acompañado por distintos seres que representan a las facultades, las distintas maneras de formar profesionales y las distintas formas de transitar la Universidad.

“Hablamos del pensar, entendiendo que estamos en un ámbito universitario, con muchas carreras que están puestas para que el hombre piense (…) y tratamos de poner eso. La nube de neuronas se refiere a la ciencia y la medicina; hay seres son ni humanos ni animales, que hablan del mundo de la biología”, señala Bernardita.

El mural también muestra el otro lado de lo racional, acota la artista, citando al escritor alemán Eckhart Tolle, “que dice que la humanidad tiene una enfermedad tremenda que es el pensamiento, que es un factor de enfermedad, de guerra, de disociaciones, de fanatismo (…)”.

“Creemos que no hay nada mejor que una persona que piensa todo el día. Y no es así, porque desaparecen nuestros rasgos intuitivos, emocionales, por eso el mural tiene la playa (en su lado derecho) que es el otro aspecto; lo que sucede cuando uno está frente a la naturaleza, confraternizando con otros; porque el pensamiento no es solo machacarse la cabeza para después dar una cátedra”, comentó la artista.

Bascur explica que esa playa es Coronel, “donde está la mitad de Chile y ese punto muestra la diferencia absoluta y dicotómica entre lo que es estructurado y lo que es simple. (En esa parte del mural) hay mucha gente en la playa y están todos abrazándose… porque ese abrazo será muy importante para más adelante”.

El mural también da cuenta de los cambios en las formas de entender el género, como anota Bernardita, llamando la atención sobre una serie de figuras andróginas plasmadas en la obra, entre las que destaca una con cabeza de flor. “Esta figura es el nuevo varón, que tiene la sutileza de la mente, la nueva cosmovisión de género”.