La incubadora de negocios patrocinará y guiará técnicamente a los ganadores de fondos VIU, de Fondef y Prae, de Corfo. En total, los emprendedores se adjudicaron 244 millones de pesos.

Por séptima vez consecutiva, la Universidad se ubicó como líder en adjudicación de proyectos del Fondo de Valorización de la Investigación Universitaria (VIU), de Conicyt. Este año, fueron once proyectos en primera etapa y dos en segunda etapa. A ellos se sumaron seis proyectos del Fondo Programa Regional de Apoyo al Emprendimiento, Prae.

El encuentro de bienvenida estuvo a cargo del Director de Investigación y Creación Artística, José Becerra, y de Paula Valencia, Directora Ejecutiva (s) de IncubaUdeC. También estuvo presente el equipo de la incubadora, que guiará a los emprendedores en el proceso de transformar sus proyectos, tesis e ideas en negocios.

El Dr. Becerra destacó la importancia del equipo, tanto de los académicos como los profesionales de apoyo. “Ustedes han llegado al mundo de la adjudicación de proyectos, que por una parte es como un vicio, pero también una necesidad. Es necesario tanto para investigar como para hacer una mejor docencia”, sostuvo.

Asimismo, Paula Valencia felicitó al grupo, señalando que “es un gran paso poder concretar un proyecto o una idea, no es fácil; no solamente tuvieron que convencerse ustedes de que lo que estaban haciendo era una buena idea que iba a hacerle sentido a la sociedad, sino que tuvieron que convencer a un equipo de profesionales de distintas áreas”.

Entre los ganadores, hay proyectos para aplicar ingeniería artificial para evaluar la lecturabilidad de textos, un prototipo para regeneración ósea a partir de plantas nativas, un sistema de alerta de peligro para flotas de camiones, y el estudio de una posible vacuna contra el virus Hanta, entre otros.

Este último proyecto está a cargo de María Francisca Starck, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Ciencias Biológicas. Se trata del desarrollo de un candidato vacunal contra el síndrome cardiopulmonar por Hanta Virus. “Para hacerlo debemos desarrollar y diseñar proteínas recombinantes que tengan potencial para su uso como vacunas”. Dice que el potencial es grande, pues no existen vacunas contra el síndrome cardiopulmonar por Hanta, “además, el virus está presente en todo el cono sur y al no existir vacunas el potencial es enorme, no solo es una protección para quienes ya se enfermaron, sino que también para prevenir a quienes no se han enfermado”.