LA ENSEÑANZA PRÁCTICA DE LA
BIOÉTICA:
1. INTRODUCCIÓN.
Como en
cualquier disciplina médica, el aprendizaje de la Bioética en el pregrado
debe imbricar adecuadamente los elementos teóricos con la adquisición de
habilidades prácticas. A pesar de ser un tema recurrente en la literatura,
es difícil encontrar algún artículo que describa con precisión cómo llevar a
efecto dicho aprendizaje práctico y, sobre todo, qué instrumentos utilizar
en relación a las habilidades y destrezas que se quieren desarrollar en el
alumno.
La
mayoría de los artículos inciden sobre aspectos metodológicos, como el
tamaño de los grupos, el uso de casos clínicos para ubicar los dilemas
éticos de la práctica real, o la discusión posterior acerca de los
problemas éticos detectados1. De esta manera se intenta aplicar
el aprendizaje basado en problemas al campo de la ética. Si bien ésta es una
aproximación metodológica correcta, el problema es que, en general, no se
ofrecen más herramientas que la discusión de casos, o la utilización de
películas en las que aparecen conflictos éticos.
Este uso
docente es poco apropiado, pues así planteado incorpora los errores
conceptuales típicos de la enseñanza actual de la ética, a saber:
que basta
con que
los alumnos debatan y expresen libremente sus opiniones sobre los
conflictos de valor que acaecen en el caso o la película que se les
presenta;
que el
objetivo es un intercambio de
opiniones y argumentos, puesto que todas deben ser
escuchadas en un marco docente que asume la “neutralidad” axiológica y
no llega, por tanto, a buscar fundamentos para priorizar unas decisiones
sobre otras;
que, en
todo caso, es suficiente con que los alumnos identifiquen problemas y
los ubiquen bajo el paradigma de los cuatros principios de la Bioética2.
En este
artículo se presenta un diseño metodológico práctico, puesto en marcha en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, que proporciona
herramientas y materiales de trabajo en relación con las competencias
previamente definidas, que deben ser adquiridas por el alumno de pregrado
tras cursar las tres asignaturas de Bioética que actualmente se imparten en
esta Facultad3.
Partimos de la base de que el diseño curricular de la enseñanza de la
Bioética es similar al del resto de las asignaturas, y por ello se debe
estructurar en torno a los dos niveles de la enseñanza, básico y clínico,
modelo conceptual que desde principios del siglo XX ha marcado el
aprendizaje de casi todos los médicos del mundo4,5. En la etapa
preclínica o básica se debe enseñar Bioética básica, cuyos contenidos giran
alrededor de la ética cívica de las sociedades democráticas y de cómo
introducir sus presupuestos en la relación clínica. En la etapa clínica los
contenidos de la ética se distribuyen en torno a dos ejes: los problemas
relacionados con el origen de la vida y los relacionados con el final de la
vida.
De esta forma el diseño curricular de la Bioética, tanto del aprendizaje
teórico como del práctico, tiene una estructuración lógica que se basa en el
mismo fundamento que el resto de las asignaturas de la carrera de Medicina.
A modo de ejemplo: sin conocer la fisiología humana no se puede aprender
fisiopatología. De igual manera, lo aprendido en Bioética básica respecto de
la relación clínica -por ejemplo, el proceso de consentimiento informado-,
se retoma en el ámbito de la pediatría -Bioética y origen de la vida- para
adquirir las habilidades específicas que permiten llevar a cabo el proceso
de consentimiento cuando el paciente es menor de edad.
La estructura de este artículo, centrado en la enseñanza práctica de la
Bioética, se desarrolla alrededor de las tres asignaturas de Bioética que
se imparten en el nivel de pregrado de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Concepción: Bioética y relación clínica, Bioética y toma de
decisiones en el origen de la vida, Bioética y toma de decisiones al final
de la vida (Tabla 1).
Tabla
1. Contenido teórico y prácticas correspondientes a las asignaturas de
BIOÉTICA Y RELACIÓN CLÍNICA
BIOÉTICA Y FINAL
BIOÉTICA Y ORIGEN
·
Introducción.
·
Concepto de ética cívica y sociedades plurales. La estructura y
reglas de las sociedades democráticas.
·
Ética cívica y relación clínica. Modelos de relación.
·
Los derechos humanos y los derechos de los pacientes.
·
El proceso de consentimiento o la ética cívica en la relación
clínica.
·
Elementos del consentimiento informado: información, capacidad,
voluntariedad, toma de decisión.
·
Teorías de la justicia y sistemas sanitarios.
·
Las garantías explícitas de salud: historia, aparición y
fundamento. Análisis de la justicia como equidad.
·
La confidencialidad como derecho de los ciudadanos. Los datos de
la ficha clínica y la confidencialidad: uso, acceso y reserva.
·
Concepto de enfermedad.
·
El concepto de muerte.
·
Enfermedades agudas y
·
El manejo de la información
·
La patología quirúrgica y el
·
Enfermedades crónicas.
·
El proceso de toma de
·
Enfermedades avanzadas y
·
Problemas del origen de la vida versus problemas del
final de la vida.
·
La toma de decisiones en pacientes incapaces. El criterio del
mejor interés y su aplicación en la relación clínica.
·
Los derechos sexuales y reproductivos: concepto, génesis y
desarrollo en América Latina. Proyecto Marco, Ley de derechos
sexuales y reproductivos, Chile. Aplicaciones clínicas.
·
Problemas clínicos y éticos en el área de la salud sexual y
reproductiva en Chile.
·
El modelo de consentimiento en Pediatría. La teoría del menor
maduro y su aplicación clínica.
·
Adolescencia. Entrevista clínica y proceso de toma de
decisiones.
·
Ginecología. La inclusión de la mujer en la toma de decisiones.
Los profesionales de la salud: análisis crítico de las acciones
preventivas y la “medicalización” de las fases biológicas de la
vida de la mujer.
PRÁCTICAS
1.
Relación clínica y ética cívica.
2.
El proceso de toma de decisiones compartidas: el consentimiento
informado.
3.
El rechazo de un tratamiento. Evaluación de la capacidad de
hecho.
PRÁCTICAS
1.
Enfermedades críticas. Adecuación del esfuerzo terapéutico y
comunicación con el paciente y familiares.
2.
Enfermedades crónicas. Planificación anticipada de decisiones y
directivas previas.
3.
Enfermedades en fase avanzada y terminales. El abordaje
paliativo.
PRÁCTICAS
1.
Los derechos sexuales y reproductivos.
2.
Pediatría y adolescencia. La aplicación de la teoría del menor
maduro.
2. BIOÉTICA Y RELACIÓN CLÍNICA.
Constituye la primera asignatura de Bioética del pregrado, que debe ser
impartida en el período preclínico. Sus contenidos giran, como indica su
nombre, alrededor de la ética cívica y la relación clínica: cómo surge; la
aproximación a la Bioética definida como ética cívica; los diversos modelos
de relación clínica y cuáles son los que permiten el respeto de los
pacientes y el ejercicio real de sus derechos; qué es un proceso de
consentimiento y qué elementos exige; cómo se razona metodológicamente en
ética, etc.6
Para el diseño de herramientas de aprendizaje no se puede olvidar que el
alumno todavía no tiene experiencia clínica, de forma que si en algún
momento se utiliza el recurso del caso clínico éste no deberá contener
muchos datos, ni excesivamente complejos. En todo caso será muy sencillo, y
previamente explicado en todos sus aspectos -diagnósticos, pronósticos y
terapéuticos- por la persona que tutoriza el aprendizaje.
En la
delimitación de las prácticas hay que centrar el diseño, y elegir de entre
todos los temas y contenidos teóricos aquellos que requieren la adquisición
de una destreza específica. En esta asignatura, Bioética y relación clínica,
se pueden señalar las siguientes destrezas:
identificar el papel de cada uno de los actores de la relación clínica
en la sociedad actual;
identificar el modelo de relación clínica en el que los profesionales se
mueven habitualmente en función de la sociedad en la que viven; y si es,
o no, el adecuado para respetar los derechos de los pacientes;
ser capaz
de generar un proceso de consentimiento informado;
ser capaz
de analizar críticamente los formularios de consentimiento, y saber
cuáles ayudan en el proceso y cuáles lo obstaculizan;
ser capaz
de registrar adecuadamente el proceso de toma consensuada de decisiones
en la historia clínica;
aprender
cómo se evalúa la capacidad de los pacientes para tomar decisiones y
cómo se registra dicha evaluación en la historia.
Su
consecución se puede articular en torno a tres prácticas, que inciden en
los conceptos y áreas de trabajo fundamentales: relación clínica y ética
civil; el proceso de consentimiento informado; y el rechazo del tratamiento
por parte del paciente y el problema de la capacidad. Cada una de estas
prácticas se acompaña de un guión para los alumnos, que señala los
objetivos, facilita el material bibliográfico sobre el que tienen que
elaborar su trabajo práctico, y precisa indicaciones fundamentales que los
alumnos no pueden olvidar para que la práctica alcance sus objetivos.
1ª Práctica: Relación
clínica y ética civil.
El alumno
debe utilizar los contenidos teóricos previamente explicados para ubicar
el tipo de sociedad civil en el que vive, y llegar a relacionar ésta con
el modelo de relación clínica que se maneja habitualmente por parte de
los clínicos. Sociedades muy jerárquicas utilizan modelos paternalistas
de relación, mientras que sociedades más democráticas utilizan modelos
deliberativos (Tabla 2). Para adquirir esta destreza nada mejor que
utilizar el material que proporcionan los periódicos, reflejo directo de
la vida civil de un país: tipo de temas que se plantean, editoriales,
conflictos que se identifican, forma de analizarlos, si son rigurosos en
la exposición de argumentos o simplemente emiten opiniones subjetivas
carentes de todo valor, etc.
Tabla
2. La ética cívica y su aplicación a la relación clínica.
-
Analizar la sociedad
chilena en sus características actuales.
-
Analizar si es -o no-
una sociedad democrática plural, respetuosa con la libertad,
respetuosa de las diversas creencias religiosas, solidaria en la
distribución de la riqueza y del acceso a educación y sanidad,
etc.
-
Comparar con lo que
ocurre en otras sociedades contemporáneas con similar tradición
histórica.
-
Analizar la relación
clínica: cómo es y su relación con el tipo de sociedad en la que
tiene lugar.
-
Identificar los
problemas que le plantea al profesional de la medicina la
incorporación de nuevos elementos en la relación clínica: los
derechos de los pacientes, el sistema de prestación sanitaria
GES, etc.
B. MATERIAL DE APOYO
1.
Díaz-Salazar R. ¿Es necesaria una asignatura de educación para
la ciudadanía? El País (España), 11-12-05.
2.
Wood M Elena. Otro 11 que marca la Historia. EL Mercurio, 2006.
3.
Otaola J. Dignidad de la fe, dignidad del ateísmo. El País
(España), enero, 2009.
4.
Navia P. Cuando la desigualdad no importa. La Tercera, 1-03-09.
C.
INDICACIONES
Además del material que se aporta, de lectura obligada, los
alumnos pueden utilizar cualquier otro texto o método
-entrevistas a personas con diversas edades y profesiones,
entrevistas a médicos en ejercicio-que les permita generar
argumentos y obtener datos para responder a la pregunta sobre
cómo es, desde el punto de vista de la ética cívica, la sociedad
chilena actual, y cómo influye en el tipo de modelo que los
profesionales utilizan en la relación clínica.
En esta
primera práctica se aconseja evitar temas específicos de Medicina. El
objetivo es transitar desde la sociedad hacia la relación clínica,
entendiendo ésta como un microcosmos que refleja las mismas
características de la sociedad. El núcleo de la misma es, por tanto, la
sociedad chilena.
2ª Práctica: El proceso de consentimiento informado.
Tabla
3. Instrumento clínico para la toma de decisiones: el proceso
- Identificar el proceso
del consentimiento informado como una herramienta básica en la
relación clínica actual.
- Conocer y aplicar los
elementos de ese proceso.
- Identificar la
información como elemento clave de relación con el paciente,
y la necesidad de poseer habilidades profesionales comunicativas
[utilizar el texto 2 ].
- Distinguir con claridad
el proceso de comunicación del formulario
escrito.
- Saber realizar un buen
formulario escrito de consentimiento.
- Saber
utilizar el formulario como instrumento de apoyo en el
proceso comunicativo, y no como mero trámite legal [utilizar el
texto de apoyo 3].
B.
MATERIAL DE APOYO
1.
Gobierno de Chile. Ley nº 20.584 Regula los derechos y deberes
que tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su
atención en salud. 13 abril, 2012.
2.
Simón P et al. ¿Querría usted saber que tiene cáncer? Medifam
1994; 4(3): 127-136.
3.
León T, Bedregalb B, Shand B. Prevalencia de problemas
éticos en servicios de Medicina Interna. Rev Méd Chile 2009;
137:
759-765.
4.
Hernando P. Influencia de un formulario escrito de
consentimiento informado para biopsia hepática en la información
y la ansiedad de los pacientes.
Rev Clin Esp 1997; 197(81).
5. Diversos
formularios de consentimiento informado (para procedimientos
diversos, y de países distintos) que deben ser analizados para
identificar cuáles son correctos, y de utilidad en el proceso
comunicativo, y cuáles no.
C.
INDICACIONES
La práctica tiene dos partes, bien diferenciadas.
·
En la primera se debe
trabajar el consentimiento informado como proceso,
utilizando los conocimientos teóricos y los documentos de apoyo
1 y 2. Asimismo, es importante que pregunten en su entorno, bien
a familiares, bien a profesionales de la Medicina, qué es lo que
se hace en la realidad clínica. También, que realicen una
encuesta tomando como referencia la que tienen en el número 2
del material de apoyo, y comparen los resultados encontrados en
Chile con los que aparecen en el citado artículo, intentando dar
razón de las similitudes y diferencias.
·
En la segunda parte
deben trabajar el formulario como instrumento de ayuda en
el proceso. Para ello tienen que analizar y comparar
formularios de diversas instituciones chilenas para responder a
las siguientes preguntas:
-
Si contienen toda la
información necesaria, tanto médica como de identificación del
centro, procedimiento, paciente, médico,
etc;
-
Si la información es
sencilla y clara, con términos comprensibles para los pacientes;
-
Si existe la posibilidad
de añadir información “personalizada” del paciente;
-
Si se identifica al
profesional que da la información.
El
análisis de diversos formularios es un excelente instrumento de
aprendizaje práctico. El tutor debe hacer una selección para presentar
al alumno formularios bien diseñados, que contienen todos los elementos
informativos, y que cumplen tanto con los criterios de contenido mínimo
como con los de legibilidad o comprensión. El alumno debe compararlos
con formularios mal realizados, genéricos, no comprensibles y/o que
contengan elementos que no corresponden, como que “la firma de los
mismos exime de responsabilidad legal al médico”, afirmación no solo
frecuente sino que, además, es ética y jurídicamente incorrecta.
La
práctica se puede complementar con artículos sobre el consentimiento. Se
recomienda no utilizar artículos teóricos, que en todo caso ya habrán
sido trabajados en la parte teórica correspondiente a este tema, sino
artículos publicados en revistas clínicas, que realizan investigaciones
empíricas, con un buen diseño metodológico, y que ilustran al alumno
acerca de los problemas reales que acaecen en la praxis clínica13,14.
3ª Práctica: El rechazo del tratamiento. Evaluación de la
capacidad.
El alumno
tiene que conocer y comprender la razón de este derecho, tema objeto de
las clases teóricas, pero su puesta en práctica conlleva ciertas
habilidades en los profesionales que van más allá de la trasmisión de la
información y la buena comunicación. Todos los actos de relevancia
social, y con ello jurídica, exigen del ciudadano información,
voluntariedad y capacidad. Es por ello que los profesionales tienen
ahora la obligación de saber evaluar la capacidad de hecho del paciente,
es decir, si comprende el problema médico que padece, si entiende el
procedimiento que se le propone, las alternativas que existen y las
consecuencias derivadas de aceptar o rechazar el procedimiento
propuesto.
Este es
el objetivo de la práctica (Tabla 4), adquirir la habilidad de evaluar
la capacidad mediante instrumentos sencillos diseñados para ello -Guía
de evaluación de la capacidad, Centro de Bioética de Toronto-, y de
aplicar lo aprendido a casos clínicos simulados (Tabla 5). Dado que en
el primer ciclo el alumno no ha entrado en contacto con la clínica, los
casos deben ser muy sencillos y claramente explicados en sus aspectos
clínicos por el tutor.
Tabla
4. La evaluación de la capacidad de hecho.
A. OBJETIVOS
1.
Identificar el
derecho del paciente a rechazar tratamientos.
2.
Conocer cuáles son
los requisitos de capacidad necesarios para respetar sus
elecciones, que deben de ser evaluados por los médicos.
3.
Determinar el papel
de los familiares y allegados.
4.
Saber cómo aplicar
dicha evaluación en escenarios clínicos reales.
B. MATERIAL DE APOYO
1.
Gobierno de Chile. Ley nº 20.584 Regula los derechos y deberes
que tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su
atención en salud. 13 abril, 2012.
2.
Etchels E. et al. Assessment of Patient Capacity to consent to
Treatment.
Journal of General Internal Medicine 1999; 14:27-34 [Protocolo
disponible en:
http://www.utoronto.ca/jcb/disclaimers/ace.htm]
3.
Singer P. Guión de evaluación de la capacidad. Centro de
Bioética de la Universidad de Toronto. Traducción española y
modificación: Pablo Simón, Escuela Andaluza de Salud Pública.
4.
Appelbaum PS. Assessment of Patient's Competence to consent to
treatment.
N
Engl J Med 2007; 357:1834-40.
5.
Caso:
Neoplasia de pulmón (rechazo de tratamiento
quimioterápico paliativo).
6.
Caso: Fractura de cadera (rechazo de tratamiento quirúrgico,
pero no de la inmovilización).
C. INDICACIONES
Los alumnos deben comparar los dos casos, analizarlos y
determinar si los pacientes son, o no, capaces de hecho,
requisito fundamental para aceptar su rechazo de tratamiento.
Además,
deben ser capaces de señalar si existen posibles
alternativas de tratamiento para los pacientes, que no incluyan
el tratamiento rechazado.
Tabla
5. Casos clínicos para la evaluación de la capacidad de hecho.
CASOS CLÍNICOS. RECHAZO DE TRATAMIENTO.
Paciente de 35 años, que ha sido diagnosticado de un carcinoma
pulmonar. Acude al consultorio por dolor costal de gran
intensidad. La radiografía de tórax muestra fractura del 6° arco
costal, producida por metástasis del tumor primario.
El paciente proviene de Oncología, donde tras el diagnóstico se
le ofertó tratamiento con quimioterapia para reducir el volumen
de la neoplasia, sabiendo que por lo avanzado de la patología
(al momento del diagnóstico presenta metástasis), y por el tipo
histológico del carcinoma, no se conseguirá la remisión del
tumor, sino a lo máximo un incremento en la supervivencia de
seis meses, y un control de los síntomas que aparecerán por el
crecimiento del tumor y la compresión de estructuras adyacentes.
La Dra. Gómez establece con el paciente un diálogo en el que
retoma la información, y le pregunta por su decisión. El
paciente se muestra claro, y repite lo que ya le dijo al
oncólogo: que no quiere padecer los efectos secundarios de la
quimioterapia, efectos que conoce a través de la experiencia de
un familiar cercano que murió de cáncer un año antes, y que sabe
que someterse al tratamiento no logrará la remisión del tumor,
sino solo una sobrevida estimada entre 6 meses y un año.
El paciente se muestra cabizbajo. Es acompañado por su esposa y
un hermano, que continuamente asienten y refuerzan la decisión
del paciente, y añaden que van a consultar con un especialista
en medicinas alternativas, y también con un acupuntor. La
doctora
le pide que reevalúe su decisión, y que en todo caso vuelva por
el consultorio cuando lo necesite.
Tres meses más tarde el paciente acude de nuevo a la consulta
con un gran cortejo sintomático: exoftalmos, ingurgitación
venosa, dolores opresivos en tórax y dificultades en la
deglución. Se le oferta un tratamiento de quimioterapia, que el
paciente rechaza de nuevo, por lo que se establece comunicación
con el equipo de cuidados paliativos con el objetivo de
controlar los síntomas, y acompañar la muerte del paciente, a
ser posible en su domicilio.
La doctora se queda pensando que nunca antes había tenido un
caso similar, y aunque intuye que no se debería forzar a nadie a
seguir un tratamiento que no acepta, se siente inquieta, pues no
sabe cómo justificar su decisión, y tampoco si en este caso
debía de haber presionado al paciente para que aceptase la
quimioterapia.
Paciente de 67 años, sin antecedentes de interés, que debuta en
su domicilio con fiebre y dificultad respiratoria. Sufre una
caída, y una fractura consecuente, lo que le ocasiona gran dolor
e impotencia funcional de la extremidad inferior izquierda. Es
trasladada desde su domicilio al hospital más cercano.
Al ingreso, tras anamnesis, exploración y petición de pruebas
complementarias, se realizan los siguientes juicios
diagnósticos: neumonía extrahospitalaria y fractura
pertrocantérea de cadera izquierda.
Al ser informada de su situación clínica, así como de la
necesidad de ser intervenida quirúrgicamente, la paciente se
niega a ser operada, y también a recibir la heparina que, en
caso de inmovilización prolongada, habría que indicarle para
evitar un tromboembolismo pulmonar secundario.
Al preguntarle los motivos de su decisión argumenta lo
siguiente: “se cayó porque perdió el conocimiento debido a su
proceso respiratorio, y que cuando éste revierta desaparecerá
también su problema de deambulación”. Por esta razón acepta ser
tratada con antibióticos y oxígeno, pero no la intervención
quirúrgica.
El
médico responsable habla con ella, le informa de nuevo, y le
muestra la radiografía para que objetive la fractura de cadera,
pero la paciente repite todos los argumentos antes reseñados.
Por esta razón el médico tratante duda de que la paciente
comprenda realmente su problema clínico, y no sabe si debe
aceptar el rechazo de tratamiento.
3. Bioética y toma de decisiones en el final de la vida.
A
diferencia de la asignatura previa, ésta debe ubicarse en el período de
aprendizaje clínico, y coincidiendo al menos con las asignaturas de medicina
interna, neurología y medicina crítica. De esta forma se consigue la
correlación entre el aprendizaje de los hechos técnicos en las
especialidades mencionadas y la identificación de los problemas éticos más
frecuentes en estos ámbitos.
Al igual
que en la asignatura “Bioética y relación clínica”, el primer paso consiste
en delimitar las habilidades (saber hacer) que deben desarrollar los
alumnos, y que se señalan a continuación:
identificar correctamente y diferenciar entre sí las situaciones o
escenarios clínicos que aparecen en el proceso de muerte: limitación
del esfuerzo terapéutico; rechazo de tratamiento; sedación del enfermo
en fase terminal o sedación paliativa; suspensión de atención médica
por fallecimiento tras diagnóstico de muerte encefálica; eutanasia18;
formular
juicios clínicos argumentados sobre el concepto de futilidad y
adecuación del esfuerzo terapéutico en las intervenciones sanitarias, y
comprender la base clínica y ética de la limitación del esfuerzo
terapéutico con objeto de evitar la obstinación diagnóstica y/o
terapéutica;
aprender
a realizar con los pacientes una planificación anticipada de sus
decisiones, y a documentarla en la ficha clínica;
identificar el marco clínico de los cuidados paliativos -síntomas
prevalentes en las enfermedades avanzadas y de las enfermedades
oncológicas terminales- y los problemas éticos asociados a este ámbito
de la Medicina.
Para su
consecución se presentan tres prácticas, que giran alrededor de tres ejes
clínicos previamente desarrollados en las clases teóricas: el
correspondiente a las enfermedades agudas, el de las enfermedades crónicas,
y el abordaje paliativo de cualquier situación que conlleve un proceso de
muerte cercano, o que ya se haya iniciado.
1ª Práctica: Las
enfermedades críticas. Adecuación del esfuerzo terapéutico y comunicación
con el paciente y los familiares.
Ambos
conceptos son falsos. Ni la tecnología afecta solo a la enfermedad crítica
-todo lo que
se utiliza para el tratamiento de los enfermos, desde la diálisis renal
hasta una simple sonda nasogástrica, desde un protocolo oncológico hasta un
psicofármaco, constituyen posibilidades tecnológicas de intervención en el
ser humano- ni la técnica es un fin en sí misma. De aquí la aparición de
conceptos como el de la limitación del esfuerzo terapéutico (LET), hoy
constitutivo de una buena práctica clínica, y su clara diferenciación con el
problema de la eutanasia19-21.
Es fundamental que los alumnos desarrollen la habilidad de enfocar la
tecnología en el contexto del pronóstico del paciente y que aprendan a
realizar juicios clínicos de LET. También lo es que aprendan a manejar
correctamente el proceso comunicativo con pacientes y/o familiares en estas
situaciones, y que puedan diseñar formularios sencillos, u otras
estrategias, que les ayuden en la transmisión de información compleja en
entornos de gran ansiedad (Tabla
6).
Tabla
6. Conceptos y herramientas para el manejo ético
-
Identificar situaciones críticas en las que se requiere el uso
de medios de soporte vital.
- Analizar
críticamente el manejo habitual de estos pacientes en las
unidades de medicina intensiva de Chile.
- Realizar
una simulación de limitación del esfuerzo terapéutico (LET)
[Seleccionar un caso clínico, ubicarlo en uno de los paradigmas
de actuación explicados para la LET en medicina crítica, y
llevar a cabo un análisis del mismo].
-
Obtener datos empíricos encuestando a dos tipos de población:
a) profesionales de salud;
b) pacientes, que hayan estado en la UCI (y/o familiares de
los mismos).
- Elaborar
un formulario de información para los familiares de pacientes
ingresados en una UCI.
1.
Gómez Rubí, J.
Limitación de medidas de soporte vital: una vez instauradas ¿por
qué no retirar? En: Gómez Rubí J, Abizanda R. Bioética y
Medicina Intensiva. Dilemas éticos en el paciente crítico.
Madrid: Edikamed. 2005; p. 113-117.
2.
Canteros J, Lefeubre O, Toro M, Herrera C. Limitación del
esfuerzo terapéutico. Rev Chil Med Intensiva 2007; 22:93-96.
3.
Estrategia práctica de LET en la UCI. En: Gómez Rubí, J.
Ética y Medicina Crítica. Madrid: Triacastela, 2002; p. 242-253.
4.
Santana L, et al. Encuesta de satisfacción a los familiares de
pacientes críticos. Med Intensiva 2007; 31(2):
57-61.
5.
Pérez Cárdenas MD, et al. Valoración del grado de satisfacción
de los familiares de pacientes ingresados en una unidad de
cuidados intensivos. Med Intensiva 2004; 28(5):
237-49.
6.
Documento de “Información a familiares y allegados de pacientes
ingresados en la UCI” . Hospital General de Castellón (España).
Además de los textos específicos de soporte para esta práctica,
los alumnos deben utilizar el material bibliográfico de la
asignatura (parte teórica) correspondiente a este tema.
La práctica tiene dos partes:
·
En la primera hay que trabajar el concepto de LET,
seleccionar un caso y ubicarlo en uno de los grupos de
clasificación de LET en medicina crítica que aparece en la
reseña 3 del material bibliográfico.
· En
la segunda parte el objetivo es manejar el proceso de
información a los familiares, identificando varios aspectos:
de qué es necesario informar, cuándo hay que informar, a quién
hay que informar, y cómo utilizar instrumentos facilitadores
para la comprensión de información compleja en el entorno de la
UCI.
De nuevo se requiere un material de trabajo práctico, publicado en revistas
clínicas de prestigio, y estudios empíricos que permitan que el alumno
visualice la importancia de este tema en la praxis clínica, y los problemas
reales que suponen para los profesionales en ejercicio22,23.
2ª Práctica: Las
enfermedades crónicas. Planificación anticipada de las decisiones y
directivas anticipadas.
Como en
el caso del consentimiento, es un objetivo prioritario evitar la confusión
del formulario –directiva anticipada; en Chile “voluntad manifestada
previamente”- con el proceso de PAD24. Por eso, en esta práctica,
supuestos ya los conocimientos teóricos del tema, el alumno debe aprender a
realizar un proceso de planificación, y a aplicarlo a una situación clínica
a través del caso que elija (Tabla 7).
Tabla
7. Conceptos y herramientas clínicas para el manejo ético
-
Identificar aquellos escenarios clínicos en los que es conveniente
planificar con el paciente decisiones futuras sobre el nivel de su
tratamiento médico.
-
Investigar las actitudes de pacientes y profesionales respecto a
este tema.
- Aprender
cómo se lleva a cabo una PAD. Seleccionar un caso clínico y aplicar
sobre él una planificación anticipada de decisiones, siguiendo el
modelo que aparece en el artículo nº 5 del soporte bibliográfico.
-
Distinguir el proceso (PAD) del formulario (directivas previas).
1.
Gobierno de Chile. Ley nº 20.584 Regula los derechos y deberes que
tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su
atención en salud. 13 abril, 2012.
2.
Santos de Unamuno, C. Documento de voluntades anticipadas: actitud
de los pacientes de atención primaria. Aten Primaria 2003; 32(1):
1-8.
3.
Antolín A et al. Conocimientos acerca de su enfermedad y de los
documentos de voluntades anticipadas en los pacientes con
enfermedades crónicas evolutivas descompensadas que consultan en
urgencias. Emergencias 2007; 19:
245-250.
4.
Barrio I et al. De las Voluntades Anticipadas o Instrucciones
Previas a la Planificación Anticipada de las Decisiones. Nure
Investigación 2004; 5: 1-9. [Anexo
I (Objetivos de la planificación anticipada) y Anexo II
(Planificación anticipada de las decisiones) ].
5. Couceiro
A, Pandiella A.
La EPOC: un paradigma para el uso de directivas previas y la
planificación anticipada de decisiones.
Arch Bronconeumol 2010: 46(6): 325-31.
- Para
aprender cómo se realiza la planificación anticipada de decisiones (PAD),
seleccionar un caso clínico y seguir el modelo que aparece en el
artículo 5 del soporte bibliográfico.
- El
caso clínico elegido puede referirse a cualquier enfermedad crónica
que permita la PAD, a excepción de la EPOC. El alumno debe conocer:
su evolución, los episodios intercurrentes, las fases de la
patología, y las causas habituales que conducen a la muerte, y
diseñar en relación con esa evolución una estrategia de PAD con el
paciente y la familia.
La
tutorización del profesor le ayudará a seleccionar el caso, a conocer su
probable evolución y a identificar los episodios de agudización o los
eventos clínicos que ocurrirán en el futuro, y que deben ser comunicados a
los pacientes para recabar su posición respecto a la intervención clínica
y/o tratamiento25. Al igual que ocurre con el consentimiento, el
proceso de planificación debería hacerse siempre en este tipo de patologías,
exista o no un documento de instrucciones previas.
3ª Práctica:
Enfermedades en fase avanzada y enfermedades terminales. El abordaje
paliativo.
Desde los
inicios, esta especialidad ha convivido con numerosos problemas éticos, todos
ellos relacionados con la cercanía de la muerte y su posible aceleración27.
El uso de opiáceos para el control del dolor y sus efectos secundarios es
uno de ellos. El otro, la sedación del enfermo terminal cuando hay síntomas
refractarios que ya no responden al tratamiento paliativo28,29.
En este
nivel docente el objetivo es que el alumno identifique el abordaje de los
cuidados paliativos como una exigencia profesional, y que ubique los
protocolos y guías de práctica clínica para el manejo del dolor y la
sedación terminal. Asimismo, que no confunda ninguna de estas actuaciones
clínicas con la eutanasia.
Una vez
más los textos de apoyo deben ser muy sencillos, a la vez que clínicos. Las
guías sobre cuidados a enfermos oncológicos y no oncológicos, o los
estudios empíricos publicados en revistas de la especialidad, son una
excelente herramienta práctica (Tabla 8).
Tabla
8. Manejo ético de las enfermedades en fase avanzada
-
Identificar el marco clínico de los cuidados paliativos.
- Conocer
la estrategia de implementación de cuidados paliativos en Chile
(MINSAL) y las patologías AUGE que pueden beneficiarse de este
abordaje.
- Aprender
a utilizar el concepto de limitación del esfuerzo terapéutico en
las enfermedades avanzadas y situaciones terminales.
-
Identificar los síntomas prevalentes en las enfermedades
avanzadas y terminales, y conocer la existencia de protocolos
clínicos que definen su abordaje paliativo.
-
Identificar
las necesidades psicosociales del enfermo y de su familia, y
conocer la existencia de estrategias profesionales de
intervención.
1.
MINSAL. Guía clínica AUGE. Alivio del dolor por cáncer
avanzado y Cuidados Paliativos. Santiago: Minsal, 2011.
2.
Ameneiros E et al. Limitación del esfuerzo terapéutico en
la situación de enfermedad terminal: ¿nos puede ayudar la
Bioética a tomar decisiones? Med Pal 2006; 13:
174-178.
3.
Navarro N, Fombuena M. Cuidados paliativos en el enfermo
no oncológico. En: Consejería de Sanidad. Generalitat
Valenciana. Atención Paliativa. Guía Práctica n 67; p. 6-7.
4.
Soler M et al. Necesidades psicosociales de los enfermos
al final de la vida, y de sus familiares. Cuidados paliativos en
el enfermo no oncológico. En: Consejería de Sanidad.
Generalitat Valenciana. Atención Paliativa. Guía Práctica n 67;
p. 12-13.
5.
Clavé E, et al. Sufrimiento insoportable y voluntad de
vivir: primeros resultados de un estudio en Guipuzkoa. Med Pal
2006; 13:
197-206.
4. Bioética y toma de decisiones en el origen de la vida.
Al igual
que ocurre en el final de la vida, son muchos los temas que se podrían
abarcar en esta asignatura, tanto en su parte teórica como en el aprendizaje
práctico, y que forman parte de muchos programas docentes en esta materia
que actualmente se imparten en las facultades de Medicina.
En la
facultad de Medicina de la Universidad de Concepción hemos realizado una
estricta selección, basada en la premisa de que en el nivel académico del
pregrado el objetivo es formar profesionales de la salud básicos, y no
especialistas en ésta ni en ninguna otra materia. En su mayoría serán
médicos generalistas, de forma que los contenidos y temas que se desarrollen
deben centrarse en lo que, inexcusablemente, debería conocer cualquier
profesional para el desempeño de su labor habitual en la atención primaria
de salud, y capacitarlos para ello. De esta forma se han obviado,
intencionadamente, temas como el diagnóstico prenatal, la ingeniería
genética, o la reproducción asistida, muy atractivos en los grandes debates,
pero que no constituirán el desempeño profesional de la mayoría de nuestros
actuales alumnos.
En base a
esa premisa, se han definido los siguientes objetivos y habilidades prácticas
a desarrollar en esta asignatura:
identificar
los problemas de salud de la población chilena, y de los jóvenes en
particular, relacionados con los derechos sexuales y reproductivos;
señalar los
problemas específicos que plantea el VIH, tanto desde el punto de vista
de la salud, como de las políticas preventivas, la confidencialidad y la
entrevista clínica;
manejar
correctamente el proceso de consentimiento informado en la toma de
decisiones sobre menores, aplicando la teoría del menor maduro;
identificar
la adolescencia como la etapa cuyas decisiones en materia de salud
permite y exige una mayor implicación del menor, así como el respeto de
sus derechos en el ámbito de la relación clínica;
adquirir la
capacidad de utilizar una entrevista clínica adaptada a las necesidades
y características del adolescente.
1ª Práctica: Los
derechos sexuales y reproductivos en las sociedades democráticas.
Los
alumnos tienen que conocer la aparición y situación de los DSR en América
Latina, su progresiva aparición en Chile, y los tres pilares fundamentales
de su desarrollo en el país: Política de Población y Salud Pública y
Política Nacional de Regulación de la Fertilidad (Frei, 1967); Programa de
Salud de la Mujer (1997) y Proyecto de Ley Marco sobre Derechos Sexuales y
Reproductivos (Bachelet, 2000); Normas Nacionales de Regulación de la
Fertilidad (2007) y Objetivos Sanitarios del MINSAL 2000-2010.
El
Proyecto de Ley Marco de DSR es la base conceptual del trabajo práctico para
el alumno32, que debe identificar y diferenciar los dos tipos de
derechos contenidos en él -sexuales y reproductivos- y conectar su contenido
con los problemas de la población chilena en el área de la salud sexual y
reproductiva (Tabla 9). Como el abordaje no debe ser exclusiva ni
estrictamente clínico, el material de trabajo práctico se encuentra
preferentemente en publicaciones diversas de otros ámbitos del conocimiento,
como Revista Chilena de Salud Pública o Revista Chilena de Sociología33,34.
Este tipo de material permite que el alumno perciba que son otras las áreas
de conocimiento que proporcionan datos y reflexiones sobre este tema:
comportamientos reproductivos, representación sexual del cuerpo, actitudes
de los adolescentes sobre el uso del preservativo, etc. De esta manera, se
busca superar el “reduccionismo clínico” que se deriva de considerar estos
temas desde una única perspectiva, incapaz por otra parte de explicar y
analizar los paradigmas de comportamiento sexual de las sociedades, o los
problemas relacionados con esta área de la vida humana.
Tabla
9. Los derechos sexuales y reproductivos.
- Identificar
los derechos reproductivos y los derechos sexuales, y
distinguirlos conceptualmente.
- Identificar
los problemas de salud de la población chilena, y de los jóvenes
en particular, que derivan de no hacer efectivos los derechos
sexuales y reproductivos.
-
Investigar las actitudes de ciudadanos y profesionales sobre
este tema.
- Identificar
los problemas éticos que plantea el manejo del SIDA [salud,
confidencialidad, manejo de la entrevista clínica, etc.].
1.
Gobierno de Chile. Ley Marco sobre Salud y Derechos
Sexuales y Reproductivos. Boletín n° 5933-11. Santiago de Chile,
1999.
2.
Gobierno de Chile. Ley 19.779.
Establece normas relativas
al virus de la inmunodeficiencia humana y crea bonificación
fiscal para las enfermedades catastróficas.
3.
Flacso Chile. UNFPA. Boletín informativo. Desafíos en
salud sexual y reproductiva, VIH, Sida e ITS en Chile.
4.
Molina R, Molina T. Madres-niñas adolescentes de 14 años y
menos. Un grave problema de salud pública no resuelto en Chile.
Rev Méd Chile 2007; 135: 79-86.
5.
Montero A, González E, Molina T. Salud Sexual y
reproductiva de los y las adolescentes en Chile. Rev Chil Salud
Pública 2008; 12(1):
42-47.
6.
Escalona N. Actitudes de un grupo de jóvenes de enseñanza
media sobre el uso del condón, Santiago 2005. REV SOGIA 2006;
13(1):
9-15.
La práctica se desarrolla en dos partes:
· En
la primera, el alumno debe trabajar los derechos sexuales y
reproductivos, tomando como base para su identificación el
documento de apoyo nº1.
·
En la segunda debe elegir uno de los problemas relacionados con
este ámbito [ITS, embarazo en adolescentes, etc.], elaborar una
encuesta, indagar la opinión de ciudadanos y profesionales, y
discutir los resultados obtenidos en comparación con los que
aparecen en el material de apoyo bibliográfico.
·
En la deliberación en grupo los alumnos deben relacionar esta
práctica con los aprendido en la práctica “relación clínica y
ética civil”, y su diagnóstico de la sociedad chilena desde el
punto de vista de los valores [de “código único” de valores o
de “código múltiple”].
Se
recomienda trabajar, en un segundo momento, los problemas de salud pública
aparejados a esta área, como: infecciones de transmisión sexual, regulación
de la fertilidad, infección del VIH/SIDA, embarazo en adolescentes.
Por
último, hay que conectar esta práctica con lo aprendido en Bioética I sobre
el tipo de sociedades que existen en función de los valores. Las sociedades
de “código único” no distinguen entre el espacio público y el privado, y por
tanto imponen la opción ética de los grupos ideológicos de poder sobre toda
la población. Las sociedades de “código múltiple”, respetuosas de la
libertad de conciencia y de los espacios privados de los ciudadanos, educan
en la responsabilidad, pero no imponen una ética de máximos de un grupo
social determinado como obligatoria para todos.
La tarea
para el docente es ayudar al alumno a que diagnostique qué tipo de sociedad
es la chilena en este ámbito. Para ello también puede ayudarse del análisis
de algún ejemplo práctico reciente, como lo ocurrido con la anticoncepción
de emergencia en Chile: protocolos del MINSAL para su uso en emergencias,
postura y acciones de los alcaldes de las comunas respecto del tema,
sentencia del Tribunal Constitucional, etc.
2ª Práctica: El
proceso de toma de decisiones clínicas en Pediatría y en la adolescencia.
La teoría del menor maduro.
Si bien
es cierto que los menores no pueden tomar muchas de las decisiones que
afectan a su salud, esto no significa que sean sistemáticamente apartados
del proceso.
La aparición en el ámbito del Derecho de la teoría del menor maduro, que
afirma que los derechos civiles o subjetivos existen en el individuo desde
el momento en el que éste es capaz de ejercerlos, algo que sucede en muchos
ámbitos de la vida del menor antes de los 18 años, conlleva consecuencias
importantes en el ámbito de la Pediatría36. Se pueden sintetizar
en la siguiente afirmación: es necesario introducir, también aquí, el modelo
de consentimiento informado, si bien adaptado a la edad del menor y a la
complejidad de la decisión clínica que tenemos que tomar37.
Introducir este modelo significa, en primer lugar, que el menor siempre debe
ser identificado como un sujeto más de la relación clínica, estableciendo
comunicación directa y personal con él, y adecuando la información y la
forma de comunicación a su edad. Ser escuchado o ser oído es un
derecho de los menores que recoge la Ley 19.968 de Tribunales de Familia, y
nadie puede ser escuchado cuando ni tan siquiera se le tiene en cuenta en el
proceso de relación.
En segundo lugar, que a partir de los 12 años el menor debe asentir,
por más que sean los representantes quienes consientan. Asentir es un grado
más respecto de ser escuchado, y exige atender a las razones y elecciones de
los menores en la vivencia de su enfermedad, si bien su opinión no sea
determinante de forma definitiva. Entre los 16 y 18 años son muchas las
legislaciones que, con base en esta teoría, otorgan la capacidad decisoria
-capacidad de consentir- al menor, en este caso adolescente, si se
comprueba que comprende la información y que tiene la capacidad y madurez
suficiente para tomar una decisión, ya que valora las consecuencias y hace
una elección sobre la que puede dar razones38.
El profesional sanitario es el garante ante la sociedad de que se dan las
mencionadas condiciones, y por ello es que el alumno debe conocer la teoría
del menor maduro y cómo se aplica en el ámbito clínico (Tabla
10). En este sentido se sugiere que en esta práctica se evite la utilización
de los ejemplos clínicos habituales en el ámbito de la ética, casos de
oncología pediátrica o de cuidados críticos en pediatría. Además de ser los
más complejos transmiten la idea de que sólo aquí hay dilemas y conflictos
éticos, y de que sólo aquí se aplicaría la teoría del menor maduro. El lugar
habitual de atención pediátrica en cualquier sistema sanitario es la
atención primaria, y aquí es donde se tiene que generar en el alumno de
pregrado el hábito de enseñar a familias y menores otro modelo de
comportamiento, y de introducir a los menores en primera persona en la
relación clínica.
Tabla
10. El menor como sujeto de derechos. Aplicación a la relación
clínica.
- Identificar
al menor como sujeto de derechos respecto de su integridad
física y su salud.
- Aprender
a aplicar la teoría del menor maduro en la toma de decisiones
clínicas sobre los menores.
-
Identificar situaciones de posible conflicto ético en la
atención clínica a los menores.
Oppliger W, Bascuñán M. Consentimiento informado. Percepción
de médicos, enfermeras y padres sobre el proceso
comunicativo. Rev Chil Pediatr 2011; 82(3):
204-210.
Gracia D, Jarabo Y, Martín N, Ríos J. Toma de decisiones con
el paciente menor de edad. Med Clin (Barc) 2011;
117:
179-90.
Esquerda M, Pifarre J, Gabaldón S. Evaluación de la
competencia para tomar decisiones sobre su propia salud en
pacientes menores de edad. FMC 2009;
16(9):
547-553.
Ruiz Lázaro PJ, Parra Martínez MI. La entrevista clínica con
adolescentes: lenguajes, patrones de comportamiento,
dinámica de grupos.
En: M de los Reyes y M Sánchez (editores). Bioética y
Pediatría. Madrid: Ergón, 2010:
331-340.
La práctica se desarrolla en dos partes:
· En
la primera el objetivo es trabajar el proceso de consentimiento
en pediatría, entendido como un proceso de relación que obliga
al profesional a introducir al menor en primera persona,
estableciendo con él una comunicación adecuada a su edad y su
patología, y utilizando para ello los medios e instrumentos
adecuados. Utilizar ejemplos sencillos y habituales de toma de
decisiones en la atención primaria, y comparar el modelo
paternalista y el modelo participativo.
· La
segunda se centra en la adolescencia. Se trata de identificar:
qué tipo de decisiones clínicas son las más habituales en este
período de la vida, cómo debe evaluar el profesional la
capacidad del menor, y la importancia de la entrevista clínica
como instrumento para la búsqueda de alternativas y la
responsabilización del adolescente de las consecuencias de su
toma de decisiones.
Asimismo, es necesario hacer hincapié en la necesidad de manejar la
entrevista clínica específica para el adolescente, adaptada a sus
características y problemas de salud39.
5. Conclusión.
El
aprendizaje práctico de la Bioética es tan esencial al futuro profesional
como lo es adquirir destrezas técnicas en el dominio de las otras áreas de
la Medicina. Para que sea una herramienta de utilidad real debe partir de la
realidad social y del marco en el que se inserta la relación clínica.
Ese marco
y fundamento lo constituyen los derechos fundamentales recogidos en la
constitución chilena, cuya aplicación específica a la relación clínica se
desarrolla en la ley de derechos de los pacientes recientemente aprobada.
Éste es el contenido que debe tener la enseñanza teórica de la Bioética en
las Facultades de Medicina.
En este
artículo se ha tratado de mostrar cómo hacerlo en la práctica, qué
herramientas metodológicas se pueden utilizar, y cómo se puede estructurar
dicho aprendizaje en torno a los dos ciclos de la carrera, realizando una
selección de contenidos y habilidades específicas a adquirir en el nivel de
pregrado. Los materiales utilizados, que se entregan en este texto, tendrán
que ser actualizados progresivamente, pero marcan las líneas fundamentales
en que debe apoyarse el aprendizaje práctico de esta disciplina.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Tysinger
J, Klonis L, Sadler J, Wagner J. Teaching ethics using small-group, problem
based learning. J Med Ethics 1997; 23: 315-318.
2.
Couceiro A. Cinco mitos sobre la enseñanza de la Bioética en
las Facultades de Medicina. Rev Educ Cienc Salud 2009; 6(2): 68-74.
3. Couceiro
A, Muñoz M. La enseñanza de la Bioética en Medicina:
una
propuesta de desarrollo curricular. Rev Educ Cienc Salud 2007; 4(2):
92-99.
4. Flexner A.
Medical education in the United States and Canada. New York: The Carnegie
Foundation for the Advancement of Teaching.
1910, Bulletin 4.
5.
González J, Wagenaar R. Tunning Educational Structures in Europe. Informe
final. Deusto: Universidad de Deusto; 2003.
6.
Couceiro A. Enseñanza de la Bioética y planes de estudios
basados en competencias. Educ Med 2008; 11(2): 69-76.
7.
Couceiro A. Introducción a la Bioética. En: Rodés Teixidor J,
Guardia Massó J, editores. Medicina Interna (2ª ed.). Barcelona: Masson;
2004. p.16-21.
8.
Gracia D. Planteamiento general de la Bioética. En: Gracia D,
editor. Fundamentación y enseñanza de la Bioética. Bogotá: El Búho; 1998. p.
11-28.
9.
Emanuel EJ, Emanuel LL. Cuatro modelos de la relación
médico-paciente. En: Couceiro A, editora. Bioética para clínicos. Madrid:
Triacastela, 1999; 109-126.
10.
Couceiro A. La relación clínica: historia, modelos, instrumentos y retos.
En: Beca JP, Astete C (editores). Bioética clínica. Santiago de Chile:
Mediterráneo, 2012 (en prensa).
11.
Simón P. Diez mitos en torno al consentimiento informado.
An Sist Sanit Navar. 2006; 29(supl.3): 29-40.
12.
Pantoja L. El consentimiento informado: ¿sólo un requisito legal? Rev Esp
Reumatol 2004; 31(8):
475-478.
13. Pérez C,
Jalil R, Canals C, Soto S, Pinto J, Bedregal P, Godoy D. Relacion
médico-paciente: estudio comparativo entre dos servicios de medicina
interna. Rev Méd Chile 1998; 116: 1239-45.
14. León T,
Bedregal P, Shand B. Prevalencia de problemas éticos en servicios de
Medicina Interna. Rev Méd Chile 2009; 137(6): 759-765.
15.
Comité Consultivo de Bioética de Cataluña. Recomendaciones ante el rechazo
de los enfermos al tratamiento. Barcelona: Departament de la Salut –
Generalitat de Catalunya, 2010.
16.
Gobierno de Chile. Ley nº 20.584. Regula los derechos y deberes que tienen
las personas en relación con acciones vinculadas a su atención en salud. 13
abril, 2012.
17.
Couceiro A, Heredia F. Los derechos de los pacientes y el proyecto de ley en
Chile. Vida Médica 2007; 59:
66-73.
18.
Simón P, Barrio I, Alarcos F, Barbero J, Couceiro A, Hernando P. Ética y
muerte digna: propuesta de consenso sobre un uso correcto de las palabras.
Rev Calidad Asistencial 2008; 23:
271-285.
19.
Fernández R, Baigorri F, Artigas A. Limitación del esfuerzo terapéutico
en Cuidados Intensivos. ¿Ha cambiado en el siglo XXI? Med Intensiva 2005; 29(6):
338-41.
20.
Couceiro A. ¿Es ético limitar el esfuerzo terapéutico? An Esp Pediatr 2002;
57(6): 5005-7.
21.
Monzón JL, Saralegui I, Abizanda R, Cabré L, Iribarren S, Martín MC, et al.
Recomendaciones de Tratamiento al final de la vida del paciente crítico. Med
Intensiva 2008; 32(3): 121-33.
22.
Iribarren S, Latorre K, Muñoz Martínez T, Poveda Y, Dudagoitia JL, Martínez
S, et al. Limitación del esfuerzo terapéutico tras el ingreso de una Unidad
de Medicina Intensiva. Análisis de factores asociados. Med Intensiva 2007;
31(2): 68-72.
23. Canteros J,
Lefeubre O, Toro M, Herrera C. Limitación del esfuerzo terapéutico. Rev Chil
Med Intensiva 2007; 22(2): 93-96.
24.
Barrio I, Simón P, Judez J. De las Voluntades Anticipadas o Instrucciones
Previas a la Planificación Anticipada de las Decisiones. Nure Investigación
2004; 5: 1-9.
25.
Couceiro A, Pandiella A.
La EPOC: un paradigma para el uso de directivas previas y la planificación
anticipada de decisiones.
Arch Bronconeumol 2010; 46: 325-31.
26.
The Hastings Center. The goals of Medicine: setting new priorities. Hastings
Cent Rep 1996; S1-S27. [Trad. al castellano. Hastings Center.
Los fines de la Medicina. El establecimiento de nuevas prioridades.
Cuadernos de la Fundación Víctor Grifolds. Barcelona, 2004].
27.
Couceiro A. El enfermo terminal y las decisiones en torno al final de la
vida. En: Couceiro A, ed. Ética en cuidados paliativos. Madrid: Triacastela,
2004. p. 271-275.
28.
Cherny N, Radbruch L, The Board of EAPC. European Association for Palliative
Care (EAPC) recommended framework for the use of sedation in palliative
care.
Palliat Med 2009;
23(7): 581-593.
29.
Comité Ética de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. Aspectos éticos
de la sedación en cuidados paliativos.
Med Pal 2002; 9:
41-46.
30.
Naciones Unidas. Conferencia Internacional de El Cairo sobre Población y
Desarrollo. Madrid: PPC, 1995.
31.
Couceiro A. La anticoncepción, un desafío moral para la sexualidad. JANO
2001; 50(1382):
104-109.
32.
Gobierno de Chile. Ley Marco sobre Salud y Derechos Sexuales y
Reproductivos. Boletín n° 5933-11. Santiago de Chile, 1999.
33.
Montero A, González E, Molina T. Salud Sexual y reproductiva de los y las
adolescentes en Chile. Rev Chil Salud Pública 2008; 12(1): 42-47.
34. Escalona N.
Actitudes de un grupo de jóvenes de enseñanza media sobre el uso del condón,
Santiago 2005. REV SOGIA 2006; 13(1):
9-15.
35. Oppliger W,
Bascuñán M. Consentimiento informado. Percepción de médicos, enfermeras y
padres sobre el proceso comunicativo. Rev Chil Pediatr 2011; 82(3): 204-210.
36.
Simón P, Barrio I. Estadios y evolución de la conciencia moral para tomar
decisiones sobre la propia salud: de la Bioética al Bioderecho. En: M de los
Reyes y M Sánchez (editores). Bioética y Pediatría. Madrid: Ergón,
2010:39-48.
37. Gracia D,
Jarabo Y, Martín N, Ríos J. Toma de decisiones con el paciente menor de
edad. Med Clin (Barc.) 2001; 117:
179-90.
38.
Esquerda M, Pifarre J, Gabaldón S. Evaluación de la competencia para tomar
decisiones sobre su propia salud en pacientes menores de edad. FMC 2009;
16(9):
547-553.
39.
Ruiz Lázaro PJ, Parra Martínez MI. La entrevista clínica con adolescentes:
lenguajes, patrones de comportamiento, dinámica de grupos.
En: M de los Reyes y M Sánchez (editores). Bioética y Pediatría. Madrid:
Ergón, 2010:331-340.
Artículo recibido el 17/12/11, Aceptado el 26/03/12.
Dirección
del autor para envío de correspondencia: Azucena
Couceiro Vidal.
*
Departamento
de Especialidades Médico Quirúrgicas,
Facultad de Medicina – UPV/EHU,
España.
|