RELACIÓN ENTRE EL NIVEL DE ENGAGEMENT Y EL RENDIMIENTO ACADÉMICO
TEÓRICO/ PRÁCTICO
Paula
Parra P.1
RESUMEN
Introducción:
Los
procesos de enseñanza-aprendizaje universitarios actuales tienen la
responsabilidad de investigar los elementos de bienestar psicológico de
sus estudiantes, entre ellos el Engagement, así como también sus
relaciones con el rendimiento académico.
Antecedentes teóricos:
El
Engagement académico deriva de su opuesto Burnout y su conceptualización
se entiende como un estado de bienestar psicológico tridimensional
(vigor, absorción y dedicación) de compromiso intrínseco hacia los
estudios, valorado actualmente por el cuestionario UWES-S
(Utrecht Work Engagenent Student- Scale), y cuyas
relaciones se establecen de manera significativa con variables
personales (Género, edad, nivel sociodemográfico, nivel de autoestima,
autoeficacia, inteligencia emocional, satisfacción y nivel de
perfeccionismo), así como también con variables académicas (Rendimiento
académico). Con este último factor, existe evidencia de relaciones
positivas con el nivel de Engagement, así como también se encuentran
roles mediadores de facilitadores, obstaculizadores y autoeficacia.
Conclusión:
A partir
de la literatura revisada se determina la inexistencia de estudios que
relacionen el nivel de Engagement con el rendimiento académico en
términos teóricos y prácticos en escuelas de medicina.
Palabras
claves:
Engagement académico, rendimiento académico.
Relationship between the level of engagement and theoretical / practical
academic performance
SUMMARY
Introduction:
The processes of teaching/learning at current university level have the
responsibility of researching the elements of student’s psychological
welfare. Among these, the Engagement, along with its relationships
with the academic performance.
Theorical background:
The academic Engagement comes from
its antagonist, Burnout and its conceptualization is understood as a
state of tridimentional psychological wellbeing (stamina, absortion and
dedication) of intrinsical commitment towards studying. Nowadays it is
valued by the UWE-S scale (Utrecht Work Engagement Student- Scale) and
its relationships are established in a considerable manner with
personal factors (Gender, age, demographic and social level, level of
self-esteem, self efficiency, emotional intelligence, satisfaction and
level of perfectionism), along with academic factors (academic
performance). With this last factor there is evidence of positive
relationships with the Engagement level, and also there are facilitators
of mediation, obstacles and self efficiency roles.
Conclusion:
From the reviewed literature it is established the inexistence of
studies that relate the level of Engagement with academic performance in
theoretical and practical terms in Medicine Faculties.
Keywords:
Academic engagement, academic performance.
INTRODUCCIÓN
Los
nuevos escenarios del Siglo XXI, reflejan las tendencias de la sociedad
al mejoramiento cualitativo a la educación impartida en todos los
niveles, en donde la motivación y el compromiso de los alumnos surgen
como una aspiración y una necesidad en la formación. En esta esfera, las
universidades Chilenas deben preocuparse por ofrecer una enseñanza de
calidad, considerando todos aquellos elementos derivados del bienestar
psicológico de sus estudiantes y la influencia de éste en el desempeño
de las diversas competencias preparadas para ellos. Así surge como un
elemento de bienestar psicológico importante a tener en cuenta, aquel
relacionado con la motivación intrínseca por los estudios, es decir, el
“Engagement académico”, concepto definido en la primera década de este
siglo y del cual, como se verá en el transcurso de estas páginas, existe
escasa pero no irrelevante información, que entrega sustento sólido
sobre su conceptualización y relevantes relaciones con el desempeño
académico.
ANTECEDENTES TEÓRICOS
Historia del Engagement
En los años setenta Freuderberger (1974) se refirió al “Burnout” como
una combinación de cansancio emocional crónico, fatiga física, pérdida
de interés por la actividad laboral, baja realización personal y
deshumanización en el cuidado y atención a los usuarios. Desde entonces,
en la literatura científica se utiliza este término que en castellano se
ha traducido como “estar quemado” o “quemarse en el trabajo”. Más
recientemente, Schaufeli y Enzmann (1998), lo han definido como un
estado mental persistente, negativo, relacionado con el trabajo en
individuos “normales” que se caracteriza principalmente por agotamiento
emocional. A pesar de las diversas definiciones existe acuerdo en la
aceptación de que el Burnout es un síndrome tridimensional de
agotamiento emocional (desgaste y agotamiento de los recursos
emocionales), despersonalización o cinismo (actitud fría de desarraigo
y pérdida de la capacidad de contacto) y pérdida de realización
personal (falta de competencia y eficacia profesional)1. Las
primeras dimensiones son consideradas por Martínez y colaboradores
(2005) como el
“corazón
del Burnout”, mientras que la eficacia académica la relacionan con una
variable de personalidad que predispone el surgimiento del Burnout2.
La investigación reciente sobre el síndrome de “estar quemado” en el
trabajo, considerando sus tres clásicas dimensiones, ha puesto de
manifiesto dos tendencias en el estudio tradicional del concepto1:
-
La ampliación a todo tipo de profesiones y otras muestras pre-ocupacionales.
-
El estudio de su teóricamente opuesto, el “Engagement” o vinculación
psicológica.
En
primer lugar, el concepto de Burnout se ha ampliado a todo tipo
de profesiones y grupos ocupacionales, y ya no está tan restringido al
dominio de los servicios con personas. Un evento decisivo en ese sentido
fue la publicación del Maslach Burnout Inventory- General
Survey (MBI-GS; Schaufeli, Leiter, Maslach, y Jackson, 1996) como
instrumento de evaluación, susceptible de ser aplicado a otras
profesiones más allá de las profesiones de ayuda y que ha mostrado que
la estructura tridimensional del MBI se mantiene estable en distintas
profesiones1.
Además, el estudio del Burnout también se ha ampliado a muestras pre-ocupacionales,
como el así llamado Burnout académico. La publicación hecha por
Schaufeli en el año 2002 del Maslach Burnout Inventory-Student Survey,
hizo posible estudiar el Burnout fuera del ámbito ocupacional al
definir sus dimensiones en referencia al “estudio”. De este modo, a
través de la investigación empírica se ha podido demostrar que los
estudiantes también se queman por sus estudios, demostrando niveles de
agotamiento emocional, despersonalización y falta de eficacia o
sensación de incompetencia respecto a sus actividades académicas1,3.
Por otro lado, las últimas tendencias en el estudio del Burnout
han dado un giro hacia el estudio de su teóricamente opuesto, el
Engagement1-6. Este cambio puede verse como resultado del
auge de la psicología positiva en los últimos años, que se centra en el
desarrollo óptimo y los aspectos positivos y no en las disfunciones.
Definición de Engagement
Schaufeli y colaboradores (2002), han definido el Engagement como “un
estado mental positivo relacionado con el trabajo y caracterizado por
vigor (altos niveles de energía y resistencia mental), dedicación (alta
implicación laboral) y absorción (alto estado de concentración e
inmersión)”. Este estado afectivo-cognitivo es persistente, y no está
focalizado en un objeto o situación particular1,3. Este
estado de compromiso, al igual que el Burnout, es experimentado también
por los estudiantes, definido de esta forma por Schaufeli y
colaboradores (2002) como Engagement académico1.
Variables relacionadas
-
Edad y curso:
a
mayor curso académico (mayor edad), aparecían mayores niveles de
cinismo, menor dedicación, menor compromiso y menor satisfacción
total, tanto con los estudios, como con la facultad y con la
universidad, esto podría ser interpretado como un desencanto o no
cumplimiento de expectativas, que sucede a lo largo de la
socialización del estudiante en la universidad1,7. En
contraposición, existe también evidencia de que existe una
correlación positiva blanda entre la edad y los niveles de
Engagement, en donde a mayor edad de los alumnos mayor es el nivel
de Engagement8.
-
Opción de elección de la carrera:
carreras de primera opción se relacionan con mayores niveles de
Engagement1.
-
Autoeficacia (AUTOEF):
Son las creencias relacionadas con las propias habilidades y
competencias para alcanzar buenos logros académicos en el futuro1,9.
Asimismo, la autoeficacia determina el esfuerzo, la persistencia
para realizar la tarea, como también la cantidad de tiempo invertida
ante los obstáculos y la satisfacción en las acciones realizadas5,9,
permitiendo así que el sujeto sea el productor de su propio futuro y
no un simple predictor2.
Por
eso, se considera que la crisis de autoeficacia conlleva una mayor
probabilidad de padecer el síndrome de Burnout2,5,9 y una
menor probabilidad de tener niveles elevados de Engagement. De esta
manera, y como una ampliación al concepto el “Engagement “es
definido también como "un estado psicológico positivo caracterizado
por el vigor, dedicación y absorción”, derivado de niveles elevados
de la autoeficacia5.
Como
lo muestra la Figura 1, el aumentar las creencias de eficacia tiene
un efecto positivo significativo sobre el Engagement académico y a
su vez, la percepción de facilitadores es una manera de incrementar
las creencias de eficacia7.
Figura
1.
Modelo del rol mediador de las creencias de
eficacia
entre facilitadores y el Engagement.
En la
Figura 2, se evidencia también, que el nivel de Engagement aumenta
las creencias de eficacia de manera reciproca, lo que también
repercutirá en un aumento de los recursos académicos personales para
desarrollar la carrera10.
Figura
2.
Modelo en espiral positivo del rol mediador de
las creencias de eficacia.
-
Satisfacción (SAT):
Hace referencia al grado de satisfacción con la carrera, con la
facultad y con la Universidad1. Se sabe que existe una
correlación significativa y positiva entre el vigor, dedicación,
absorción con la satisfacción frente a los estudios, al igual que,
como ocurre entre esta satisfacción frente a los estudios y la
autoeficacia académica2,7. También se ha demostrado que
la satisfacción se relaciona significativa y positivamente con el
rendimiento académico12.
-
Autoestima:
Esta
variable influye directamente en el comportamiento de los
individuos, e incide en la promoción del bienestar psicológico, ya
que la forma en que se evalúa éste tiene repercusión en todas las
áreas del desarrollo, ya sea social, emocional, conductual y
académica. Importante es resaltar, que especialmente en esta
variable, existe evidencia empírica que establece menores niveles de
autoestima en las mujeres, esto se explicaría porque la mujeres son
más propensas a preocuparse por lo que los demás piensan de ellas,
tienen mayores conflictos y contradicciones en la construcción de
sus representaciones y se les fomenta una mayor autoconciencia, lo
que trae consigo una menor autoestima y mayor inestabilidad.
Diferencias importantes también se determinan en cuanto a la edad,
ya que se concluye que los estudiantes entre 18 y 22 años presentan
menores niveles de autoestima que aquellos que se encuentran en el
rango entre 23 y 28 años, esto podría deberse a que a edades
menores, los alumnos piensan más en sí mismos y confirman sus
sentimientos y opiniones a través de nuevas experiencias,
comparándose entre sí con sus propios ideales y con los de otros,
demandando a edades menores mayores ajustes psicológicos, ya que a
edades posteriores, el individuo comienza a formarse un autoconcepto
y una autoestima más rica y compleja13. Se sabe además,
que niveles elevados de autoestima se relacionan directamente y de
manera positiva con los puntajes promedios de rendimiento académico14.
La autoestima académica, también se relaciona con niveles altos de
Engagement posteriores15,16.
-
Variable socio-demográfica:
Se
sabe que esta variable influye de manera significativa en el
interés, motivación y compromiso que presentan los alumnos hacia el
aprendizaje13,14, no obstante, en ninguno de los estudios
se especifica la relación entre ambas variables, la que se supone
debería ser de manera directa.
-
Género:
Se
concluye que valores de Burnout moderado y elevado se relacionan de
manera más significativa con el género femenino3. En
relación al Engagement se ha demostrado que las mujeres mostraron
mayores niveles de dedicación que los hombres15. En
contraposición, existen estudios que no establecen diferencias entre
los niveles de Engagement de estudiantes universitarios hombres y
mujeres8.
-
Situación laboral:
se ha
determinado que en relación a la situación laboral y el nivel de
Engagement, no existe diferencia en los niveles de vigor y
absorción, mientras que sí hay diferencia en los niveles de
dedicación entre el grupo de estudiantes que trabajan y los que no
trabajan, en este sentido, el análisis de las medias sugiere que los
estudiantes que trabajan son más dedicados que los estudiantes que
no trabajan. No obstante, se destaca que el nivel de Engagement de
manera general, no presenta diferencia entre los estudiantes que
trabajan y aquellos que no lo hacen. También, se argumenta que el
trabajo puede tener efectos positivos en el rendimiento académico,
dado que favorece la transferencia de conocimiento relacionados con
los temas de estudios, y aún cuando no esté relacionado con la
carrera, este posibilita la disciplina y refuerza el sentido de
responsabilidad en el desempeño académico5.
-
Inteligencia Emocional (IE):
Se define a la inteligencia emocional como la habilidad para
percibir, asimilar, comprender y regular las emociones propias y las
de otras personas15. En el ámbito educativo u
organizacional, se considera que la Inteligencia emocional favorece
un mejor afrontamiento a las situaciones académicas estresantes
(menor Burnout), al tiempo que podría favorecer el desarrollo de
actitudes positivas hacia los estudios y las tareas académicas
(mayor Engagement y eficacia académica)15,17. Se destaca
que la inteligencia emocional consta de tres dimensiones (atención,
claridad y reparación), de esta manera se determinó que altos
niveles de atención, claridad y reparación de los estados
emocionales se relacionan por separado y de manera conjunta con
altos niveles de vigor, dedicación y absorción, siendo la variable
de reparación la más significativa en su relación con las
dimensiones del Engagement, lo que influye de manera notoria en un
mayor rendimiento académico. Con respecto a las mismas dimensiones
del Engagement, otras dos dimensiones de inteligencia
emocional fueron predictores significativos para la variable
vigor: atención y reparación emocional. Para la dimensión de
dedicación, las dimensiones predictoras identificadas son la
variable sexo (femenino) y los factores de atención y reparación
emocional. En cuanto a la variable absorción, la única variable
predictora fue la reparación emocional15.
-
Perfeccionismo:
Se
establece que el perfeccionismo negativo (dudas acerca de las
acciones, las preocupaciones sobre los errores, etc.) se
relacionaron con altos niveles de Burnout, mientras que el
perfeccionismo positivo (Ej. organización) con altos niveles de
Engagement académico18.
Estructura
La investigación confirma la estructura trifactorial (Vigor, absorción y
dedicación) y altamente correlacionada del Engagement1,2.
Este patrón de resultados se ha replicado en muestras de países europeos1
y americanos confirmándose su validación transcultural5. De
esta manera, tomadas en su conjunto, las tres dimensiones, son medidas
por tres escalas multi-ítems internamente consistentes y estables a lo
largo del tiempo1.
Cada una
de las dimensiones del Engagement se relaciona con su opuesta del nivel
de Burnout, es decir, con el agotamiento, cinismo e ineficacia
respectivamente5,4.
Además,
independientemente del país, la eficacia (absorción) y vigor se
relacionan positivamente con el rendimiento académico (determinado a
través del número de exámenes aprobados)19.
Finalmente se debe destacar, que sólo en uno de los estudios revisados
se encuentra evidencia de que la estructura tridimensional del Engagement es más débil en relación a la eficacia, es decir, se
establece en éste, que la relación entre Engagement-eficacia es más
fuerte que la construcción de los tres factores de vigor, absorción y
dedicación del Engagement20.
Valoración
El
Engagement ha sido estudiado en contextos organizacionales y su
evaluación ha sido posible gracias al UWES (Utrecht Work Engagement
Scale), del cual existen dos versiones, una de de 17 ítems y otra de 9
ítems, comprobándose una mayor estabilidad en la versión resumida que en
la extendida21. En este caso, La alta correlación entre los
factores del UWES sugiere que, psicométricamente hablando, se lidia con
un instrumento compuesto por tres dimensiones y que por razones
prácticas los tres factores se tornan de manera aleatoria en un factor.
Eso se aplica particularmente a la versión breve de 9 ítems. En
conclusión el Engagement en el trabajo, que es medido por el UWES puede
ser considerado tanto como un constructo unidimensional como
tridimensional. Las altas correlaciones entre las tres dimensiones y los
altos valores del
α de
Cronbach para el total de la escala respalda el modelo unidimensional,
sin embargo, la medición puede ser realizada de ambas maneras según el
objetivo de la investigación8.
De esta
misma manera existen dos versiones de este cuestionario en español para
estudiantes, una de 17 ítems2,8 y otra de 98, de
esta forma, la adaptación del UWES (utilizada para muestras
ocupacionales) dio origen al UWES-S o (UWES- Student), cuestionario que
permite estudiar el Engagement en alumnos universitarios y cuya
validez factorial y consistencia interna fue probada a través de este
último, manteniéndose la estructura de las tres dimensiones (vigor,
dedicación y absorción)3, siendo igualmente más estable en
distintas muestras la versión de 9 ítems8.
La
encuesta se encuentra disponible en el Anexo 1, la versión de 9 ítems,
se encuentra incluida dentro de la versión de 17 ítems (los ítems
pertenecientes a las tres escalas se encuentran dispuestos
aleatoriamente con la finalidad de evitar prejuicios3, para
tener acceso a la primera, sólo se deben seleccionar los ítems con
asteriscos. La escala de respuesta oscila de 0
“ninguna vez/nunca” a 6 “todos los días/siempre”1. La
versión en español, fue traducida a partir de la versión original
holandesa3.
Engagement y rendimiento académico.
Actualmente, existen escasos estudios que correlacionen de manera
específica el nivel de Engagement y el rendimiento académico,
determinándose en todos una relación positiva entre ambos (más
específicamente para las subescalas de absorción y vigor), ya que los
estudiantes comprometidos con sus estudios tienen éxito (determinado por
el número de exámenes aprobados en relación al número total de
exámenes), al contrario del nivel de Burnout, el cual se relacionaría
negativamente con éste, destacándose el punto de que sólo un estudio
longitudinal podría dar respuesta sobre la dirección causal de las
relaciones involucradas3.
Así,
estudios han encontraron relaciones significativas entre bienestar
psicológico y el rendimiento académico. En general, los resultados
señalan la existencia de un “círculo virtuoso” entre estas
variables: a mayor rendimiento en el pasado, mayor bienestar psicológico
en el presente (bajo Burnout y alto Engagement) lo que redundará
a su vez en mejor rendimiento en el futuro (medido un año después)1.
También, como se muestra en la Figura 3, se establece que a mayor éxito
académico pasado, mayores creencias de eficacia presentes, que a su vez
generarán mayores niveles de vigor y dedicación presentes relacionados
con los estudios (Engagement) y mayor rendimiento futuro (valorado un
año después),1,2 encontrándose una mediación completa de
estas creencias en las relaciones entre éxito académico pasado,
Engagement presente y éxito académico futuro1.
Figura
3.
Mediación de las creencias de eficacia entre
el éxito académico pasado, Engagement y el éxito académico futuro.
Además,
diversos autores consideran que la satisfacción experimentada por los
estudiantes durante su proceso de aprendizaje se asocia con la obtención
de mejores logros académicos, mediados por la motivación intrínseca como
producto de la autoeficacia. Los datos anteriores sugieren que el buen
desempeño académico se relaciona positivamente con el Engagement, dado
que es más probable que los estudiantes que se sienten eficaces y
vigorosos se desempeñen mejor en comparación con los que no se sienten
igual. Así mismo, se ha determinado la relación causal entre el nivel
de Engagement, eficacia y las expectativas de éxito, entendida esta
última como el grado de certeza del estudiante en acabar sus estudios en
el tiempo programado. De esta manera, como se observa en la Figura 4, se
determina que el nivel de Engagement influye de manera más significativa
que las creencias de eficacia en las expectativas de éxito5.
Figura
4.
Relación
causal entre nivel de Engagement y creencias de eficacia
con las expectativas de éxito.
También,
como se muestra en la Figura 5, existe apoyo empírico para la mediación
de la eficacia entre el éxito pasado y los niveles actuales de Burnout
y de Engagement; que a su vez predicen la autoeficacia en el éxito
académico (la autoeficacia corresponde a la dimensión futura de la
eficacia, ya que son expectativas sobre la eficacia en las acciones a
desarrollar en el futuro)11.
Figura
5.
Mediación de las creencias de eficacia
entre éxito académico pasado,
Engagement y la autoeficacia.
En otro estudio, se determinó que el mejor predictor
de éxito académico promedio, es el éxito académico pasado22,23,
no obstante, y como se muestra en la Figura 6, no excluye la influencia
que el nivel de Engagement tiene sobre éste, ubicándolo entre los
facilitadores y obstáculos que se tienen durante el estudio (ya sean
respecto a la institución universitaria, sociales o personales en ambos
casos) y el rendimiento académico futuro22, 24.
Figura
6.
Mediación de los obstáculos y facilitadores
entre el éxito académico pasado,
Engagement y éxito académico futuro.
CONCLUSIÓN
A partir de la evidencia, se determina que el nivel de Engagement
influye significativamente en el rendimiento académico, sin embargo,
éste es valorado sólo en términos promedios y no de forma teórica y
práctica por separado como se evalúan la mayor cantidad de las
asignaturas en las carreras médicas, además, importante es destacar,
que en toda la literatura revisada (a excepción de un estudio), se
excluye la escuela de medicina como fuente de investigación, y
finalmente no existen estudios a nivel nacional que apoyen o descarten
la evidencia encontrada.
ANEXO 1
Encuesta de Bienestar en el Contexto Académico (UWES-S-17)
©
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Artículo recibido el 24/10/09,
Aceptado el 15/03/10.
Dirección del autor para correspondencia:
Paula Parra P.
Departamento de Educación
Médica
Facultad de Medicina
Universidad de Concepción
Barrio Universitario S/N
correo electrónico:
paulaparra@udec.cl
1.
Departamento de Educación Médica, Facultad de Medicina, Universidad
de Concepción.
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