ATENCIÓN CLÍNICA PRECOZ DEL PACIENTE DURANTE LOS CURSOS MÉDICOS
PRECLÍNICOS: ¿PUEDE LA TECNOLOGÍA - RELACIONADA CON SIMULADORES DE
PACIENTES - ALCANZAR EL IDEAL FLEXNERIANO?
Autores:
James A. Gordon, MD, MPA, Emily M. Hayden, MD, Rami A. Ahmed, DO,
John B. Pawlowski, MD, PhD, Kimberly N. Khoury, MD, and
Nancy E. Oriol, MD.
Universidad de Harvard, USA.
Academic Medicine 2010; 85 (2): 370-377.
Revisor
:
Nancy Bastías V.
Dpto. Educación Médica, Facultad de Medicina, Universidad de
Concepción.
En su informe sobre la Educación Médica en USA y Canadá, Flexner señaló
que para lograr la aplicación de las ciencias básicas a la clínica, los
estudiantes de medicina, deberían estudiar en “la cabecera del
paciente”, bajo la supervisión de docentes clínicos de alto nivel.
Él
aspiraba a la integración plena de la enseñanza clínica y preclínica,
impulsando con su informe, una reforma de la educación médica que
perdura hasta nuestros días.
En
nuestro tiempo, esta premisa se ha concretado, buscando la seguridad del
paciente, mediante el uso de simuladores, que evitan una exposición
arriesgada de los pacientes a estudiantes inexpertos.
Se ha
observado que los educadores médicos tienden a centrar el uso de la
simulación médica en cursos superiores y post grado; dedicando escasa
atención a la utilización de la simulación clínica en estudiantes
preclínicos.
En este
artículo, los autores justifican el uso de simuladores, como
maniquíes-robots, en la enseñanza de las ciencias básicas y describen su
experiencia en la escuela de medicina de la Universidad de Harvard.
En USA,
las escuelas de medicina acreditadas ofrecen dos años de instrucción
científica estándar, seguida de dos años de experiencia clínica. Esta
secuencia preclínica y clínica fue establecida con el objeto de
preservar la seguridad del paciente, frente a un estudiante que
desconoce los conceptos mínimos de anatomía humana, fisiología y
farmacología, por lo que no puede ejercer una medicina segura. Sin
embargo, según Flexner, una de las maneras más eficaces para comprender
verdaderamente las ciencias básicas es a través de la atención de
pacientes reales.
En el
siglo 21, el imperativo de la seguridad del paciente es aún más fuerte,
por lo tanto, la atención de pacientes reales es inaccesible a
estudiantes preclínicos. Esto se puede suplir a través de la tecnología
de simulación. El maniquí-simulador representa a un paciente
estandarizado, que siempre está disponible para "enfermarse", exhibiendo
cambios progresivos en la condición fisiológica hasta el punto de
enfermarse gravemente y morir.
Los autores sugieren que las experiencias de simulación, por ejemplo, en
una clase de farmacología básica, podría ayudar a los estudiantes a
comprender, recordar y aplicar los conocimientos mejor que si son
entregados en forma tradicional.
El tipo
de simulación con maniquí-robot comenzó a utilizarse en la Universidad
de Harvard, en el año 2001 para los cursos clínicos; y el 2006, en
preclínicos, teniendo como objetivo recrear una clásica relación
médico-paciente de un episodio agudo de una enfermedad, cuya
sintomatología no puede ser recreada con pacientes actores
estandarizados (por ejemplo, taquicardia, respiración dificultosa,
hipotensión, etc.). La experiencia de enseñanza se basa en la
realización de laboratorios en grupos pequeños de tres a cinco
estudiantes, los cuales se reúnen alrededor de un robot-simulador, que
habla a través de la cabeza, mediante la transmisión de la voz de un
instructor que observa detrás de una cortina.
Los
autores argumentan que la experiencia personal adquirida en la atención
de un paciente genera una memoria tan potente, que no se logra
eficazmente con otros métodos tradicionales de aprendizaje en medicina
(asistir a una conferencia, leer una descripción de un caso, discusión
en grupo, o buscar información en la computadora).
Es por
eso, que la teoría de la simulación médica que se expone en el artículo
tiene su fundamento en poder crear un ambiente simulado, para generar de
forma fiable un sentido de responsabilidad personal y el compromiso
emocional en la dinámica de atención de un paciente enfermo. Esta
plataforma artificial, pero realista, ofrece una experiencia sensorial
multimodal que sólo puede ser igualada por un encuentro real con un
paciente enfermo.
Los
autores sugieren la incorporación precoz de pacientes simulados-robots,
con el objetivo de que los estudiantes adquieran conocimientos a través
de la acción reflexiva antes de entrar en el área clínica, además les
permite contextualizar los conocimientos básicos en un marco clínico
complejo, mejorando la comprensión de las ciencias básicas y acelerando
el desarrollo de los conocimientos médicos.
A pesar
de sus ventajas, algunos profesores están preocupados de que una máquina
de "plástico" pueda sustituir las interacciones reales con los
pacientes, y que tanta confianza en la tecnología subestima la
complejidad de la práctica clínica. Ellos señalan que la simulación no
puede, ni debe, reemplazar el encuentro clínico. En efecto, la propia
naturaleza y el impacto de la simulación médica sigue siendo un tema de
gran debate.
Por otro lado cualquier entorno de simulación requiere de grandes
recursos materiales para mantenerse, pero sin embargo los beneficios
justifican el costo.
En
resumen
Sobre la
base de su experiencia, los autores creen que la simulación clínica en
los cursos pre clínicos puede acelerar el desarrollo del conocimiento
científico. La simulación utiliza la emoción como un catalizador para el
recuerdo y la integración del conocimiento, sin ningún riesgo para los
pacientes o proveedores. Este mecanismo de la experiencia clínica
personal para consolidar el aprendizaje científico es la esencia misma
del ideal flexneriano.
COMENTARIOS
Sin duda
la aspiración de integrar plenamente la enseñanza clínica de la
preclínica, también ha sido motivo de interés del departamento de
Educación Médica de la Universidad de Concepción, todo esto sumado a las
nuevas tendencias e innovaciones curriculares y en concordancia con el
perfil demográfico y epidemiológico actual, es que desde el año 2004 se
desarrolla una asignatura que permite a los estudiantes de primer año
de medicina un primer acercamiento con el paciente realizando
actividades de prevención en salud, con el mínimo de riesgo para el
paciente, pero generando una experiencia clínica inolvidable para los
estudiantes, quienes refieren sentirse muy motivados a seguir
estudiando las ciencias básicas.
|