Mario Muñoz
Conocer la
ocupación de los egresados de las Carreras de Medicina del país es
fundamental para el diseño de currículos que se adecuen a la realidad que
los egresados deben enfrentar en sus primeros años y, por lo tanto, para
determinar las competencias que las Carreras deben asegurar a sus alumnos,
al momento del egreso, así como también de aquellas necesarias para abordar
adecuadamente el indispensable proceso de formación continua propio de las
profesiones modernas.
El paradigma más tradicional
consideraba al médico recién egresado fundamentalmente contratado por el
Estado Chileno, para desempeñarse como médico general, pero este paradigma
no resulta sostenible por la evidencia.
La “empleabilidad“ es uno de los
criterios para la acreditación de Carreras. Así lo establecen, por ejemplo,
los “Estándares Globales en Educación Médica” de la Federación Mundial para
la Educación Médica (WFME)1, que considera en sus propósitos, la
preparación de los médicos para dar respuesta a las necesidades y
expectativas de la sociedad y la adecuación de la educación médica a las
condiciones cambiantes de los sistemas sanitarios.
Si observamos la planificación
curricular desde el punto de vista de las ciencias económicas y
administrativas, difícilmente dejaríamos de considerar el destino del
producto, como un elemento de la mayor relevancia en el diseño de un sistema
productivo.
Analizar y establecer las
necesidades del cliente y desarrollar productos en función de esas
necesidades son elementos fundamentales en la construcción del “Análisis
Funcional”, una de las técnicas que se utilizan para identificar las
competencias laborales inherentes a una función productiva2.
No debemos olvidar que en la
elección de una carrera existe un inevitable compromiso de esfuerzo público
y personal, que obliga a obtener y proporcionar información lo más certera
posible antes de comprometer estos esfuerzos y recursos.
La “empleabilidad”, o más bien
la ocupación de los egresados, debe ser un dato relevante, evidentemente no
el único, para determinar las competencias necesarias para el médico recién
egresado.
Utilizamos acá la palabra
“ocupación”, para referirnos a la actividad profesional que principalmente
realizan los egresados de la Carreras de Medicina del país. Preferimos no
utilizar la expresión “empleabilidad” porque no siempre esta ocupación
corresponde a un empleo, ya que, en muchos casos el egresado continúa sus
estudios, principalmente en programas de especialización, pagando por ello
matrícula y aranceles, lo que sin duda no se puede calificar como “empleo”.
Claramente hoy día podemos
dividir a los egresados recientes, en dos grupos en relación a su ocupación:
aquellos que ejercen la profesión como médicos “generales”
(“indiferenciados” o “no especializados”) y aquellos que continúan estudios,
principalmente cursando programas de especialización. Existen hoy en día
estas dos salidas para las carreras de Medicina en Chile, claramente
definidas. Es un deber de las Carreras asegurar a sus egresados las
competencias que les permitan transitar adecuadamente por cualquiera de
estas vías.
La claridad respecto del o de
los perfiles de egreso, es cada vez más importante, no sólo por un
imperativo cumplimento con la fe pública y la de los usuarios que postulan a
las diferentes universidades, sino también por el derecho de cada carrera a
ofrecer una o más vías de salida en relación a sus propósitos
institucionales.
Las carreras de Medicina no sólo
deben cumplir con la sociedad, proporcionando información confiable en
cuanto a la calidad de sus programas, sino también con los postulantes,
respecto de la empleabilidad u ocupación a la que razonablemente podrán
aspirar a su egreso. Ello también es un imperativo ético indispensable que
forma parte de la garantía a la fe pública.
La expectativa de empleabilidad,
o su percepción es, con seguridad, un determinante en la opción de
postulación a la Carrera de Medicina y al programa ofrecido por una
determinada Universidad. Por ende, se transforma, de hecho, en un elemento
de selección de postulantes que las carreras deben considerar en su
planificación curricular.
Sin embargo, no es fácil
encontrar información al respecto. Un aporte importante lo constituye el
documento “Educación
Superior en Iberoamérica: Informe 2007” elaborado por el Centro
Interuniversitario de Desarrollo, (CINDA), que dedica un capítulo a la
“Información sobre empleo de graduados”. Allí se hace referencia, para el
caso de Chile, a “Futuro Laboral” sitio Web, que “entrega
información sobre ingresos, actividad económica y campo ocupacional para
más de 100 diferentes carreras ofrecidas por las Instituciones de Educación
Superior, tanto profesionales como técnicas. Permite comparar distintas
carreras, ver sus campos ocupacionales y conocer en qué sector de
actividades trabajan preferentemente los titulados. Asimismo, presenta la
información sobre el número total de graduados en dichas carreras, su
estructura de edades y el flujo de nuevos graduados que se incorporan al
mercado laboral.
La
información, que se renueva anualmente, es producida por un equipo
conformado por investigadores de la Escuela de Gobierno de la Universidad
Adolfo Ibáñez, del Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y de la División
de Educación Superior del Ministerio de Educación3.
En relación a la Carrera de
Medicina, informa “Futuro Laboral”4 que de los médicos titulados
los años 2000 y 2001, el 57% trabaja en el sector “Servicios sociales y de
salud”, el 18% en el de “Enseñanza”, el 7% en “Otras actividades de
Servicios comunitarios”, el 6% en “Transporte, almacenamiento y
comunicaciones” y un 12% en “Otras Actividades” (Gráfico 1).
Gráfico1.
Sector económico en que trabajan los titulados.
Fuente: “Futuro Laboral”,
Ministerio de
Educación, Chile (4)
Resulta
evidentemente destacable que, al menos el 18% de los titulados en 2000 y
2002 no trabajan en sectores económicos que puedan relacionarse en forma
clara con actividades tradicionalmente reconocidas como propias de los
médicos en nuestro medio.
Por otra parte, en
el marco del proyecto MECESUP de las Escuelas de Medicina de ASOFAMECH: “DESARROLLO
Y EVALUACIÓN DE UN PERFIL COMÚN DEL EGRESADO DE LAS ESCUELAS DE MEDICINA DE
CHILE", uno de cuyos objetivos es la revisión
y actualización de los Perfiles de Conocimientos del Examen Médico Nacional
(EMN) actualmente en uso, el equipo encargado de este proyecto,
determinó que se requería para su trabajo, información sobre el destino de
los egresados de todas las Escuelas de Medicina de las últimas promociones,
las de los años 2004 y 2005.
Se
solicitó, el año 2006; y luego de concluidos los concursos tanto de las
Universidades para proveer los ingresos a sus programas de especialización,
como los del Ministerio de Salud; a todos los Directores de Escuela o Jefes
de Carrera de Medicina de Chile con egresados esos años, enviar información
respecto de:
Número de
egresados de sus carreras cada uno de esos dos años.
Ocupación
(destino) actual de los egresados cada uno de esos dos años,
considerando las siguientes categorías y utilizando la siguiente
nomenclatura:
Programa de especialización.
General de zona (especificar lugar).
Consultorio municipal (especificar lugar).
Práctica privada (especificar: Servicio de Urgencia, Clínica u
hospital, Consulta).
Otro
(especificar).
En lo
posible, teléfono de contacto y correo electrónico.
No se entregaron indicaciones
específicas respecto de cómo recoger esta información.
Se recibió información de siete
de las diez carreras a las que se les solicitó, y respecto del 41,6% del
total de los egresados del país el año 2005; es decir, de la última
promoción. El porcentaje de información recibido de las siete carreras que
enviaron respuesta varió entre un 36% y un 76% del total de sus egresados.
Las respuestas obtenidas fueron
tabuladas y graficadas, y presentadas, sin procesamiento estadístico, en el
seminario "Perfil actual de los egresados de las Carreras de Medicina"
realizado en Santiago en Noviembre del 2006.
A pesar de la limitación
metodológica relacionada con las diferentes formas en que cada Director de
Escuela o Jefe de Carrera recogió la información, particularmente porque la
fuente más disponible es justamente la de los egresados que se encuentran
cursando programas de especialización en ellas, con la dificultad para
recoger la información completa y con la disparidad cuantitativa de los
datos aportados por cada escuela, los resultados mostraron tendencias,
algunas sorprendentes; las que se muestran, en su resumen más general, en la
Tabla 1.
Tabla
1. Ocupación (destino) de los egresados Escuelas
de Medicina de
OCUPACIÓN
Nº
%
DEL TOTAL DE
EGRESADOS
%
DE LOS QUE TIENEN LA
INFORMACIÓN
CURSANDO PROGRAMA DE
ESPECIALIZACIÓN
190
23,3
56
GENERAL DE ZONA
31
3,4
9
CONSULTORIO MUNICIPAL
53
6,5
6
PRACTICA PRIVADA
66
8,1
19
OTRO
0
0
0
NO SE TIENE INFORMACIÓN
477
58,4
0
TOTAL
817
100
100
Se puede observar que en una
importante proporción de egresados de las carreras de medicina del país, en
el año posterior a su egreso, la ocupación más inmediata fue continuar con
estudios de especialización, tanto si se considera la proporción del total
de egresados del país (23,3%) como si se considera a aquéllos de quienes
se tiene información (56%). Resulta también altamente llamativo que en
estos mismos grupos 8,1% y un 19% respectivamente, se dedican, de inmediato,
al ejercicio privado de la profesión.
Esta
información es consistente con la constatación de que, el año 2006, la
oferta total de cupos en programas de especialización fue de 818 (fuente:
Comisión Nacional de Acreditación de Programas y Centros Formadores de
Especialistas Médicos de ASOFAMECH) para un total de 866 egresados, de los
cuales, 34 fueron ofrecidos por el Ministerio de Salud como “Becas
Primarias“, es decir a médicos recién egresados y 212 como “becas de
retorno” o comisión de estudios, para médicos que han cumplido un período
previo de desempeño como médico general contratado por el estado. Por otra
parte, el Ministerio de Salud ofreció 147 cargos de médico general a esta
última promoción (fuente: División de Gestión y Desarrollo de las Personas.
Ministerio de Salud. Chile). Es decir, la oferta de programas de
especialización para recién egresados, descontando del total de la oferta
los 212 cupos que ofreció el Ministerio de Salud para médicos generales que
retornan de sus cargos fue de 606 cupos, lo que cubre un 69,9% del total de
médicos recién egresados, en tanto que los cargos ofrecidos por el
Ministerio de Salud para que estos egresados se desempeñen como médicos
generales, alcanzó a un 3,9%. Desconocemos los cupos que ofrece el Sistema
Municipal.
Román5 establece,
respecto del total de los 25.542 médicos vigentes en el país al año 2004,
la relación Médico General/Médico Especialista. Sus datos revelan un franco
predominio de los segundos, equivalente a 56% del total de médicos ese año.
En el sistema público, sólo 36% eran Médicos Generales y el resto, el 64%,
especialistas.
Considerando que la formación
como especialista demora máximo tres años y como especialista derivado (o
“sub especialista”) otros dos años; y que ese período de cinco años, es
similar al que tarda, aproximadamente, un médico general contratado por el
Ministerio de Salud en iniciar su programa de formación como especialista,
se puede afirmar que un médico chileno recién egresado tiene altas
probabilidades de iniciar de inmediato un programa de especialización o, en
un porcentaje menor, iniciarlo en los tres a cinco años siguientes a su
egreso y que, en todo caso, luego de un período de tres a ocho años, se
desempeñe como especialista.
Dicho de otro modo: se puede
afirmar que cerca de la mitad de los médicos recién egresados nunca ejercen
como “médicos generales” sino que inician, inmediatamente, un programa de
especialización, y que, en la mayor parte de los casos, la duración de un
médico chileno como médico general, después de egresado, es de un máximo
aproximado de ocho años. Después de ello continuará el resto de su vida
profesional como especialista.
Una conclusión relevante del
seminario mencionado es la evidencia de la insuficiente información que, en
general, los Directores de Escuela o Jefes de Carrera, tenían sobre la
ocupación de sus egresados recientes.
Es por ello que, una de las
conclusiones o acuerdos de dicho seminario, fue recomendar que cada Carrera
realizara el estudio pertinente.
La ocupación, y la empleabilidad
de los egresados deben ser consideradas en la planificación que las carreras
se den en el futuro inmediato. Cada carrera deberá decidir con nitidez el
médico que desea formar, y para ello debe considerar esta información. Es
indispensable obtener y considerar información de egresados y empleadores
sobre la adecuación de los perfiles de egreso a las demandas del medio. Esta
información debe ser confiable y uniforme, y debería para ello instalarse un
proyecto nacional, similar al proyecto REFLEX (“El Profesional Flexible en
la Sociedad del Conocimiento: Nuevas Exigencias en la Educación Superior en
Europa”, financiado por la Unión Europea),
en el que participan 14 países europeos, y que intenta dar respuesta
a tres cuestiones generales e interrelacionadas: 1) ¿Qué competencias
requieren los graduados en educación superior para integrarse en la sociedad
del conocimiento?; 2) ¿Qué papel desempeñan las universidades en el
desarrollo de dichas competencias? y 3) ¿Cuál es el grado de consecución de
las expectativas de los graduados con sus trabajos y de qué forma pueden
resolverse los desajustes entre sus expectativas y las características de su
trabajo?. Es decir, conocer con detalle las
competencias que son demandadas por el mercado laboral y las que son
adquiridas en el sistema educativo. El objetivo final del proyecto es poder
informar al sistema educativo de cuáles son los aspectos que deben
desarrollarse y aquellos que deben dejar de ser prioritarios3,6.
Los sistemas educacional y
sanitario chilenos, no pueden esperar mucho tiempo más por un proyecto como
el que acá se propone, que entregue información fidedigna para una
planificación curricular lo suficientemente flexible para dar cabal
cumplimiento a las competencias que requieren las dos salidas claramente
definidas en la actualidad para las carreras de Medicina en Chile. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Estándares Globales en
Educación Médica
de la WFME (Federación
Mundial para la Educación Medica).
Educ. méd. v.7 supl.2
Barcelona jul.-sep. 2004.
Vargas Zúñiga F. 40 preguntas sobre competencia laboral. CINTEFOR,
OIT, 2004. Papeles de la oficina técnica, 13, p. 39-41.
Educación
Superior en Iberoamérica.
Informe
2007.
Cinda - Centro Interuniversitario de Desarrollo, 2007. Disponible en: (http://www.cinda.cl/download/informe_educacion_superior_iberoamericana_2007.pdf)
[Consultado
16 de Agosto de 2007].
Futuro laboral.
Ministerio de Educación de Chile. Disponible en:
http://www.futurolaboral.cl/FuturoLaboral/index.html
[Consultado 16 de Agosto de 2007].
Román
O, Acuña M, Señoret M. Disponibilidad de médicos en Chile al año 2004.
Rev Méd Chile 2006;134(8):1057-1064.
Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. España.
Disponible en:
http://www.aneca.es/estudios/estu_oil.asp
Dirección
del autor para envío de correspondencia:
Dr. Mario Muñoz
Rebolledo
1.
Facultad
de Medicina, Universidad de Concepción.
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