Primera Reunión Académica SOEDUCSA 2007
“Investigación
en Educación en Ciencias de la Salud"
1 La Primera Reunión
Académica 2007 de la Sociedad de Educación en Ciencias de la Salud
(SOEDUCSA) cumplió con creces sus objetivos de generar un espacio de
debate respecto de la importancia que tiene la investigación científica
en educación en ciencias de la salud como un elemento clave en el
mejoramiento de las prácticas educativas. Quedó en evidencia que la
investigación en educación en ciencias de la salud es posible y
necesaria, especialmente dada la importancia del tema salud, y que al
igual que en otras disciplinas, en educación en ciencias de la salud
también se puede teorizar, debatir, reflexionar, sistematizar,
verificar, refutar, generar nuevas ideas e innovar. La seriedad e
importancia del proceso educativo en ciencias de la salud obliga al académico
docente a realizar investigación científica en educación,
sistematizando y reflexionando sobre los por qué, los para qué, los cómo
y los cuándo, de sus intervenciones docentes. La sistematización de
las prácticas docentes, gracias al ingreso de la investigación científica
en educación, permitirá avanzar en la construcción del mejor hacer y,
de paso, corregir dos deficiencias que se observan en esta disciplina:
El
evento se realizó el día 30 de marzo en las dependencias del
Departamento de Educación en Ciencias de la Salud de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Chile y fue coordinado por la Dra.
Nancy Navarro Hernández, encargada de la Oficina de Educación
en Ciencias de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de
la Frontera, y por el Prof. Dr. Eduardo Rosselot Jaramillo, Director del
Departamento de Educación en Ciencias de la Salud de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Chile. Durante la reunión
académica, los expositores pusieron de manifiesto con fuerza y en
diferentes tonos y matices los problemas de practicabilidad a los que se
enfrenta un académico cualquiera -y en particular uno del área de la
salud- cuando quiere hacer investigación en educación. ¿Cómo podría hacer investigación un académico que no
tiene tiempo, ni herramientas conceptuales con las cuales imaginar un
tema de estudio científico que resolver y más aún si se enfrenta a
todo un sistema positivista -el cual desconoce- para la postulación
de fondos concursables y publicación
de artículos?. El serio problema de la practicabilidad permite
visualizar acciones concretas que los departamentos, jefes de carrera y
oficinas de investigación debieran tomar en cuenta, si es que quieren
verdaderamente estimular la productividad científica en sus unidades en
educación en ciencias de la salud. Los expositores
mencionaron en general requerimientos básicos para poder estimular la
investigación científica en docentes:
En términos descriptivos, la reunión académica se estructuró sobre la base de tres conferencias, dos ponencias cortas y un panel. La primera
conferencia estuvo a cargo de la Prof. Pilar Ruiz de Gauna, de la
Universidad del País Vasco, quien presentó la “Visión e
Interpretación de la Investigación en Educación en Ciencias de la
Salud”. El centro del mensaje estuvo relacionado con las consecuencias
que tiene para un investigador en educación en ciencias de la salud el
posicionarse en alguno de los paradigmas predominantes de la investigación
científica, el positivista o el hermenéutico. Posteriormente se
presentaron dos ponencias cortas de los Jefes de Oficinas de Investigación
de las Facultades de Medicina de la Universidad de Chile y la
Universidad de Valparaíso, Dr. Luis Michea y Dr. Sebastián San Martín,
respectivamente, quienes se refirieron a las actividades de sus
oficinas, el nivel de compromiso que sus académicos tienen con la
investigación científica en educación médica e hicieron mención a
los problemas de practicabilidad y de los requerimientos básicos para
poder estimular la investigación de docentes: disponibilidad de tiempo
y dinero, dominio del lenguaje científico, requerimiento de reflexión
sobre su praxis, incentivo y acompañamiento para postular a fondos
concursables y generar publicaciones indexadas. Las otras dos
conferencias estuvieron a cargo de la Prof. Julia Romeo de la
Universidad de Chile y la Prof. Carla Foster de la Facultad de Educación
de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en las cuales se ahondó
sobre la temática de la investigación en educación y las
consecuencias del trabajo científico desde el paradigma positivista ó
hermenéutico. Al finalizar el
evento se realizó un panel con la exposición del Dr. Fernando Lolas
del Consejo Superior de Educación, quien definió operativamente la
investigación como “un sistema que crea conocimiento generalizable, válido,
confiable y que renueva las
disciplinas científicas a través de prácticas conceptuales y renovación
del personal”. También definió el conocimiento como información organizada asociada a interés social. Durante
su presentación el Dr. Lolas informó que el consejo superior de
educación tiene fondos concursables y una revista on-line, Revista de
Calidad Educación, que se puede acceder a través del sitio Web del
Consejo Superior de Educación (www.cse.cl). Tema recurrente de las presentaciones y de toda la reunión académica fue la comparación entre los paradigmas positivista y hermenéutico de la investigación científica a partir de sus definiciones, los tipos de investigaciones que se desarrollan y las consecuencias que tiene para el investigador posicionarse bajo uno u otro paradigma en su quehacer investigativo. En este sentido se abre un interesante y provocador debate de lo que se entiende por ciencia, conocimiento e investigación científica. Especialmente porque de acuerdo al paradigma positivista la docencia en general y, la investigación en docencia en particular, no se circunscriben a las definiciones positivistas y que por lo tanto no podrían ser consideradas como científicas. Para el positivismo, todas las otras áreas del saber, como las ciencias sociales, políticas, económicas e incluso las ciencias de la educación, no siguen el paradigma positivista de las ciencia naturales y por lo tanto son pseudociencias y la construcción del conocimiento en esas áreas no puede considerarse como investigación científica. Un análisis del
paradigma positivista, revela que esta postura propone la existencia de
una realidad objetiva, independiente del observador, que puede ser
conocida, explicada en forma sistemática y predicha racionalmente a
través de leyes físicas y matemáticas generalizables y causales. Según
este paradigma, para que un conocimiento fuese considerado conocimiento
científico debiera acomodarse al paradigma de las ciencias naturales
caracterizado por:
La postura hegemónica y hasta cierto punto arrogante del positivismo, ha sido duramente criticada por varios autores como Karl Popper, Haberlas y Fayerbend. Kart Popper, asestó un duro golpe contra la postura hegemónica del positivismo como referente único del conocimiento científico cuando afirmó que es la “falsación”, no la “verificación”, lo que valida la ciencia. Sólo cuando una hipótesis es contradicha se puede descartar como conocimiento válido. Frente a la afirmación científica “todas las aves son ovíparas” basta con encontrar una que no sea ovípara para rechazar la hipótesis, pero no se puede comprobar empíricamente que todas las aves son ovíparas para aceptar esta afirmación como científica. La postura de racionalismo crítico de Popper establece que la ciencia no es un saber seguro, sino hipotético conjetural, que se construye con el método deductivo, que debe estar sometida a la falsación y no a la verificación. Para Popper, en la ciencia no existen fundamentos infalibles, sino problemas a los cuales debe responder la ciencia y la fuerza crítica de la razón. La ciencia no es la posesión de la verdad, sino la búsqueda incesante, crítica y sin concesiones de la verdad. El método científico al que debe someterse toda ciencia es el de la crítica permanente con el objetivo de obtener teorías cada vez más verosímiles y cercanas a la realidad. Otra crítica contra el positivismo se refiere a su carácter monodimensional que lo limita frente a la complejidad multidimensional de la realidad. Para Habermas, el positivismo consiste en la negación de la reflexión, por ello, la sociedad positivista carece del espacio y sentido de la reflexión. De esta forma la positivización de las ciencias tiene consecuencias sociales. Para Feyerabend, el positivismo tiene múltiples debilidades dado que ”toda metodología tiene sus límites y la historia de la ciencia muestra que, en ciencia, las nuevas teorías en sus distintos momentos han surgido no porque se hayan ceñido al método científico dominante, sino porque sus promotores lo transgredieron para avanzar en su causa”. Por su parte, el
paradigma hermenéutico, es más abierto y emergente que el positivismo,
y parte de la base que no existe una realidad objetiva, dado que el
observador es parte de esa realidad y al hacer una abstracción de ella,
la modifica. Más bien existe una intersubjetividad en la generación del
conocimiento en oposición a la objetividad que propone el positivismo. El paradigma hermenéutico
está representado por pensadores como
Drysen, Dilthey y Weber, en los siglos XVII y XIX y, en el siglo
XX, Windelband, Rickert, Croce y Collinwood.
Todos ellos rechazaron el monismo metodológico, se opusieron a
la exigencia de sustento físico-matemático como canon regulador de
toda explicación científica, y desestimaron el afán predictivo,
causalista del positivismo. El paradigma hermenéutico no se basa en la explicación de los fenómenos a través del método científico, sino que se centra en la comprensión e interpretación del sentido y significado de los fenómenos. En las últimas décadas, con el trabajo de Morin, se ha instalado el tema de la complejidad como rasgo esencial de la realidad, junto con la multidimensionalidad del ser humano, que abre paso a un paradigma de complejidad, que no se opone a la especialización de los saberes, incluye al positivismo en su área precisa, pero no se niega a otras posturas. Desde esta perspectiva la ciencia debe ser un conocimiento abierto, inacabado y autocorrectivo. El actual avance de
la investigación científica en diferentes dimensiones, el
reconocimiento de un paradigma de la complejidad que es no excluyente y
el hecho que de acuerdo a las definiciones del paradigma positivista sólo
la investigación experimental es de carácter positivista, revela la
necesidad de volver a cuestionar la supuesta hegemonía del positivismo
sobre la investigación científica. De hecho, si uno analiza diversos
tipos de investigaciones como la investigación histórica, documental
(bibliográfica), descriptiva, correlacional, estudios de casos,
explicativa, así como los estudios seccionales y longitudinales, se
encuentra con la sorpresa que ninguno de ellos ejerce una acción
directa sobre el objeto de estudio y por lo mismo, al no ser
experimentales, están fuera del paradigma positivista. ¿Son todos
estos tipos de investigación pseudociencia?. Más aún, la investigación
en ciencias de la salud, por su naturaleza y complejidad, no sigue el método
científico positivista, ni puede ser sometida a experimentación con sólo
una variable (experimental o independiente) manipulada, pero,
evidentemente, sí corresponde a investigación científica bajo el
paradigma hermenéutico, o mejor aún, bajo el paradigma de la
complejidad. En definitiva, el
evento logró generar un verdadero debate científico respecto de las
bases ontogénicas y epistemológicas de la investigación científica
en educación en ciencias de la salud y permitió sentar las bases de
los requerimientos de practicabilidad que impone la construcción de
conocimiento en educación. La educación en cualquier disciplina
profesional, como en las ciencias de la salud, requiere la transformación por parte de los educadores del saber
en un saber enseñable. La investigación
en educación implica un proceso de apertura, sistematización,
observación reflexiva y mejora continua del proceso educativo a partir
de un compromiso serio con la educación y
verdadera consciencia de parte del docente, sobre la dimensión
social del conocimiento sea éste proveniente de las ciencias de la
naturaleza o de la sociedad.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1.
Dunge M. La Ciencia, su método y su filosofía.
Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires, 1992. 2.
Bernal CA. Metodología de la Investigación (2 da
edición). Pearson Educación, México, 2006. 3. Salkind NJ. Métodos de Investigación. Prentice Hall Hispanoamérica. S.A. México, 1997. 4.
www.cse.cl
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