TRABAJO ORIGINAL

 

Aprendizaje activo como estrategia para el cambio de estilo de vida
en estudiantes de Nutrición
.

 

María Marcela Sánchez D.*a, María del Rocío Carranza A.**b

 

RESUMEN

Introducción: Aunque los estudiantes de la carrera de Nutrición conocen los riesgos que conlleva un estilo de vida poco saludable, diversos estudios muestran cómo los universitarios continúan con prácticas que perjudican su salud, por lo que uno de los retos de las instituciones de educación superior es conseguir, a través de las metodologías activas de enseñanza, que los alumnos asuman el conocimiento que les permita incidir en la mejora de la calidad de su propia vida, así como en el desarrollo de competencias que les permitan desempeñarse como mejores profesionales de la salud.
Objetivos:
Describir de qué forma el aprendizaje activo se relaciona con el cambio y la mejora en los estilos de vida de los estudiantes de segundo semestre de la carrera de Nutrición.
Material y Método: Estudio cuantitativo, descriptivo y transversal, no experimental con aplicación de pre prueba y post prueba, se estudió a 28 estudiantes, previo proceso de consentimiento informado. Como Instrumento se utilizó un Cuestionario de estilos de vida, construido “Ad hoc” para esta investigación, tomando como base el comportamiento, los hábitos y sobre todo el estilo de vida de un estudiante.
Resultados: Se muestra que los aprendizajes obtenidos a través de las metodologías activas influyen para que los estudiantes mejoren su hábitos y estilos de vida, desarrollando competencias que les permitirán dar respuesta a desafíos de su entorno personal, social y profesional.
Conclusiones: Los estudiantes mostraron cambios saludables, eso apoya a que tengan una mejor calidad de vida, sin embargo, es probable que falte mayor práctica de las metodologías del aprendizaje activo. Se propone seguir investigando bajo este mismo esquema en otras asignaturas para analizar los cambios conseguidos en la apropiación de sus estilos de vida por parte de los aprendices.

Palabras clave: Aprendizaje, Estilos de vida, Estudiantes de Nutrición.

 

SUMMARY

Active learning as a strategy for lifestyle change in Nutrition students.

Introduction: Although Nutrition students are aware of the risks associated with an unhealthy lifestyle, some studies show how university students continue with practices that damage their health, so one of the challenges of higher education institutions is to achieve, through active teaching methodologies, that students assume the knowledge that allows them to influence the improvement of the quality of their own lives, as well as in the development of skills that allow them to perform as better health professionals.
Objectives:
To describe how active learning is related to change and improvement in the lifestyles of students in the second semester of Nutrition.
Material and Method: Quantitative, descriptive, cross-sectional and non-experimental study, with pre-test and post-test application. 28 students were studied, prior informed consent process. As an instrument, a Lifestyle Questionnaire, constructed “Ad hoc” for this research, was used, taking as a basis the behavior, habits and above all the lifestyle of a students, respecting the confidentiality of the data of the respondents.
Results: It is shown that active learning influences students to improve their habits and lifestyles, also developing skills that will allow them to respond to challenges in their personal, social, and professional environment.
Conclusions: Students showed healthy changes that support them to have a better quality of life; however, it is likely that there is a lack of practice of active learning methodologies. It is proposed to continue researching under this same scheme in other subjects to analyze the changes achieved in the appropriation of their lifestyles by the trainees.

Keywords: Learning, Lifestyles, Nutrition students.

 

INTRODUCCIÓN

México ha sido catalogado con el 1er lugar en obesidad infantil y el 2° lugar en obesidad de adultos1,2, además, la falta de cuidado en los enfermos con diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares relacionados con su consumo excesivo de alimentos procesados, la falta de interés por realizar ejercicio y sobre todo estilos de vida poco saludables, mencionan ser las causas de diversas defunciones3.

También los jóvenes tienen riesgos y los universitarios de las carreras del área de la salud no se eximen. Presentan problemas de sobrepeso, baja condición cardiovascular, sedentarismo, tabaquismo y, además, malos hábitos; pues consumen dietas desequilibradas y con alto contenido calórico, además de altos índices de alcohol y estupefacientes4. Esto es preocupante, pues los estudiantes de estas áreas, sobre todo los nutriólogos, saben la importancia de la puesta en práctica de estilos de vida saludables.

Lo anterior, ha hecho que las instituciones de educación superior se cuestionen por qué los estudiantes, aunque conocen los riesgos de un mal estilo de vida, lo siguen haciendo; llegando a pensar que, quizás el tipo de aprendizaje o la forma en que los estudiantes asumen el conocimiento no es suficiente para que pueda incidir en su propia vida. De aquí que surja la siguiente pregunta: ¿puede el aprendizaje activo influir en el cambio de estilo de vida en un estudiante de Nutrición?

Para dar respuesta a dicha pregunta, es necesario que la educación superior fortalezca su labor en la formación integral de sus estudiantes, que les transmita conocimientos para su desempeño profesional ante la sociedad y, además, para enfrentar situaciones de vida personal. Para lograr este objetivo, se deben plantear metodologías que permitan impulsar el aprendizaje activo como estrategia adecuada para el desarrollo de competencias, pues busca que el alumno asuma un papel activo en la construcción del saber, además de una implicación de trabajo muy particular en pro de consolidar una relación entre profesores, estudiantes y dinámicas de aula. Todo esto, con base en la construcción de ambientes de aprendizaje nutridos y retadores5, además de incluir nuevas y diversas metodologías didácticas que incidan en la formación del autocuidado y el desarrollo de un estilo de vida sano de los universitarios desde su formación6.

Debe considerarse que el aprendizaje activo expone a los estudiantes a situaciones que le demandan operaciones intelectuales de orden superior como la síntesis, interpretación, inferencias y la evaluación; haciéndolo responsable de su propio aprendizaje, además de prepararlos para transferir lo que se ha aprendido hacia problemas y escenarios nuevos7. Es una alternativa para mejorar la organización de las actividades escolares, pues fomenta una renovación en la enseñanza, desarrollando también habilidades como el análisis de la situación y la toma de decisiones en los estudiantes, pudiendo así aplicar sus conocimientos en la vida diaria8-10.

Esta metodología del aprendizaje activo, implementada desde la década de los 90s, ha mostrado buenos resultados en carreras del área Biomédica en Estados Unidos11, es decir, se ha observado que mejora la motivación de los estudiantes; sin embargo, para lograr lo anterior, el docente deberá planear la aplicación activa de dichas metodologías centrando las actividades en la participación, cooperación, creatividad y reflexión de los estudiantes12,13, y aprovechar que los universitarios están iniciando su etapa de adultos jóvenes, por lo que se vuelven más autónomos para escoger su propio proceso de desarrollo14.

A partir de las premisas anteriores es que se llevó a cabo el estudio que aquí se presenta, el cual tuvo como objetivo describir de qué forma el aprendizaje activo se relaciona con el cambio en los estilos de vida de los estudiantes de Nutrición, así como conocer si hubo una mejora de los mismos después de cursar la asignatura de Cálculo Dietético y Planeación de Menús, la cual fue diseñada e implementada con metodologías que impulsan el aprendizaje activo.

 

 

MATERIAL Y MÉTODO

La metodología empleada es de tipo cuantitativa con un alcance descriptivo, generando datos a partir de la aplicación de una pre y post prueba que consignan rubros que miden el estilo de vida de manera generalizada, con una planificación orientada hacia un enfoque claro y preciso, con actividades lógicas para la recogida de los datos generados15.

El diseño fue pre-experimental, con prueba pre y post, sin grupo control, pues se recolectaron los datos en un solo grupo, al inicio como prueba diagnóstica y como evaluación al finalizar el curso, conociendo los cambios que hubo en el 75% de los estudiantes de segundo semestre de la carrera de Nutrición de una universidad pública de México, permitiendo así extraer conclusiones acerca de los fenómenos encontrados en la evaluación y modificación del estilo de vida adoptado por ellos y la relación o influencia de su proceso de enseñanza-aprendizaje.

El estudio se llevó acabo en el 2018-2019. La población en la que se aplicaron los instrumentos estaba conformada por 37 alumnos del curso de Cálculo Dietético y Planeación de Menús; sin embargo, sólo participaron de manera voluntaria 28 estudiantes, previo proceso de consentimiento informado.

El instrumento que se utilizó fue de creación propia “Cuestionario sobre estilos de vida”, el cual se construyó “Ad hoc” para esta investigación y fue sometido a la validez de contenido por parte de expertos, quienes revisaron el instrumento y producto de sus observaciones se hicieron las adecuaciones respectivas. Consta de un total de 33 ítems, los cuales se muestran en la Tabla 1, y su propósito fue que arrojara información pertinente para evaluar las formas de vida de los estudiantes de Nutrición, no optando por aplicar un cuestionario ya validado, debido a que los revisados se enfocan al estudio de hábitos alimenticios exclusivamente.

 

Tabla 1. Cuestionario sobre estilos de vida.

 

El procedimiento para recopilar la información se realizó con la aplicación del cuestionario en dos tiempos: diagnóstico inicial y evaluación al concluir el curso, comparando las respuestas de cada aplicación para posteriormente calcular el porcentaje correspondiente a las sumas obtenidas en cada opción de todas las preguntas del cuestionario, asegurando con lo anterior la suma del 100% de la muestra, evitando de esta manera sesgos para esta investigación.

Por otro lado, y para cumplir con el objetivo de conocer cómo el aprendizaje activo se relaciona con el cambio en los estilos de vida de los estudiantes de Nutrición, así como conocer si hubo una mejora de los mismos después de cursar la asignatura de Cálculo Dietético y Planeación de Menús, la cual fue diseñada e implementada con metodologías que impulsan el aprendizaje activo, mismas que se llevaron a cabo durante todo un semestre, tal y como se muestran en la Tabla 2.

 

Tabla 2. Actividades de aprendizaje activo para incidir en la mejora
de los estilos de vida de los estudiantes.

 

 

RESULTADOS

Después de implementar las diferentes metodologías que ayudan para fomentar el aprendizaje activo, los resultados respecto a los estilos de vida que presentan los estudiantes encuestados se muestran a continuación.

Con relación a la alimentación, los resultados entre la pre prueba y post prueba muestran que los estudiantes aumentaron el número de tiempos de comidas, tal como se muestra en la Tabla 3, siendo positivo el incremento.

 

Tabla 3. Número de comidas que los estudiantes consumen al día.

 

Las siguientes figuras muestran una combinación de las respuestas de los estudiantes, correspondientes a dos o más preguntas, representando los estilos de vida y sus cambios a través de una unidad de medición en porcentaje, plasmando la síntesis de las 33 preguntas del cuestionario aplicado.

En la Figura 1 se puede apreciar que el consumo diario por grupos de alimentos incrementó de manera favorable en todos los alumnos, con excepción del descenso en el consumo de leguminosas.

Figura 1. Consumo diario de alimentos que conforman una dieta correcta en porcentajes.

 

El consumo nulo de alimentos “chatarra” tiene cambios sensatos al incrementar respuestas de un menor consumo en productos considerados nocivos para la salud, con excepción de las bebidas alcohólicas que su consumo aumenta, tal como se muestra en la Figura 2.

Figura 2. No consumen alimentos vacíos en porcentajes.

 

En la práctica de los estudiantes hacia el ejercicio, la Figura 3 resalta que se incrementa esta actividad de 4 a 5 veces por semana, con una duración mayor a una hora, sin embargo, algunos alumnos dejaron de hacerlo a diario.

Figura 3. Práctica del ejercicio y tiempo dedicado en porcentajes.

 

Referente al tiempo dedicado a la televisión y el internet, la Figura 4 identifica el cambio positivo obtenido, los estudiantes dedicaron menor tiempo a los dispositivos móviles o televisor.

Figura 4. Tiempo destinado a la TV e internet en porcentajes.

 

La Figura 5 corresponde al rubro de higiene personal, los resultados muestran cambios importantes en la modificación de sus hábitos en los estudiantes universitarios, no siendo así para su descanso adecuado.

Figura 5. Higiene apropiada a la salud en porcentaje.

 

En cuanto a su autocuidado y salud en general, los resultados de la Figura 6 muestran que un alto porcentaje de los estudiantes decidieron proteger su salud preventivamente.

Figura 6. Observación de su estado de salud en porcentajes.

 

En cuanto al estado de estrés y la dificultad para relajarse, los resultados muestran un cambio oportuno en el logro de los estudiantes sobre el manejo emocional, los números se presentan en la Figura 7.

Figura 7. Manifestación del estrés en porcentaje.

 

Con el objetivo de encontrar las diferencias entre la aplicación del pre y post cuestionario de estilos de vida, los datos que arrojó el instrumento fueron sometidos a la prueba estadística T de Student, lo anterior con el objetivo de contrastar la hipótesis de que existen diferencias en relación al cambio de estilos de vida que tuvieron los estudiantes después de realizar las metodologías activas del aprendizaje durante su clase. A través de ella se identificó que sí existen diferencias significativas (t=2.908356337; p=0.003277033), con lo cual no se acepta la hipótesis nula, pues la diferencia promedio de los estilos de vida saludables es mayor a 0, lo que indica que las respuestas positivas de la post prueba son mayores a las iniciales, tal como se muestra en las tablas número 4 y 5.

 

Tabla 4. Diferencias entre la aplicación pre y post cuestionario de estilos de vida.

 

Tabla 5. Prueba t de Student para medias de dos muestras emparejadas.

 

 

 

DISCUSIÓN

Partiendo del análisis cuantitativo de los datos recolectados, se constata que hubo hallazgos positivos en la mayoría de los rubros, significando importantes mejoras en pro de la salud de los estudiantes de Nutrición; pues hay diferencias entre la primera y la segunda aplicación de dicho cuestionario, deduciendo que estos cambios han sido consecuencia de la aplicación del aprendizaje activo, donde el alumno fue el ente activo, tal y como lo señala la Universidad ICESI5.

Respecto a la alimentación, en general cambió satisfactoriamente en los estudiantes; no siendo así para las leguminosas, que podrían significar mayor dificultad para ellos. Aun así, y de acuerdo con Suárez22, incluyen diariamente en sus platos al menos un alimento de cada uno de los tres grupos: frutas y verduras, cereales y tubérculos, y leguminosas y productos de origen animal junto con el ejercicio. Las diferencias encontradas son buenas, ya que disminuyó el número de días, pero incrementó el tiempo dedicado a ello, por tanto, no tienen riesgo de enfermedades no transmisibles por inactividad física según mencionan Barbosa y Urrea23.

Referente al tiempo dedicado a la televisión e internet, los estudiantes redujeron el número de horas que invertían. La Secretaría de Salud de México ha señalado que esta actividad hace más propensas a las personas a padecer enfermedades crónico-degenerativas24, coincidiendo con Francisco25 en que estar tres o más horas frente a los dispositivos electrónicos, y la falta de actividad física, se relacionan con el desarrollo de diabetes mellitus tipo 2.

En la higiene personal-corporal hay cambios importantes en los universitarios, sin embargo, durmieron menos tiempo. Según la Secretaría de Salud Honduras26, el control del aseo, limpieza y cuidado del cuerpo deben ser hábitos de higiene personal que eviten la presencia de gérmenes y bacterias que puedan causar enfermedad y afectar su salud. Aunado está el autocuidado y salud en general, con cambios positivos, pues para Escobar y Pico27, la exploración del cuerpo es necesaria para detectar cambios físicos que permitan identificar signos de alarma en su salud.

En cuanto al estrés y la dificultad para relajarse, los cambios son oportunos. Marín28 expresa que son algunos actos de la vida académica de los escolares los que pueden generar alteración o estrés, incidir en su rendimiento académico, provocar resultados negativos en su bienestar, siendo necesario evitar la formación de este hábito que puede afectar su salud a largo plazo.

Por todos los cambios alentadores y positivos hallados, es que se menciona que el aprendizaje activo fue influyente en la modificación del actuar de los estudiantes, ya que analizaron su comportamiento, tomando decisiones benéficas, por ende, en su estilo de vida. De acuerdo con Jerez9, lo antes presentado muestra cómo es que los aprendizajes obtenidos desarrollaron competencias que permitirá al estudiantado dar respuesta a desafíos de su entorno personal, social y profesional, comprendiendo que si pueden cumplir con hábitos en pro de su salud, será sencillo trasmitirlo a sus pacientes.

Además, con la planeación de clases en las que se emplearon metodologías que fomentan el aprendizaje activo como herramienta didáctica, se puede desarrollar el aprendizaje y la habilidad para que los estudiantes evalúen los procesos y resultados sobre sus propias acciones9, pudiendo elegir estrategias clasificadas por Barbagelata y Caamaño29 como son las habilidades cognitivas, metodológicas y sociales; ya que cuando aparecen problemas de importancia en la vida, son esas habilidades aprendidas las que ayudan a solucionarlos, conociéndose como madurez emocional; por ello, la necesidad de desarrollar tanto la cognición como lo emotivo, pues la razón y la emoción son pilares de la educación30.

Aunado a lo anterior, durante el semestre, el docente fungió como guía y medió el progreso en cada una de las tareas, así como el trabajo constante en equipo que dejó ver que los y las estudiantes sentían confianza para opinar, exponer sus trabajos sin temor y, en caso de no acertar, se reflejó el apoyo entre todos con buenas ideas para rebatir situaciones; por lo tanto, estos resultados responden al contexto vivido en cada clase, solventando así el objetivo planteado para esta investigación, describiendo cómo el aprendizaje activo se relaciona con el cambio en los estilos de vida de los estudiantes de Nutrición.

 

 

CONCLUSIONES

Se concluye que, a pesar de que los estudiantes mostraron cambios saludables, aún falta práctica de las metodologías del aprendizaje activo en otras asignaturas a lo largo de su estancia en la universidad, así como analizar los cambios conseguidos en la apropiación de sus estilos de vida; otra oportunidad es incrementar el número de estudiantes en este tipo de estudios, que permitan mostrar de manera cualitativa si el aprendizaje activo logra cambios en los hábitos del estudiantado universitario. De igual manera, las implicaciones al no tener un grupo de control, y que la muestra haya estado conformada por voluntarios, tiene como consecuencia la imposibilidad de hacer afirmaciones generales con rigor estadístico sobre la población; sin embargo, los resultados que se obtuvieron en este estudio pueden ser una buena imagen del universo estudiado.

 

 

 

 

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Artículo recibido el 16/06/20, Aceptado el 01/12/20.

 

Dirección del autor:
     María del Rocío Carranza Alcántar
    
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*   Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México.
**
 Departamento de Estudios Jurídicos y Sociales, Universidad de Guadalajara, Jalisco, México

a.
Nutrióloga, Maestra en Educación.
b. Abogada, Doctora en Sistemas y Ambientes Educativos.