Uso del tiempo no presencial para reforzar contenidos: ¿costo asociado o beneficio útil?
Experiencia del curso de Física de la Facultad.

 

AUTORES: Agustín José Cruz Bihan, Alfredo Andrés Parra Lucares.
INSTITUCIÓN:
Universidad de Chile.
E-mail: alfredop@ug.uchile.cl
 

Introducción: Tradicionalmente, el curso de Física de Medicina en la Facultad era dictado en su totalidad por académicos, relegando la participación de los estudiantes a repasos presenciales en horario extracurricular. Los alumnos asisten en gran cantidad y frecuencia, con excelente aprobación de esta actividad “no oficial”. Desde la innovación curricular (2013) este fenómeno se intensificó dadas las imperfecciones del curso durante los primeros años. Posteriormente, observamos una disminución progresiva en la necesidad de apoyo fuera de horario que se acentuó al incorporar a nuestros “ayudantes-estudiantes” en la docencia formal de seminarios del curso. En la literatura internacional se describe experiencias similares con excelentes resultados.

Objetivos: Evaluar la pertinencia de mantener actividades extracurriculares dados los ajustes mayores realizados al curso de Física desde su implementación hasta nuestros días.

Método: Se analizó estadísticamente los resultados de Encuestas de Desempeño Docente (EDD) de la Universidad en conjunto con datos de sobrecarga académica de la escuela de Medicina. A su vez se realizó una encuesta online con preguntas respecto a la necesidad de ayudantìas y percepción de docencia de académicos versus ayudantes-alumnos, a través la plataforma Google forms a estudiantes de cohortes 2016-2017. Se utilizó el programa estadístico Graphpad.

Resultados: En la EDD se puede observar un aumento significativo de percepción positiva global del curso en el tiempo. A su vez, se recibieron 106 respuestas de encuesta online, que denotan una percepción positiva de la docencia realizada por estudiantes y menos necesidad de actividades extraprogramáticas, considerándose como sobrecarga que afecta el desempeño.

Conclusiones: El permanente perfeccionamiento de la calidad de la asignatura, sumada a la incorporación de estudiantes desde instancias informales a formales disminuyen la necesidad de apoyo a la docencia, pasando a constituirse como costo extra asociado más que beneficio directo para los alumnos.