TRABAJO ORIGINAL
Estilos de
aprendizaje en los estudiantes de primer año
Karina Parra M.*a, Jonathan García G.**b, Nancy Navarro H.**c
RESUMEN
Introducción:
Si se considera que cada estudiante aprende de una manera diferente, es
necesario identificar su estilo de aprendizaje con el fin de utilizar
estrategias de enseñanza adecuadas que faciliten su proceso de formación. Palabras clave: Educación superior, Estudiantes del Área de la Salud, Aprendizaje.
SUMMARY Learning styles in first year Phonoaudiology and Kinesiology students.
Introduction:
If it is considered that each student learns in a different way, it is
necessary to identify their learning style in order to use appropriate
teaching strategies that facilitate their training process.
Keywords:
Education Higher, Health Sciences Students, Learning.
INTRODUCCIÓN Actualmente la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera promueve el aprendizaje centrado en el estudiante, por lo que se hace necesario investigar sobre la forma que ellos tienen de aprender, siendo ésta una variable que podría influir en su rendimiento académico. Cuando se habla de estilos de aprendizaje, diversos autores coinciden que se está haciendo referencia a cómo la mente procesa la información de acuerdo a las percepciones de cada individuo1-3. Se puede decir que son rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores relativamente estables de la percepción, interacción y respuestas de los estudiantes a los ambientes de aprendizaje4. Por lo tanto, entenderlos como elementos dinámicos es relevante, más aún en el ámbito académico. Si una institución educativa está consciente que sus estudiantes tienen diversas formas de adquirir o apropiarse de la información, debería incorporar este conocimiento al diseño e implementación de los procesos formativos, con el fin que éstos sean más eficaces5,6. Kolb7 plantea que para lograr un aprendizaje significativo se requiere pasar por un ciclo de cuatro habilidades diferentes, a saber: experiencias concretas, observación reflexiva, conceptualización abstracta y experimentación activa. Lo ideal sería que todo el mundo fuese capaz de realizar este proceso, atribuyendo a cada una de ellas la misma importancia. Este planteamiento es plausible, sin embargo Honey y Mumford8 señalaban el porqué dos personas en el mismo contexto aprenden de forma diferente. En base a ello, crearon un cuestionario que permitió concluir que cada individuo se concentra más en determinadas etapas del ciclo, y de acuerdo a éstas, se definieron cuatro estilos de aprendizaje: activos, reflexivos, teóricos y prágmáticos8. Esta experiencia fue recogida por Alonso9, quien adaptó dicho instrumento al ámbito académico y al idioma español, elaborando el cuestionario Honey-Alonso de estilos de aprendizaje (CHAEA). Al mismo tiempo, incorporó características que determinan los estilos y estableció grados de preferencia para cada uno de ellos. Para el logro de un aprendizaje significativo, se debe poseer una elevada preferencia en cada estilo1. Comprender cómo se expresan podría contribuir a que los docentes generen estrategias de enseñanza coherentes con los estilos de aprendizaje del estudiantado10,11, a su vez permitiría diseñar evaluaciones más adecuadas para conocer el progreso de los estudiantes12. Los estilos de aprendizaje constituyen un tema recurrente en la investigación educativa, en busca de explicaciones que permitan comprender los diferentes comportamientos de los estudiantes en el marco de mejora de la calidad del proceso educativo. Por ello, en investigaciones realizadas en educación superior es común cuestionarse si varían según carreras, género, rendimiento académico, edad, entre otras variables13. Al respecto, se han encontrado diversos resultados, informándose diferencias en los estilos de aprendizaje de estudiantes de distintas áreas9,14. A nivel internacional, se ha reportado que para los estudiantes universitarios el estilo de aprendizaje predominante es el reflexivo1,15-17, mientras que a nivel nacional los resultados muestran una tendencia hacia el estilo teórico18-21. Los estudiantes se verán favorecidos en la medida que conozcan sus estilos de aprendizaje, de este modo podrían planificar el proceso de estudio, optimizando los resultados9. Lo anterior resulta fundamental en estudiantes de primer año, puesto que deben enfrentar la transición que significa el paso desde la enseñanza media a la educación superior22, y si bien los estilos de aprendizaje presentan cierta estabilidad, pueden ser modelados durante el periodo de estudios universitarios17,23. Por lo antes expuesto y con el propósito de contribuir a la mejora del desempeño académico de los educandos durante el desarrollo de sus respectivos planes de estudio, se plantea esta investigación con el objetivo de comparar los estilos de aprendizaje en los estudiantes de primer año de Fonoaudiología y Kinesiología, Universidad de La Frontera, en relación a la carrera, género y rendimiento académico.
MATERIAL Y MÉTODO Corresponde a un estudio descriptivo, con diseño no experimental de corte transversal. Se realizó un muestreo no probabilístico intencionado por criterios, a un grupo de estudiantes de Fonoaudiología y Kinesiología de la Universidad de La Frontera, que cursaban segundo semestre del primer año académico 2016. Se aplicaron criterios de inclusión tales como: voluntad de participar, no haber estudiado otra carrera profesional, cursar primer año de las carreras señaladas, obteniéndose la unidad de análisis correspondiente a 90 sujetos, 58 de Fonoaudiología y 32 de Kinesiología, los que representan un 76,3% de la población. Para la recogida de datos se coordinó una sesión por Carrera al inicio del segundo semestre 2016. El instrumento utilizado fue el cuestionario CHAEA, formado por 80 ítems de respuesta dicotómica los cuales se distribuyen en forma equitativa en: activo, reflexivo, teórico y pragmático, con coeficientes de confiabilidad alfa de Cronbach de 0,62; 0,72; 0,65 y 0,58 respectivamente. Los ítems están distribuidos aleatoriamente formando un solo conjunto. La puntuación que el sujeto obtiene en ellas indica su grado de preferencia según el baremo que propone Alonso24 (Tabla 1). Cabe mencionar que la toma de datos se realizó en horario de clases y en espacios físicos de la Universidad. Tabla 1. Baremo general de preferencias en los estilos de aprendizaje.
En forma conjunta, para recoger información relacionada con las otras variables, carrera, género y rendimiento académico, se aplicó una encuesta de antecedentes de elaboración propia. Cabe destacar que en este estudio se consideró el rendimiento académico como el promedio general acumulado durante el primer semestre. Los datos fueron exportados a una planilla Excel. Posteriormente, se utilizó el programa estadístico SPSS v23.0.0 y se realizó un análisis descriptivo e inferencial, para establecer la asociación entre los estilos de aprendizaje y las variables en estudio. Se determinó la normalidad de los datos mediante Test de Shapiro-Wilks, utilizando T-student para las variables con distribución normal y Test no paramétrico Mann-Whitney para las variables con distribución no normal. El nivel de significancia estadística considerado para este estudio fue de p < 0,05. Es importante destacar que se utilizó el test ANOVA para variables paramétricas y el test Kruskall- Wallis para variables no paramétricas. Las consideraciones éticas estuvieron resguardadas desde el momento en que el trabajo fue autorizado por los Directores de las Carreras en cuestión. En relación a los aspectos éticos, este estudio se adscribe al enfoque de Emanuel25, por lo tanto, se solicitó a los participantes que manifestaran su intención de participar por medio de la firma de un formulario de Consentimiento Informado, explicándoles el propósito de la investigación, garantizando su anonimato y reafirmando su derecho a retirarse de ésta libremente. La proporción favorable de riesgo/beneficio enfocado en minimizar los riesgos potenciales y aumentar los beneficios en forma proporcional se cumplió respetando los principios de no maleficiencia y beneficiencia, sin conflicto alguno para los participantes.
RESULTADOS En relación a las variables, el 64,4% (n=58) corresponden a estudiantes de Fonoaudiología y un 35,6% (n=32) a Kinesiología. Del total de la muestra, el 64,4% (n=59) es de género femenino y el 35,6% (n=31) masculino. Con respecto al rendimiento académico, el 38,9% tuvo un rango de calificaciones de 4,5-4,9; el 45,5% fluctuó entre el de 5,0-5,4 y el 11,1% osciló desde el 5,5 al 5,9. Para determinar la normalidad de los datos se utilizó la prueba de Shapiro-Wilks, la cual determinó que los estilos activo, reflexivo y pragmático presentan una distribución simétrica y el estilo teórico una distribución asimétrica (Tabla 2). Tabla 2. Prueba de normalidad de los datos.
Al analizar los promedios de los puntajes obtenidos, en ambas carreras (Tabla 3) e interpretados según baremo (Tabla 1), se muestra una clara tendencia al estilo teórico, que alcanza la preferencia “alta”. En segundo lugar, con grado de preferencia “moderada” se ubican los estilos activo y pragmático. Por último, y en el grado de preferencia “baja”, se encontró el estilo reflexivo (Gráfico 1). Tabla 3.Estilos de aprendizaje de los estudiantes.
* Promedio. **Ds Desviación estándar. ***F Fonoaudiología. ****K Kinesiología.
Los gráficos 2 y 3 muestran los porcentajes para cada grado de preferencia de los estilos de aprendizaje según Carrera.
Gráfico 2. Grados de preferencia de los estilos de aprendizaje de Fonoaudiología.
Gráfico 3. Grados de preferencia de los estilos de aprendizaje de Kinesiología.
En el estilo activo, se aprecia un mayor porcentaje de estudiantes en la categoría “moderada” en ambas carreras. La segunda mayoría es “muy alta” en Fonoaudiología y “alta” en Kinesiología. Con respecto el estilo reflexivo, en Fonoaudiología la primera preferencia es “muy baja” y en Kinesiología corresponde a “moderada”. En ambas carreras las preferencias “alta” y “muy alta” fueron alcanzadas por un escaso número de estudiantes. En el caso del estilo teórico, la comparación muestra predominio de la preferencia “muy alta”, en ambas carreras. La principal diferencia se encuentra en la segunda mayoría, que en Fonoaudiología corresponde a la categoría “moderada”, mientras que en Kinesiología resulta ser “alta”. Cabe destacar que, en Fonoaudiología ningún estudiante se ubica en las categorías “muy baja” y “baja”. En relación al estilo pragmático, en Fonoaudiología la primera preferencia es “moderada” mientras que las demás categorías se distribuyen de forma homogénea, con bajos porcentajes. En Kinesiología la primera preferencia la comparten las preferencias “moderada” y “alta”. A pesar que se aprecian diferencias en los porcentajes de los grados de preferencia para los estilos de aprendizaje entre las carreras, éstas no son significativas (p>0,05) (Tabla 5). Tabla 5. Relación entre estilos de aprendizaje y Carrera.
Gráfico 4. Grados de preferencia de los estilos de aprendizaje del género femenino.
Gráfico 5. Grados de preferencia de los estilos de aprendizaje del género masculino.
En el estilo activo, en ambos géneros se aprecia un mayor porcentaje de estudiantes en la categoría “moderada” seguido por “muy alta”. Con respecto al estilo reflexivo, en el género femenino la primera preferencia es “muy baja” mientras que en el masculino corresponde a “baja”. En ambos géneros, las preferencias “alta” y “muy alta” fueron alcanzadas por un escaso número de estudiantes. En el caso del estilo teórico, se observa una clara tendencia hacia la preferencia “muy alta”, en ambos géneros. Finalmente, en el estilo pragmático para ambos géneros el mayor porcentaje se encuentra en la categoría “moderada”. Por otro lado, no se encontraron diferencias significativas en los promedios de los puntajes de las preferencias activo, reflexivo, pragmático y teórico, por género (p>0,05) (Tabla 6). Tabla 6. Relación entre estilos de aprendizaje y Carrera.
En la comparación entre las variables rendimiento académico y el promedio de los puntajes para cada estilo de aprendizaje (Tabla 7), se aprecia una preferencia “moderada” en el estilo activo, “alta” en el estilo teórico, baja en el estilo “reflexivo” y “moderada” en el estilo pragmático, tendencia que se repite en todos los rangos de calificaciones establecidos. Tabla 7. Promedios de los estilos de aprendizaje según rendimiento académico.
Por último, no se observaron diferencias significativas en los promedios de los puntajes de los estilos activo, reflexivo, pragmático y teórico (p>0,05) y rendimiento académico (Tabla 8). Tabla 8. Relación entre estilos de aprendizaje y rendimiento académico.
DISCUSIÓN En este estudio se determinó que predomina el estilo teórico en los estudiantes que cursan primer año en las carreras Fonoaudiología y Kinesiología. El 98% obtuvieron las preferencias “moderada”, “alta” y “muy alta” en este estilo. Estos resultados coinciden con los obtenidos en la Universidad de La Frontera en estudiantes de Obstetricia y Puericultura19 y en la Universidad de Talca20 en estudiantes de primer año de las Carreras Fonoaudiología y Kinesiología, los cuales presentan una tendencia al estilo teórico. Además, se encontraron similitudes con los resultados de la Universidad de Concepción18 y de Magallanes21, en población universitaria, donde se determinó una preferencia “alta” en el mismo estilo. Esto podría relacionarse al modelo educacional chileno, de preferencia conductista en el cual predominan las metodologías centradas en el profesor y en el traspaso de información, en desmedro de las actividades prácticas y reflexivas, por lo que el estudiante asume un rol fundamentalmente pasivo. Cabe recordar que si bien los estilos de aprendizaje presentan cierta estabilidad, pueden ser modelados17,23. Con respecto a la diferencia entre estilos de aprendizaje según Carreras, no se encontraron diferencias significativas, lo cual coincide con los resultados obtenidos en otras investigaciones13,26. En contraste con lo obtenido en estudiantes de Fonoaudiología y Kinesiología de la Universidad de Valparaíso27, donde se muestran diferencias en los grados de preferencia para los estilos reflexivo y teórico. Al igual que lo encontrado en estudiantes de Informática y Derecho14, Universidad de Oviedo, donde se detectaron diferencias significativas en los grados de preferencia de los estilos activo y pragmático. Al analizar la relación entre el género y los estilos de aprendizaje, la investigación arroja que no hay diferencias significativas, coincidiendo con lo reportado por otras investigaciones28-30. En contraste con lo reportado en la Universidad de Magallanes21, donde hubo asociación entre el género femenino y la mayor preferencia por el estilo reflexivo y en la Universidad de Concepción26, donde el género masculino presenta una mayor preferencia por los estilos pragmático y activo. La diferencia entre las variables rendimiento académico y estilos de aprendizaje no fue significativa, resultados que coinciden con estudios de las universidades de Talca20,31, Valparaíso27 y Autónoma de México29, al contrario de los resultados obtenidos en otras poblaciones estudiantiles14,22 donde se concluyó que por sobre el grado de preferencia “moderado” en cada estilo de aprendizaje, el rendimiento académico fue superior. Debido a las diferencias entre los resultados de este estudio y los otros expuestos en párrafos anteriores, se enfatiza en la necesidad de realizar este tipo de investigaciones cuando se requiera conocer las características de grupos determinados, puesto que ha quedado demostrado que sujetos similares en situaciones equivalentes, como el nivel académico o área de estudio, pueden presentar diversos grados de preferencia en cada uno de los estilos de aprendizaje. Sería plausible afirmar que los estudiantes de primer año de las carreras Fonoaudiología y Kinesiología de la Universidad de La Frontera, se desenvuelven de manera adecuada en medio de experiencias (activo), las analizan de manera moderada a muy baja (reflexivo), llegan a múltiples conclusiones (teórico) y planifican su implementación de buena forma (pragmático). Considerando lo anterior y en relación al bajo puntaje obtenido en el estilo reflexivo, se sugiere enfatizar la promoción de estrategias metodológicas que propicien un pensamiento crítico como por ejemplo el aprendizaje basado en problemas32,33, creación de proyectos, trabajos de investigación, foros de discusión, análisis de casos, entre otras34, puesto que los profesionales del área de la salud trabajan con situaciones que requieren un análisis exhaustivo antes de entregar una solución a las problemáticas detectadas. El estilo de aprendizaje del estudiante determinará su forma de adquirir conocimientos, por lo que las estrategias de enseñanza deben ser adecuadas a las características del estudiantado para encauzar con efectividad el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje, con la posibilidad de adaptarse a diferentes entornos educativos3. Cabe mencionar, que la información se percibe de manera abstracta, sin embargo, se procesa de manera reflexiva, con lo cual un estudiante con un alto grado de preferencia por este estilo, se podría convertir en un profesional concienzudo, receptivo y analítico en relación con la información que adquiere, siendo capaz de elaborar argumentos a partir de los elementos analizados. Finalmente, se propone realizar una cohorte prospectiva para conocer si existen cambios en los grados de preferencia de sus estilos de aprendizaje, en relación con las metodologías activas centradas en el estudiante utilizadas en la Facultad de Medicina de esta Universidad. Esta información podría resultar un valioso insumo para que los docentes la incorporen en la planificación de sus estrategias de enseñanza, con el objetivo de contribuir al logro de aprendizajes significativos por parte de los estudiantes.
CONCLUSIONES Por la predominancia del estilo teórico y la baja preferencia por el estilo reflexivo, sería preciso implementar estrategias de enseñanza-aprendizaje que fortalezcan la reflexión, tales como el Aprendizaje Basado en Problemas, creación de proyectos, trabajos de investigación, foros de discusión, entre otras, considerando que esta competencia es fundamental para un desempeño profesional integral.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Artículo recibido el 01/03/17, Aceptado el 04/10/17.
Dirección del autor:
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Candidata
a Magíster en Innovación en Educación Superior en Ciencias de la Salud,
Facultad de Medicina,
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