La chilena Tamara Zurita Riquelme, una de las columnistas de La Conexión USA, está presentando, a través de sus redes sociales, una campaña de sensibilización orientada a masificar la información que permitiría conocer la importancia de respetar los derechos de los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores del espectro autista.

 

En principio y, en unión con otros padres en Chile, está proponiendo que los niños que estén dentro del espectro autista puedan utilizar un brazalete azul en las filas de los supermercados, bancos y aeropuertos, con la intención de minimizar las posibilidades de detonación de crisis sensoriales y con la esperanza de que las personas circundantes estén informadas de sus condiciones, sean empáticas, les cedan espacios, ayuden, comprendan a sus padres y sean capaces de sustituir la mirada de enjuiciamiento por una de amor.

 

Zurita respeta a quienes pueden mirar su propuesta como una forma de discriminación. 

 

"Me encantaría que ningún niño tuviera que usar el brazalete y que las personas solo con mirar e identificar que un niño tiene un problema sensorial, le dé el paso, sin juzgar. Pero, lamentablemente, la humanidad no está preparada para esto. Por lo tanto, lo que propongo es usar el brazalete solo en estas ocasiones puntuales. De esta manera, se puede prevenir que el niño tenga una crisis sensorial porque las esperas le provocan mucha ansiedad", enfatizó.

 

Lo que menos desea Tamara Zurita es herir susceptibilidades. Ella quiere hacer un aporte, intentando tocar la fibra sensible de la sociedad, no solo para que tengan respeto hacia las personas del espectro autista, sino para que cada vez busquen más información acerca de los factores que los afectan y descubran las maneras de aportar a su tranquilidad.

 

"Muchas personas están en contra de este brazalete porque dicen que se discrimina más. No es un tema de discriminación, sino de concienciación de la sociedad. Creo que se deben respetar los derechos de los niños del espectro autista, así como se debieran respetar los de cualquier niño o persona, indistintamente de sus condiciones, discapacidades o habilidades. Y reitero... siento que el problema que tenemos es que no respetamos al que está al lado de nosotros, indistintamente de cómo seamos", dijo.

 

Aclaró que "no es cierto que los niños del espectro autista viven en su mundo. Todos vivimos en el mismo mundo y hay que aprender a convivir y a mirar a quien está al lado de nosotros. Debemos estar conscientes de que los niños dentro del espectro autista ven el mundo desde una perspectiva distinta. Ellos pueden aportar muchísimo y pueden sorprender con todo lo que te dicen".

 

Consideró conveniente explicar lo que significa una crisis sensorial.

 

"Es cuando alguno o varios de los cinco sentidos se ven afectados por cambios bruscos que sobrecargan su función y, por ende, causan dolor intenso, ansiedad, irritación, desesperación y, en el caso de niños con trastornos autísticos que les cuesta comunicarse, les causa frustración´pon intensa", precisó antes de insistir en que "tenemos que aprender a respetarlos".

 

Tamara Zurita recalcó que el espectro autista no es una enfermedad. 

 

Es una condición difícil de diagnosticar que se mantiene a lo largo de toda la vida de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.

 

Se llama espectro porque hay una multiplicidad de posibilidades. Algunos niños pueden presentar dificultades para hablar y problemas motores. Otros tienen un lenguaje absolutamente fluido, sobresaliente. Son personas que pueden tener un coeficiente intelectual muy alto, por lo tanto tienen argumentaciones y una filosofía de vida distinta.

 

Uno de los factores que impulsó a Tamara Zurita a emprender esta campaña es la oportunidad de divulgar la importancia de que los niños del espectro autista tengan derecho de una educación de calidad y acceso a terapias. 

 

"Lamentablemente, en muchos países, incluyendo Chile, las terapias son extremadamente costosas. No están cubiertas por las políticas públicas de salud. Por lo tanto, los padres deben pagar las terapias de manera particular. Un niño del espectro autista no solo necesita una terapia. Necesita alrededor de 4 o 5 terapias, y por un periodo largo, para tener una mejor calidad de vida e insertarse en la sociedad satisfactoriamente", apuntó.

 

Seguidamente, intentó generar una matriz de opinión respecto al careacter impostergable que debe tener la detección precoz de este espectro. 

 

"Muchas otras personas, por desconocimiento, saben que están dentro del espectro autista cuando son adultos. Y entonces, han vivido toda una vida luchando consigo mismo, la cual hubiese podido ser mejor. Este proceso debe pasar porque ellos se acepten a sí mismos y luego ser aceptados por el resto" apuntó.

 

En su empeño por incentivar la sensibilización social en torno del espectro autista, Tamara Zurita ofreció algunas indicaciones necesarias.

 

"Si un niño del espectro autista se está golpeando, está rodando por el suelo, está moviendo sus manos de manera persistente, está buscando autocontrolarse, autocalmarse. Las personas que están a su lado deberían elegir ceder espacio, mirar de una manera amorosa a la mamá y no de una manera de juicio", comentó.

Las personas pueden ayudarlos, tomando acciones como las siguientes:

-No escandalizarse... comprender.

-Hablar lento, usando palabras simples.

-Utilizar imágenes o gráficos, en lo posible, para explicar.

-Anticipar las situaciones cotidianas.

-Ayudar a los niños, respetando su espacio, y a sus padres lo más que se pueda. Ellos necesitan una mano amiga y comprensión.

 

"Es esencial que miremos al lado y estar conscientes de que vivimos con más personas y que debemos ser empáticos con el otro para formar un mundo mejor. También es fundamental que los adultos no emitan juicios negativos en contra de los niños del espectro autista, porque enseñan a discriminarlos", indicó antes de agregar que "si nosotros somos conscientes de que todos somos diferentes, el respeto por el otro vendrá solo".

 

Nota publicada por La ConexionUSA.com el 12 de noviembre de 2019